“Strike Eagle, Strike Eagle, me llaman por mi nombre/Bombardeo el infierno de Goldwater Range…” Así comienza la canción que Dick Jonas -piloto de combate de la Guerra de Vietnam convertido en cantante profesional- dedica al F-15E Strike Eagle, el sucesor del F-4 Phantom que el teniente coronel de la USAF, retirado, había volado sobre las selvas del sudeste asiático. Jonas había volado sobre las selvas del sudeste asiático. Y un análisis de la historia del F-15E deja muy claro por qué “el juglar de los pilotos de combate” canta sobre el Strike Eagle con tanta reverencia.
“Llevo más bombas que un B-24…”.
La serie de aviones de combate F-15 Eagle no necesita presentación para los aficionados a la historia de la aviación militar, ya que ha alcanzado una proporción de bajas inigualable y alucinante de 104:0 durante más de 40 años de servicio, sin una sola pérdida en combate aire-aire.
La variante de la serie E, en particular, realizó su vuelo inaugural el 11 de diciembre de 1986, 14 años después de que lo hiciera el F-15 original.
El Strike Eagle, en particular, fue concebido como un avión de guerra que realmente destacaría tanto en la función de superioridad aérea como en la de ataque a tierra. Una dualidad que el F-111 Aardvark de General Dynamics había pretendido cumplir anteriormente, pero que no llegó a hacerlo (aunque, para ser justos, el Aardvark funcionó bastante bien durante la Operación Cañón Eldorado, la misión de bombardeo estadounidense contra Libia en abril de 1986). De hecho, en 1996 el F-111 sería retirado y sustituido completamente por el F-15E.
Lo que hace especial al F-15E
La diferencia más obvia entre el F-15E y los modelos anteriores es que este es un biplaza, ya que el Strike Eagle cuenta también con un oficial del sistema de armas (WSO), conocido cariñosamente en el argot de la USAF como “Whizzo” o “GIB (Guy/Gal In Back)”.
El Whizzo es una adición necesaria por múltiples razones, la principal de las cuales es el funcionamiento del sistema de radar APG-70, que, como explica mi colega de 1945, Brent M. Eastwood, “tiene también una doble función. El piloto puede utilizar el sistema para atacar objetivos terrestres, mientras que el oficial del sistema de armas puede vigilar los objetivos aéreos. La tripulación puede entonces intercambiar los papeles en función de si hay nuevas amenazas aire-aire o diferentes objetivos en tierra”. Además, continúa Brent, “el oficial del sistema de armas tiene un gran trabajo porque hay todo tipo de acción en el asiento trasero. Hay cuatro pantallas que hay que examinar. En ellas se maneja el radar, la guerra electrónica, el seguimiento de los aviones enemigos, el estado de las armas, las amenazas y la navegación”.
En cuanto a la doble función prevista del avión, este pájaro de guerra puede llevar una carga útil de hasta 23.000 libras (3.628 kilogramos) de bombas, siendo una de las opciones el transporte de 15 JDAM. (Joint Direct Attack Munitions).
Para que el lector tenga una perspectiva y una base de comparación, los legendarios B-17 Flying Fortress, B-24 Liberator y B-29 Superfortress, todos ellos considerados bombarderos “pesados” según los estándares de la Segunda Guerra Mundial, tenían capacidades de carga de bombas de 17.600 libras (7.800 kilogramos), 8.000 libras (3.600 kilogramos) y 20.000 libras (9.100 kilogramos) respectivamente.
“… Y puse una pareja en la puerta trasera de Saddam”.
El F-15E recibió su bautismo de fuego durante la Operación Tormenta del Desierto. En la primera noche de esa campaña, 24 F-15E lanzaron un ataque contra cinco instalaciones fijas de Scud en el oeste de Irak. Los F-15E atacaron objetivos fuertemente defendidos en todo Irak, dando prioridad a los emplazamientos de misiles SCUD, y también se embarcaron en misiones de bombardeo de tanques contra vehículos iraquíes en Kuwait antes del comienzo de la fase de guerra terrestre del esfuerzo de liberación de Kuwait.
Los F-15E también destruyeron 18 aviones de la Fuerza Aérea Iraquí (IqAF) en tierra utilizando municiones GBU-12 y CBU-87.
Irónicamente, el F-15E se anotaría su primera muerte aire-aire, no con su cañón interno de 20 mm ni con sus misiles aire-aire… sino con una bomba guiada por láser, concretamente una GBU-10.
El día de San Valentín de 1991, una tripulación de F-15E formada por el entonces capitán Tim Bennett, el piloto, y el entonces capitán Dan Bakke, el oficial de vuelo, avistó un helicóptero Mi-24 Hind en proceso de descarga de tropas iraquíes que habría supuesto una amenaza para un equipo cercano de las fuerzas especiales estadounidenses.
Según relata el propio Tim Bennett
“Dan y yo discutimos cómo queríamos llevar a cabo el ataque. Decidimos atacar el helicóptero principal con una GBU-10 mientras estaba en tierra. Si le dábamos, quedaría destruido. Si se alejaba antes de que la bomba aterrizara, seguiría alcanzando a las tropas que acababa de dejar en el suelo. También daría a los otros helicópteros algo en lo que pensar, lo que podría dar al equipo una oportunidad de escapar en la confusión… Hubo un gran destello, y pude ver piezas volando en diferentes direcciones. Voló el helicóptero al infierno, casi lo vaporizó”.
Los Strike Eagles seguirían añadiendo tres UAV a su cuenta de muertes aire-aire durante las operaciones sobre Siria en 2017 y 2021. En cuanto al papel de bombardeo, el F-15E lo hizo con aplomo, desde las operaciones Deliberate Force y Allied Force sobre los Balcanes, pasando por las operaciones Enduring Freedom e Iraqi Freedom (se le atribuye la destrucción del 60 % de la fuerza total de la Guardia Republicana iraquí de Medina durante esta última operación), hasta la operación Inherent Resolve. En noviembre de 2015, el Strike Eagle consiguió su objetivo de mayor valor, matando a Abu Nabil, alias Wissam Najm Abd Zayd al-Zubaydi, entonces líder del Estado Islámico (ISIS) en Libia.
“… Y nadie quiere dejarme porque soy demasiado divertido”
Ya que este artículo comenzó citando la canción de Dick Jonas, creo que es apropiado concluir esta pieza en consecuencia: “Strike Eagle, Strike Eagle, ya sabes lo que quiero decir/Seguiré volando en 2019/Sí, seguiré volando en 2019”.
Aquí estamos en 2022, y efectivamente sigue volando.