El Rockwell B-1 Lancer es un bombardero supersónico de geometría variable diseñado para la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Este artículo explora sus usos estratégicos.
Misiones defensivas contra radares de misiles y cañones antiaéreos
El B-1B Lancer está equipado con el avanzado sistema de aviónica EDO Corporation AN/ALQ-161, el controlador digital IBM AP-101 F, transmisores de interferencia de Northrop Grumman y antenas de matriz en fase de Raytheon. Este sistema puede bloquear la información del avión ante radares de alerta temprana, incluyendo su ubicación. Esto permite su uso en misiones defensivas, especialmente contra radares de control de fuego de misiles y cañones antiaéreos.
El radar de pulso Doppler de advertencia en cola proporciona cobertura hemisférica trasera contra objetivos enemigos. Además, los dispensadores de chaff y bengalas aumentan la fiabilidad del sistema como mecanismos de contramedida.
Capacidad de carga y variedad de armamento para misiones estratégicas
El B-1B Lancer es utilizado en misiones estratégicas que involucran lanzamientos aéreos y terrestres. Con tres compartimentos internos de armas y seis puntos de anclaje externos bajo el fuselaje, puede llevar una carga útil de hasta 75,000 libras internamente y 50,000 libras externamente. Entre su armamento se encuentran el AGM-154 Joint Standoff Weapon (JSOW), AGM-158C Long Range Anti-Ship Missile (LRASM), AGM-158 Joint Air to Surface Standoff Missile (JASSM) y el AGM-183 Air-Launched Rapid Response Weapon (ARRW).
Según la Air & Space Forces Magazine, “sus tres compartimentos internos de armas pueden llevar la mayor carga útil de armas guiadas/no guiadas en el inventario de la Fuerza Aérea, y su ala de geometría variable permite un tiempo de patrulla y alcance prolongado”.
Participación en operaciones de combate aéreo
El B-1B Lancer ha sido utilizado en diversas operaciones de combate aéreo, incluyendo la Operación Desert Fox en 1998, la Operación Allied Force en Kosovo, la Operación Enduring Freedom en Afganistán y la invasión de Irak en 2003. Durante estas operaciones, se emplearon diversas armas convencionales, como las bombas guiadas por GPS GBU-31 JDAM.
En la invasión de Irak, ocho B-1 Lancer lanzaron casi el 40% del total de la artillería utilizada, alcanzando una tasa de capacidad de misión superior al 79%. La precisión y capacidad de carga del B-1 lo hicieron uno de los aviones más utilizados en estas operaciones.
Despliegues estratégicos recientes
Desde 2015, los B-1 Lancer fueron reasignados al Global Strike Command de la Fuerza Aérea de EE. UU. durante periodos de inestabilidad política y conflictos geopolíticos. En 2017, fueron desplegados cerca de la frontera de Corea del Norte como muestra de fuerza. En abril de 2018, lanzaron misiles JASSM en Damasco y Homs, Siria.
En marzo de 2021, participaron en misiones de entrenamiento con las fuerzas terrestres de Noruega y Suecia. A principios de 2024, varios B-1 atacaron objetivos terroristas en Irak y Siria en respuesta a la muerte de tres soldados estadounidenses en Jordania.
Avanzados sistemas de navegación y precisión
La versatilidad del B-1 Lancer se destaca por su velocidad, resistencia y fiabilidad en misiones en comparación con bombarderos convencionales. El radar de apertura sintética puede rastrear, apuntar y atacar vehículos en movimiento, mientras que el sistema de navegación inercial asistido por GPS permite una navegación precisa sin la necesidad de ayudas terrestres.
Según declaraciones oficiales, “el B-1 es un sistema de armas altamente versátil y multimisión. Su radar de apertura sintética puede rastrear, apuntar y atacar vehículos en movimiento, así como modos de seguimiento de terreno y autoguiado”.
Estos sistemas avanzados permiten que el B-1 Lancer se use en misiones aéreas con alta precisión y eficiencia, lo que refuerza su papel estratégico en la defensa y operaciones ofensivas de la Fuerza Aérea de EE. UU.