Se suponía que la nueva “luna de miel” de Israel con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan iba a cambiar algunos de los hábitos y patrones de comportamiento de Turquía que eran malos para Israel.
Por ejemplo, como parte de la reconciliación con Israel, Turquía se comprometió a impedir que Hamás tramara atentados terroristas desde dentro de sus fronteras e incluso a reducir la presencia y la actividad de la organización en su territorio.
Turquía incluso prometió rebajar su perfil en el Monte del Templo, al que Erdogan ha echado el ojo. Sin embargo, la acusación presentada el lunes contra el residente de Jerusalén Bilal Sub Laban es inquietante e indica que a Turquía le está costando cambiar sus viejos hábitos.
Según la acusación, Sub Laban fue reclutado por agentes de Hamás en Turquía, cuya actividad Erdogan debía haber restringido. Sub Laban recibió instrucciones de reunirse con un grupo de turistas turcos que llegaban para visitar el Monte del Templo y recoger dinero de ellos para que Hamás lo utilizara para diversos fines.
Los turistas turcos que llegan a Jerusalén y/o al Monte del Templo con los bolsillos llenos de dinero para desembolsar a Hamás no es nada nuevo. Israel Hayom ha informado de ello en múltiples ocasiones en los últimos años. La acusación del lunes parece mostrar que los turcos se aferran a la antigua política de Erdogan de “visitar mucho más Al-Aqsa”, como una forma de seguir donando a los palestinos.
Otra acusación presentada en el Tribunal de Distrito de Jerusalén hace unos meses, reveló lo que estaba ocurriendo entre bastidores entre Hamás y Turquía, justo cuando se estaba preparando la cumbre entre Erdogan y el presidente Isaac Herzog. Esto también es motivo de preocupación.
La acusación, presentada contra Jaled Sabah y dos de sus hijos, todos ellos residentes en Zur Bachar, en Jerusalén, dice que el pasado mes de enero, Sabah, su esposa y sus hijos volaron a Turquía, donde altos dirigentes de Hamás pusieron a Sabah al frente de Hamás en Jerusalén e incluso le nombraron coordinador de la actividad de Hamás con la proscrita Rama Norte del Movimiento Islámico.
Además de la instrucción de tiro, los preparativos para futuras acciones terroristas y la organización de disturbios en el Monte del Templo durante el Ramadán, en la reunión también se trataron asuntos financieros.
Algunas de las cosas que Sabah supuestamente supervisó fueron los contactos con la organización benéfica Lajnat al-Quda, que tiene una sucursal en la Puerta de la Misericordia de la Ciudad Vieja. La organización benéfica transfería dinero a los agentes de Hamás y a las familias de los “mártires”.
Turquía hizo una buena acción al frustrar los ataques iraníes planeados contra israelíes en Estambul, pero cuando se trata de “no hacer daño”, Turquía sigue siendo un imán para los grupos afiliados a la Hermandad Musulmana en todo el mundo, de los cuales Hamás es sólo uno. Los turcos aún tienen un largo camino por recorrer.