El príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, habló con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, en 2015, animándole a intervenir en la guerra de Siria, según afirman nuevos documentos judiciales.
La demanda es una de las muchas que contiene la demanda presentada por el ex oficial de inteligencia saudí Saad al-Jabri contra MBS, por un supuesto plan de asesinato contra él mientras estaba exiliado en Canadá.
Detallando el aumento de las tensiones entre él y el entonces ministro de defensa, el príncipe Mohammed, también conocido como MbS, la demanda de al-Jabri decía que había preocupado al entonces director de la CIA, John Brennan, diciéndole en una reunión que el príncipe había estado en comunicación con el presidente ruso Vladimir Putin.
Brennan estaba angustiado porque bin Salman estaba “alentando la intervención rusa en Siria, en un momento en que Rusia aún no era parte de la guerra en Siria”, dice el documento.
Después de transmitir la preocupación de Brennan a la MbS, “respondió con furia”.
La revelación es sorprendente dado que Arabia Saudita ha estado apoyando a los grupos rebeldes sirios durante la guerra.
La postura declarada del reino sobre el conflicto sirio es que el dictador Bashar al-Assad no debe formar parte de un futuro gobierno sirio, y debe ceder el poder a una administración transitoria o ser destituido por la fuerza.
Riad también ha proporcionado cantidades importantes de asistencia militar y financiera a varios grupos rebeldes sirios, incluidas las facciones islamistas.
Los dirigentes saudíes expresaron críticas a la administración Obama después de que ésta decidiera no intervenir tras el ataque químico de 2013 que se cree que fue realizado por las fuerzas de Assad y que mató a cientos de civiles en Ghouta.
Se cree que las reuniones tuvieron lugar al menos dos meses antes de la intervención de Rusia en el conflicto en septiembre de 2015, lanzando ataques aéreos contra los combatientes de la oposición, diciendo que su objetivo no era solo el grupo del Estado Islámico (IS), sino “todos los terroristas”.
Se reconoce ampliamente que la intervención rusa fue fundamental para mantener en el poder a Assad, cuyo régimen se había debilitado drásticamente para 2015.
Jabri ha vivido en el exilio en Toronto (Canadá) desde 2017, cuando bin Salman derrocó al ex Príncipe Heredero Mohammed bin Nayef y asumió su cargo. Se considera que Jabri ha actuado como la mano derecha de bin Nayef, supervisando gran parte de las operaciones de inteligencia del reino.
El ex oficial de inteligencia ha estado bajo una creciente presión para regresar al reino en los últimos meses.
Las autoridades saudíes lo acusan de malversar 11.000 millones de dólares de fondos estatales y han detenido a dos de sus hijos adultos y a su hermano en un intento de que regrese a Riad.
Una demanda civil de 106 páginas presentada por los abogados de Jabri el jueves describe cómo el príncipe heredero supuestamente envió un equipo de sicarios a Canadá.
Jabri ha sido el blanco de MbS debido a su conocimiento del príncipe heredero y a su estrecha relación con Washington, según la demanda no probada.
“Pocos lugares contienen información más sensible, humillante y condenatoria sobre el acusado Bin Salman que la mente y la memoria del Dr. Saad, excepto quizás las grabaciones que el Dr. Saad hizo en anticipación a su muerte”, se lee según CBC.
“Por eso el acusado Bin Salman lo quiere muerto, y por eso el acusado Bin Salman ha trabajado para lograr ese objetivo en los últimos tres años”.
El hermano de Jabri y dos hijos adultos están detenidos por las autoridades saudíes en régimen de incomunicación en un intento de coaccionarlo para que regrese al reino y se enfrente a un castigo, según Human Rights Watch.