El misil AGM-69A, creado por Boeing, permitió a bombarderos de EE. UU. penetrar defensas soviéticas, reemplazando al AGM-28 Hound Dog desde 1972.
Origen y desarrollo del misil AGM-69A SRAM
El misil de ataque de corto alcance AGM-69A SRAM, desarrollado por Boeing, marcó un avance significativo en la capacidad de los bombarderos estratégicos de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) para superar las defensas aéreas soviéticas durante la Guerra Fría. Diseñado para neutralizar sistemas de misiles tierra-aire (SAM) y otros objetivos estratégicos, el AGM-69A reemplazó al misil de crucero AGM-28 Hound Dog, un arma supersónica de gran tamaño que limitaba la capacidad de los bombarderos B-52 al transportar solo dos unidades sin otras armas. Este inconveniente reducía la potencia de fuego necesaria para contrarrestar las defensas soviéticas, lo que llevó a la Strategic Air Command (SAC) a buscar una solución más eficiente. En noviembre de 1963, la SAC emitió un requerimiento para un misil de corto alcance, y en marzo de 1964, se publicó el SOR-212, solicitando un nuevo diseño. El Departamento de Defensa aprobó el desarrollo en marzo de 1965, asignando la designación WS-140A. Boeing ganó el contrato en octubre de 1966, iniciando un proceso que culminó con la entrada en servicio del misil en agosto de 1972 tras superar retrasos técnicos.
El desarrollo del AGM-69A enfrentó desafíos significativos. Entre 1969 y 1971, se realizaron 40 pruebas de lanzamiento en el White Sands Missile Range, Nuevo México, utilizando bombarderos B-52 y FB-111A. Estas pruebas demostraron que el misil superaba los requisitos en alcance, precisión y confiabilidad, con una sección transversal de radar reducida que dificultaba su detección. En diciembre de 1967, se lanzó un prototipo no funcional desde un B-52, y las pruebas de vuelo en vivo comenzaron en julio de 1969. A pesar de problemas técnicos que retrasaron la producción hasta 1971, los resultados permitieron ampliar la misión del misil más allá de la supresión de defensas aéreas para incluir ataques a objetivos estratégicos seleccionados, aumentando la letalidad de la flota de bombarderos de la SAC.
La producción del AGM-69A comenzó en 1971, y la SAC recibió el primer misil en marzo de 1972. La 509th Bombardment Wing en Pease AFB, New Hampshire, fue la primera en operar el misil con los FB-111A, seguida por la 42nd Bomb Wing en Loring AFB, Maine, con los B-52G en septiembre de 1972. Hasta agosto de 1975, Boeing fabricó 1.500 misiles a un costo aproximado de 592.000 dólares por unidad, con Lockheed Propulsion Company como subcontratista para los propulsores.
El AGM-69A destacó por su diseño compacto y avanzado. Con 14 pies de longitud, 17,5 pulgadas de diámetro y un peso de 2.230 libras, era significativamente más pequeño que el Hound Dog. Su motor de combustible sólido de dos etapas Lockheed SR75-LP-1 permitía alcanzar velocidades de Mach 3 y un alcance máximo de 110 millas náuticas (200 km). Equipado con una ojiva nuclear W69 de 170 a 200 kilotones, el misil ofrecía una precisión con un error circular probable (CEP) de 1.400 pies (430 metros). Su sistema de guiado, basado en un sistema de navegación inercial general Precision/Kearfott KT-76 y un altímetro de radar Stewart-Warner, permitía trayectorias semibalísticas o de seguimiento del terreno, así como una maniobra significativa en vuelo, conocida como lanzamiento “sobre el hombro”, que permitía atacar objetivos detrás del avión lanzador.
Datos clave del AGM-69A SRAM para la Fuerza Aérea de EE. UU.
- Dimensiones: 14 pies de largo, 17,5 pulgadas de diámetro, peso de 2.230 libras.
- Propulsión: Motor de combustible sólido de dos etapas Lockheed SR75-LP-1, velocidad Mach 3.
- Alcance: Hasta 110 millas náuticas (200 km) en lanzamientos a gran altitud.
- Ojiva: W69 nuclear, con un rendimiento de 170-200 kilotones.
- Precisión: Error circular probable (CEP) de 1.400 pies (430 metros).
- Capacidad por avión: B-52G/H hasta 20 misiles, B-1B hasta 24, FB-111A hasta 6.
- Producción: 1.500 unidades fabricadas entre 1971 y 1975 por Boeing.
Operación y despliegue del AGM-69A en la Guerra Fría
El AGM-69A fue un componente clave del arsenal nuclear de la USAF durante la Guerra Fría, desplegado en múltiples bases estratégicas. Los bombarderos B-52G y H podían llevar hasta 20 misiles, con seis en cada pilón externo de ala y ocho en un lanzador rotativo interno, similar a un cargador de revólver. El Rockwell B-1B Lancer, introducido en la década de 1980, podía transportar hasta 24 misiles en tres lanzadores rotativos internos, todos alojados en bahías de armas para reducir la firma radar. El FB-111A Aardvark, un bombardero de ala oscilante, llevaba hasta seis misiles, dos internos y cuatro externos. Los misiles externos requerían un carenado de cola desechable para minimizar la resistencia aerodinámica durante el vuelo supersónico, que se desprendía al encender el motor cohete.
El misil fue diseñado para minimizar su detección. Su fuselaje estaba recubierto con 0,8 pulgadas de caucho blando para absorber ondas de radar y disipar el calor generado en vuelo. Las tres aletas traseras, fabricadas con material fenólico, también reducían la firma radar. Todos los componentes electrónicos y sistemas de seguridad se alojaban en un canal superior, optimizando el diseño. Estas características hacían del AGM-69A un arma difícil de contrarrestar, capaz de operar en entornos de alta amenaza como los previstos contra las defensas soviéticas, incluyendo los sistemas SA-2 y posteriores.
El primer disparo real desde un B-1B operativo ocurrió el 3 de junio de 1987, demostrando su integración en plataformas modernas. El misil sirvió en bases como Loring AFB en Maine, Pease AFB en New Hampshire, Mather AFB en California, Dyess AFB en Texas, McConnell AFB en Kansas, Grand Forks AFB en Dakota del Norte y Ellsworth AFB en Dakota del Sur. Su capacidad para realizar trayectorias complejas y maniobras en vuelo aumentó la flexibilidad táctica de los bombarderos, permitiendo ataques a objetivos fijos y móviles sin exponer a las aeronaves a las defensas enemigas.
Durante su servicio, el AGM-69A enfrentó preocupaciones de seguridad. En septiembre de 1980, un incendio en un B-52H en Grand Forks AFB, que duró tres horas avivado por vientos de 42 km/h, levantó alarmas sobre la seguridad de las ojivas nucleares. En 1988, el experto en armas Roger Batzel testificó en una audiencia del Senado que un cambio en la dirección del viento podría haber causado una explosión convencional y dispersión de plutonio radiactivo. En junio de 1990, el secretario de Defensa Dick Cheney ordenó retirar los misiles de los bombarderos en alerta para una investigación de seguridad, que reveló grietas en varios motores de combustible sólido, probablemente causadas por ciclos térmicos anuales. Estos defectos podían provocar explosiones al lanzamiento, lo que llevó a la USAF a trabajar con Thiokol Corporation en motores mejorados de mayor durabilidad.
Retiro y legado del AGM-69A SRAM
El AGM-69A fue retirado del servicio en 1993, influenciado por múltiples factores. Las grietas en los motores de combustible sólido representaban un riesgo inaceptable, y los avances en misiles balísticos y de crucero, como el AGM-86 ALCM, que podía lanzarse desde fuera del alcance de las defensas soviéticas, hicieron que la penetración de bombarderos fuera menos necesaria. Además, el colapso de la Unión Soviética en 1991 redujo la urgencia de mantener armas como el AGM-69A. Su misión fue asumida por sistemas de mayor alcance y precisión, marcando el fin de su ciclo operativo.
Se propusieron mejoras y reemplazos para el AGM-69A. En la década de 1970, se planeó una versión mejorada, la AGM-69B SRAM B, con un motor nuevo de Thiokol, un sistema de guiado actualizado y la ojiva W80 del AGM-86 ALCM. Sin embargo, la cancelación del B-1A por el presidente Jimmy Carter en 1978 terminó con este programa. En 1981, con la reanudación del programa B-1B bajo el presidente Ronald Reagan, se inició el desarrollo del AGM-131 SRAM II, diseñado para ser más pequeño, con un motor de dos pulsos de Hercules y la ojiva W89 de 200 kilotones. Este programa alcanzó la etapa de pruebas de vuelo, pero fue cancelado en septiembre de 1991 por el presidente George H. W. Bush debido a razones geopolíticas tras el fin de la Guerra Fría y dificultades técnicas.
El AGM-69A SRAM dejó un legado significativo en la evolución de las armas aéreas nucleares. Su capacidad para operar en entornos hostiles y su diseño compacto influyeron en el desarrollo de misiles posteriores. En la Unión Soviética, el éxito del AGM-69A inspiró la creación del misil aeroballístico X-15, reflejando su impacto en la carrera armamentística. Aunque retirado, el AGM-69A demostró la importancia de la flexibilidad táctica y la reducción de la firma radar en el diseño de misiles, conceptos que siguen siendo relevantes en los sistemas modernos.