En medio de restricciones para adquirir Eurofighter Typhoons, Arabia Saudí explora la compra de 54 aviones de combate Rafale de Dassault Aviation, según fuentes cercanas al tema.
El Reino de Arabia Saudí se encuentra en negociaciones avanzadas para la compra de 54 aviones de combate Rafale, fabricados por la empresa francesa Dassault Aviation. Esta decisión surge tras los reportes de Intelligence Online, que destacan dificultades en la adquisición de más Eurofighter Typhoons para la Real Fuerza Aérea Saudí (RSAF) debido a las limitaciones impuestas por Alemania.
El obstáculo para Arabia Saudí en obtener más Eurofighter Typhoon se debe a una prohibición de Alemania, parte del consorcio productor de dichos aviones. Esta situación no solo abre la puerta a que Berlín ofrezca como alternativa los Rafale, sino que también cuestiona la continuidad del programa Eurofighter Typhoon.
En un movimiento estratégico, las autoridades saudíes han entregado un presupuesto específico a los productores franceses para 54 aviones de combate Rafale, solicitando una respuesta antes del 10 de noviembre de 2023. Esta información fue confirmada por La Tribune, basándose en diversas fuentes.

La adquisición potencial de los Rafale por parte de Arabia Saudí podría significar un punto de inflexión en la influencia de Francia dentro del mercado de armamento en Oriente Medio, reforzando la presencia del Rafale en la región.
Egipto lideró las compras regionales de estos jets, con 54 unidades entre 2015 y 2021. Qatar también optó por el Rafale, sumando 36 unidades entre 2015 y 2017, y está considerando una compra adicional de 36 aviones. En una victoria significativa para Dassault Aviation, los Emiratos Árabes Unidos pactaron la compra de 80 Rafale en diciembre de 2021, marcando el pedido más grande para la compañía hasta esa fecha.
Remontándonos a 2006, Arabia Saudí había acordado comprar 72 Typhoons, entregados entre 2008 y 2017, y en 2018 se planificó adquirir 48 unidades más. No obstante, la prohibición de Alemania sobre la venta de armas a Arabia Saudí tras el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en 2018 ha obstruido estas iniciativas.
Actualmente, la RSAF cuenta con una flota de más de 200 F-15C/D/SA Eagle, entregados por primera vez en 1978. La negativa de Alemania amenaza la viabilidad del programa Eurofighter, como destacó Michael Schölhorn, director de Airbus Defense and Space y presidente de la Asociación Aeroespacial Alemana (BDLI), indicando un futuro incierto para este avión de combate europeo. Esta situación ha impulsado intentos fallidos del Reino Unido por obtener la aprobación alemana para continuar las ventas a Arabia Saudí.

Durante un evento informativo el 13 de octubre en Berlín, convocado por el BDLI, se subrayó la importancia vital de comenzar una nueva fase de fabricación del Eurofighter Typhoon, específicamente la Tranche 5, previo al año 2025. El objetivo primordial es evitar un cese en la continuidad productiva.
Conforme a los planes vigentes, se anticipa que la producción del Eurofighter por parte de Alemania concluya en 2030, con el acoplamiento del último modelo de la Tranche 4 (contrato Quadriga, con 38 aviones de combate) a las fuerzas de la Luftwaffe. Este esquema actual presagia un hiato de diez años en las solicitudes para la industria militar aérea germana, considerando que las habilidades operativas iniciales de los futuros cazas SCAF/FCAS, en alianza con Francia y España, se postergarían tentativamente hasta 2040.
Airbus muestra preocupación frente a los efectos que podrían ser devastadores de esta caída anticipada en la elaboración de cazas militares en Alemania, lo que incluye la posible erradicación de numerosos puestos laborales y un declive agudo en el ámbito aeronáutico en general. En vista de esto, Airbus enfatiza el requerimiento apremiante y acuciante de una resolución por parte del Ministerio de Defensa alemán relacionada con el Eurofighter, particularmente en la autorización de una nueva solicitud (Tramo 5).
Pasando a otro modelo, el Rafale francés, fabricado por Dassault Aviation, es un avión de combate versátil, proyectado para ejecutar una variedad de tareas, incluyendo el dominio aéreo, los ataques terrestres, labores de reconocimiento y la disuasión nuclear.

El Rafale se distingue por su sistema aviónico de vanguardia, su conformación aerodinámica y una agilidad sobresaliente, atributos que lo posicionan como un recurso invaluable en el conflicto aéreo contemporáneo.
El peso máximo de despegue del Rafale es de aproximadamente 24.500 kilogramos (54.000 libras), y su extensión es cerca de 15,3 metros (50 pies). Posee una envergadura de alrededor de 10,9 metros y una altura cercana a los 5,3 metros.
Este avión de combate se impulsa mediante dos propulsores Snecma M88-2, los cuales generan una tracción conjunta de cerca de 150 kilonewtons (33.700 libras-fuerza). Estos motores destacan por su confiabilidad, eficacia y economía en el consumo de combustible.
La distancia operativa del Rafale se sujeta a múltiples variables, como el tipo de misión, el peso del equipo y la cantidad de combustible. No obstante, en términos generales, tiene la capacidad de realizar vuelos de hasta 3.700 kilómetros (2.300 millas) sin necesidad de reaprovisionamiento en pleno vuelo.
El Rafale, una potencia en el aire, ostenta una velocidad pico de Mach 1.8 [2.222 kilómetros por hora o 1.380 millas por hora] en altitudes elevadas y Mach 1.1 [1.390 kilómetros por hora u 860 millas por hora] en altitudes bajas. Este jet se distingue no solo por su velocidad sino también por su arsenal diversificado.
Equipado para múltiples misiones, el Rafale cuenta con 14 puntos duros, permitiendo el transporte de una variedad de misiles aire-aire y aire-tierra, así como bombas y municiones guiadas de precisión. Su capacidad de armamento se extiende a misiles avanzados como el Meteor, SCALP, y AASM, complementados con un cañón interno de 30 mm para operaciones de soporte cercano y defensa propia.

2022 fue un año significativo para Dassault Aviation, obteniendo 92 contratos para el Rafale, sumando un total histórico de 164 jets pendientes de entrega. La manufactura sigue en aumento, mientras potenciales contratos con países como India, Indonesia y Francia se perfilan en el futuro próximo.
El caza francés Rafale experimentó una demanda sin precedentes en 2022. Específicamente, Dassault Aviation firmó contratos para 92 aeronaves [80 con Emiratos Árabes Unidos, 6 con Grecia y 6 con Indonesia], con un valor total de 15.700 millones de euros. Este progreso impresionante fue anunciado en el informe anual financiero de la compañía.
El valor acumulado de la cartera de pedidos de defensa alcanzó los 30.300 millones de euros, con exportaciones que constituyen 21.900 millones. Al cierre del año fiscal, el 31 de diciembre, Dassault confirmó tener 164 Rafales en espera, incluyendo 125 para exportación y 39 destinados a operaciones domésticas en Francia.
Mirando hacia el futuro, la firma anticipa una producción sostenida gracias a posibles acuerdos con Arabia Saudí. Este flujo constante de producción, junto con una posible expansión en los mercados de Oriente Medio, podría representar un cambio transformador para Dassault Aviation.