Fuentes en Libia han confirmado que mercenarios rusos pertenecientes a la organización paramilitar Grupo Wagner se han retirado de Sirte, según ha informado Al-Quds Al-Arabi.
Los indicios apuntan a que el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) podría lanzar pronto una operación para recuperar el control de la ciudad de las fuerzas leales al renegado mariscal de campo Khalifa Haftar, a pesar de la “línea roja” establecida por el egipcio Abdel Fattah Al-Sisi. Un portavoz del GNA advirtió al presidente egipcio contra la intervención militar en Libia.
Según una fuente militar libia, los mercenarios rusos se han redesplegado en la región de Al-Jufra, en el centro de Libia. La retirada puede ser el resultado de un entendimiento entre Rusia y Turquía. Turquía apoya al GNA, mientras que Rusia ha desplegado aviones en la base aérea de Al-Jufra en apoyo de Haftar.
Un portavoz de las fuerzas del GNA, el coronel Mohammad Kanonu, pidió que se pusiera fin a la presencia de mercenarios en apoyo de Haftar. Describió al Mariscal de Campo como un criminal de guerra que permitió la invasión de Libia por tierra y aire.
Kanonu enfatizó la necesidad de liberar las ciudades de Libia y extender la autoridad del Estado a todo el país. Dijo que ha llegado el momento de que el petróleo fluya de nuevo, y prometió que los responsables de las fosas comunes en Tarhuna y las minas colocadas en los suburbios de Trípoli no quedarán impunes.
El coronel de GNA también advirtió a Al-Sisi en Twitter que Egipto se enfrentará al mismo caos que el líder egipcio está ayudando a cultivar en Libia. Al-Sisi dijo recientemente que la intervención del ejército egipcio en Libia tiene “legitimidad internacional” y pidió que las tribus libias se armen.
En un contexto relacionado, el Jefe del Consejo Supremo de Estado, Khaled Al-Mishari, acusó a los Emiratos Árabes Unidos de trabajar para sabotear la seguridad, la política y la economía de Libia y destruir su tejido social. En una entrevista con Al Jazeera Mubasher, Al-Mishari añadió que ha confirmado la información de que el gobierno de Abu Dhabi estaba vinculado al bombardeo de varios lugares de Libia, así como a los intentos de atacar la moneda local y detener la producción de petróleo.
Según las últimas estimaciones oficiales, la disminución de la producción de petróleo le ha costado a Libia unos 6.500 millones de dólares. Además, se enfrenta a enormes costos para reparar la infraestructura dañada, los oleoductos y los pozos de petróleo.