El primer ministro de Irak, Adel Abdul Mahdi, renunciará, anunció el viernes por la tarde la oficina del primer ministro.
Abdul Mahdi tomó la decisión de dimitir después de que un destacado clérigo musulmán chiíta exigiera un cambio de liderazgo en las oraciones del viernes, ya que el número de manifestantes muertos en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad sigue aumentando.
El Gran Ayatolá Ali al-Sistani, el principal clérigo chiíta de Irak, un país de aproximadamente el 65% musulmán chiíta, condenó el viernes el uso de la fuerza por parte del gobierno contra los manifestantes, y pidió a los legisladores iraquíes que retiraran su apoyo al gobierno.
Según un informe de Reuters, al menos 408 personas han muerto en las protestas antigubernamentales que comenzaron en octubre, y la mayoría de los muertos son manifestantes desarmados.
El jueves, en Najaf, una ciudad de antiguos santuarios de peregrinación que sirve como sede del poderoso clero chiíta de Irak, el consulado iraní fue incendiado por manifestantes después de que fuera asaltado durante la madrugada. Los manifestantes acusaron a las autoridades de Irak de volverse contra su propio pueblo para defender a Irán.
Hasta ahora, las autoridades han sido inflexibles en respuesta a los disturbios, disparando a cientos de manifestantes con munición real y gas lacrimógeno, mientras formulaban propuestas de reforma política que los manifestantes califican de triviales y superficiales.
El gran ayatolá Ali al Sistani se pronunció después de que el jueves murieran más 40 personas en Nasiriya, en la jornada más sangrienta desde el inicio de las protestas. E incuso el papa Francisco condenó el uso de fuerza letal en contra de los manifestantes por parte de las fuerzas de seguridad iraquíes. Todavía no se sabe quién remplazará a Mahdi al frente del gobierno. El presidente del Parlamento iraquí dijo que se le pedirá al presidente Barham Saleh que nombre un nuevo primer ministro.