Las noticias recientes indican que las tropas rusas podrían adquirir en un futuro próximo misiles de producción iraní para utilizarlos en Ucrania. La adquisición por parte de Moscú de los letales drones de combate iraníes a partir del verano hace más probable esta perspectiva. Aunque un mayor arsenal de misiles de corto y largo alcance serviría para las tácticas de enjambre de Rusia, sin la incorporación de armas y equipos militares adicionales Moscú seguirá teniendo dificultades en sus esfuerzos bélicos ofensivos. A continuación, se presentan cinco armas que Rusia podría utilizar para reforzar en gran medida su trayectoria en Ucrania.
Municiones guiadas de precisión
Debido a la incapacidad de conseguir la superioridad aérea en Ucrania, las fuerzas rusas han recurrido a disparar municiones de disuación desde aviones que merodean por el espacio aéreo ruso o bielorruso en lugar de realizar misiones de apoyo aéreo cercano en el país. Aunque esta estrategia ha permitido a las tropas rusas atacar objetivos sin poner sus propios aviones en riesgo de los sistemas de defensa aérea ucranianos, estos misiles contienen muchas piezas de guiado sofisticadas que son cada vez más difíciles de fabricar en Rusia debido a las sanciones occidentales. Unido a que el Kremlin está gastando muchas de estas armas en Siria, los militares rusos pueden estar deseando tener más MGP a medida que avanza la guerra.
Fusiles más avanzados
A pesar de todos los avances en la tecnología de combate, desde los tanques hasta los aviones y los misiles, en última instancia las guerras se ganan con las botas en el terreno. El arma básica de un soldado de infantería es un fusil. Rusia utiliza el AK-74 como fusil de servicio estándar; sin embargo, las imágenes y los análisis recientes muestran que los reclutas movilizados recientemente para reforzar el débil esfuerzo ruso podrían haber recibido AKM, un modelo más antiguo de su fusil actual.
Esto es significativo porque el AKM utiliza munición de 7,62 en lugar de la de 5,45 utilizada en las variantes modernas. La logística rusa, que ya está al límite, tendrá que entregar ahora dos tipos de munición para armas pequeñas en el frente. Dados los problemas de reabastecimiento a los que ya se enfrenta, tener el mismo rifle para toda su infantería sería un alivio.
Carro de combate principal T-90
Desde el comienzo de la guerra, el ejército ruso ha perdido un número asombroso de carros de combate, y algunas estimaciones sitúan sus pérdidas en más de 2.000. Aunque los analistas están estudiando los detalles de las pérdidas y cómo pueden afectar a las tácticas de los carros de combate en el futuro, está claro que estas pérdidas se están produciendo a un ritmo insostenible. Dada la dependencia de la doctrina rusa de los carros de combate para llevar a cabo ofensivas y sus dificultades para reemplazar las pérdidas debido a las sanciones occidentales, los altos mandos rusos necesitan claramente más carros de combate.
El tanque T-90 tiene un alcance de cinco kilómetros, cuenta con un cañón principal 2A46M con cargador automático y puede alcanzar una velocidad de aproximadamente 60 kilómetros por hora. Al ser el principal MBT de Moscú, una afluencia de T-90 revitalizaría su Cuerpo Blindado. Aunque el T-90 es ahora ucraniano y tiene un historial desigual, Putin seguramente tomaría todos los que pudiera conseguir.
Una mayor flota de cazas Su-57 en funcionamiento
A pesar de su eficacia, la Fuerza Aérea Rusa (RuAF) sólo tiene un puñado de sus cazas furtivos de quinta generación Su-57. Tal vez debido a esta escasez, parece que apenas se han empleado en los cielos de Ucrania, si es que lo han hecho.
El caza furtivo bimotor y polivalente está destinado a realizar una serie de misiones versátiles, como la superioridad aérea y los ataques terrestres y marítimos. Sin embargo, las trayectorias de producción y desarrollo del caza han sido muy difíciles y sólo un puñado de los 60 aviones proyectados han entrado en servicio. Dada la supuesta eficacia del avión, y la incapacidad de Rusia para conseguir la superioridad aérea con todas las ventajas que conlleva, reforzar la RuAF con varios escuadrones de Su-57 tendría un gran impacto en el conflicto.
Ural 4320
Aunque algunos modelos del Ural 4320 pueden soportar el lanzacohetes BM-21, su propósito principal es el de trasladar hombres y equipo militar a través de grandes distancias en terreno accidentado: es un camión de suministros. Desde el comienzo de la guerra, los militares rusos han tenido que lidiar con desafíos logísticos. Desde un atasco en las afueras de Kiev que dificultó el reabastecimiento de las tropas, pasando por los ataques ucranianos a los depósitos de suministros, hasta la caída del principal centro ferroviario de Izium, Rusia podría utilizar más camiones para reabastecer a sus asediadas fuerzas del frente.
En teoría, las cinco armas de guerra enumeradas anteriormente podrían apoyar los esfuerzos bélicos de Rusia en Ucrania. Sin embargo, es poco probable que esta ayuda aparezca pronto debido a las sanciones occidentales. Además, la fabricación limitada y las importaciones de baja calidad seguirán minando la invasión del Kremlin.