Más de 42 millones de neumáticos viejos de vehículos vertidos en los arenales de Kuwait han empezado a ser reciclados, ya que el Estado del Golfo aborda un problema de residuos que creó uno de los mayores cementerios de neumáticos del mundo.
El enorme vertedero estaba a solo 7 km (4 millas) de un suburbio residencial. Los residentes eran molestados por grandes incendios periódicos que liberaban un nocivo humo negro.
Pero este mes Kuwait, que quiere construir 25.000 nuevas viviendas en el lugar, terminó de trasladar todos los neumáticos a un nuevo emplazamiento en al-Salmi, cerca de la frontera con Arabia Saudita, donde se han iniciado los esfuerzos de reciclaje.
En una planta gestionada por la empresa de reciclaje EPSCO Global General Trading, los empleados clasifican y trituran los neumáticos usados, antes de prensar las partículas para convertirlas en baldosas de goma de colores.
“La fábrica ayuda a la sociedad limpiando los neumáticos viejos desechados y convirtiéndolos en productos de consumo”, dijo Alaa Hassan, socio y director general de EPSCO, y añadió que también exportan productos a los países vecinos del Golfo y a Asia.
La planta de EPSCO, que comenzó a funcionar en enero de 2021, puede reciclar hasta 3 millones de neumáticos al año, dijo la compañía.
Los neumáticos de desecho son un importante problema medioambiental en todo el mundo debido a su volumen y a las sustancias químicas que pueden liberar.
Kuwait, rico en petróleo y miembro de la OPEP, con una población de unos 4,5 millones de habitantes, tenía unos 2,4 millones de vehículos en 2019, según datos de la Oficina Central de Estadística, frente a 1,5 millones en 2010.
El gobierno espera que al-Salmi se convierta en un centro de reciclaje de neumáticos, con más fábricas previstas.
El Grupo Al Khair transportó más de la mitad de los neumáticos al nuevo emplazamiento utilizando hasta 500 camiones al día y está planeando abrir una fábrica para quemar los neumáticos mediante un proceso llamado pirólisis, dijo su director general Hammoud al-Marri.
La pirólisis produce un tipo de aceite que puede venderse para su uso en hornos industriales, como las fábricas de cemento, y una ceniza conocida como negro de humo que puede utilizarse en diversas industrias.