Las polémicas afirmaciones como “el F-35 es un avión de un billón de dólares que no puede combatir en duelos aéreos” y “el Su-57 no cumple los criterios de un caza de quinta generación” frecuentemente incendian las discusiones en foros digitales.
Similar controversia rodea al Sukhoi Su-75 ruso. En un contexto donde Estados Unidos contempla retirar sus modelos más antiguos de quinta generación y se prepara para ensayar prototipos de sexta generación, Rusia sigue proyectando la fabricación de un caza de quinta generación más económico para finales de esta década.
Los datos disponibles sobre el Su-75 emergen principalmente de los anuncios espectaculares de Rostec, la corporación rusa detrás del proyecto. Aunque el caza aún permanece en fase de diseño, existen incertidumbres sobre la financiación necesaria para su desarrollo.
Desafíos financieros y de desarrollo en la evolución del Su-75
Si el Su-75 lograse avanzar de la fase conceptual a la producción, según lo prometido, representaría una opción viable y económica para naciones con presupuestos restringidos. Descrito como un caza de quinta generación con capacidades de sigilo, especialmente enfocadas en el ámbito frontal, podría ser el heredero natural de los viejos MiG-21.
Característica | Detalle |
---|---|
Modelo | Sukhoi Su-75 ‘Checkmate’ |
Tripulación | Uno |
Planta motriz | 1x NPO Saturn AL-51F-1 |
Velocidad máxima | Mach 1.8 |
Alcance de traslado | 1,900 millas |
Costo aproximado | $30 millones |
Según informes de RIA, el costo inicial de cada unidad podría rondar los 30 millones de dólares, cifra considerablemente inferior en comparación con los cazas de combate occidentales. Rostec planea fabricar 300 ejemplares en un lapso de 15 años. Defense Express lo describe como “un MiG-21 modernizado, con mejoras en sigilo, sistemas digitales y un arsenal de armamento guiado de precisión”.
El Su-75 en el escenario global: entre promociones y percepciones
A diferencia de otros desarrollos aeronáuticos llevados a cabo bajo estricto secreto, como el caza de sexta generación NGAD de EE. UU., el Su-57 ruso y el Shenyang FC-31 chino, el Su-75 ha sido presentado en ferias militares y promocionado mediante vídeos impactantes.
Sin embargo, esta estrategia no ha logrado impresionar a muchos analistas internacionales, quienes sospechan que lo exhibido podría ser simplemente un modelo a escala. Este caza representa la aspiración rusa de ofrecer una alternativa económica para aquellos países que no tienen acceso o no pueden permitirse los avanzados cazas de quinta generación de fabricación estadounidense.
Como destaca el reconocido analista en economía de defensa, Perun, “Aún no es un producto exportable; es un proyecto en fase de desarrollo”.
Financiamiento y Promoción del Su-75 en un Contexto Desafiante
Las evidencias apuntan a que Rostec, la corporación rusa detrás del Su-75, no ha recibido financiación estatal directa para el desarrollo de este caza. Como resultado, la compañía ha recurrido a tácticas de marketing, como la producción de videos promocionales de alto impacto y la exhibición de maquetas bajo una iluminación dramática, buscando captar el interés internacional que potencialmente financie el proyecto.
El canal de YouTube Binkov’s Battlefields comenta que el Su-75 es una propuesta intrigante. Si lograra la inversión necesaria, podría convertirse en una alternativa clave para naciones que no tienen acceso al F-35 o aeronaves similares. Además, mencionan que, incluso antes de la crisis ucraniana, el Su-75 “Checkmate” ya había atraído a un comprador internacional.
Sin embargo, el contexto ha cambiado drásticamente tras la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia, marcando un antes y un después en la industria de defensa rusa.
A pesar de esto, Rostec afirma que el desarrollo del Su-75 avanza, indicando que “la producción de las primeras muestras ya ha comenzado” y que la aeronave está en fase de preproducción. Según Interfax, el vuelo inicial estaba previsto para 2023, pospuesto luego a 2024, con las primeras entregas programadas entre 2026 y 2027. Este cronograma parece sorprendentemente ambicioso y poco realista.
Para ponerlo en perspectiva, el caza Su-57 ruso, que voló por primera vez en 2010, solo recientemente comenzó su producción en serie y aún no ha sido desplegado en combate, 14 años después de su vuelo inaugural. El Su-75 “Checkmate” no ha realizado aún su primer vuelo. The National Interest reportó en febrero de 2024 que su debut aéreo podría estar aún a años de distancia.
Según análisis de Rand, las proyecciones optimistas para el Su-75 son altamente especulativas, particularmente en vista de los significativos obstáculos que Rusia ha enfrentado con el desarrollo del Su-57, que probablemente no alcanzará su plena capacidad operativa hasta 2027.
Desplome en la Confianza y Perspectivas del Su-75 en el Mercado Global
El Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), un ente clave en el seguimiento de las transferencias y ventas de armamento a nivel mundial, ha documentado un desplome significativo en las exportaciones de armas rusas desde el inicio de la guerra en Ucrania.
No solo se ha visto una caída en las entregas —lo que podría explicarse por la necesidad interna de armas de Rusia—, sino también en los pedidos de exportación para los próximos uno a cinco años, indicando un rechazo generalizado hacia el material bélico ruso.
Este contexto plantea retos cruciales para el proyecto del Su-75 “Checkmate”. La percepción negativa sobre el rendimiento de la tecnología militar rusa en Ucrania, el temor a sanciones internacionales y la sospecha de que Rusia podría intentar evadir dichas sanciones para producir el Su-75, podrían disuadir a los países de invertir en un proyecto con tantas incertidumbres.
Aunque teóricamente Rusia podría financiar el desarrollo del Su-75 por su cuenta, esto parece improbable en el presente. Con el enfoque actual en proveer armamento para la guerra en Ucrania, es poco probable que el Kremlin destine fondos sustanciales para un proyecto destinado a futuros conflictos.
La lista de posibles compradores internacionales del Su-75 incluye países como India, Argelia, Turkmenistán, Irán, Nigeria, varios operadores de MiG-29, y los Emiratos Árabes Unidos. No obstante, según Bulgarianmilitary.com, los Emiratos, que se consideraban un inversor clave, han desistido del proyecto y optaron por adquirir los F-35 estadounidenses.
Por otro lado, Janes reporta que Serbia, un tradicional aliado de Rusia, ha optado por comprar cazas Rafale franceses, evidenciando así la creciente dificultad de Moscú para mantener su influencia en el mercado de armas tradicional.