Durante el ejercicio Red Flag 25-1 en la base aérea de Nellis, un F-16 fue visto luciendo los colores del caza ruso Su-57, generando interés táctico y estratégico.
Red Flag 25-1: un escenario clave para el entrenamiento aéreo
La base aérea de Nellis, en Nevada, es el escenario del ejercicio de combate Red Flag 25-1, que conmemora su 50 aniversario y se extenderá hasta el 14 de febrero. En este contexto, se destacó la presencia de un F-16 estadounidense pintado con los colores característicos del caza ruso Su-57 Felon, lo que captó la atención de muchos.
Este avión exhibe un patrón de camuflaje ruso que ya había sido empleado anteriormente, como en un ejercicio similar en 2019. Sin embargo, esta elección no responde a motivos estéticos, sino a una estrategia diseñada para aumentar el realismo de las simulaciones de combate.
Los ejercicios Red Flag reúnen a pilotos de Estados Unidos y aliados para enfrentar escenarios de combate simulados. El objetivo es perfeccionar habilidades mediante situaciones que replican las tácticas de adversarios potenciales, mejorando así la preparación ante amenazas reales.
Aspectos relevantes del uso del camuflaje Su-57 en Red Flag
- El camuflaje está diseñado para replicar visualmente al Su-57, caza ruso de quinta generación.
- El escuadrón agresor 64º, con base en Nellis, emplea estos aviones para simular amenazas en combate aéreo.
- La elección del patrón fue determinada mediante un concurso en redes sociales del general Robert Novotny.
- Esta práctica busca reducir el impacto psicológico que provoca la visualización repentina de un avión enemigo.

La función del escuadrón agresor en el entrenamiento militar
La estrategia de pintar aviones estadounidenses con colores adversarios se originó tras las experiencias de la guerra de Vietnam. Durante ese conflicto, los pilotos de la Fuerza Aérea de EE. UU. enfrentaron dificultades ante tácticas y aviones soviéticos que no habían sido previstos en su formación.
En respuesta, en 1972 se creó el 64º Escuadrón de Armas de Cazas en Nellis, con el fin de entrenar a los pilotos para volar y pensar como sus posibles oponentes. Aviones como el F-5E Tiger fueron seleccionados para emular a los MiG-21 de la época.
A lo largo de los años, los ejercicios de los escuadrones agresores han evolucionado, incorporando aviones más modernos como los F-16, adaptados para simular aeronaves avanzadas como el Su-27 y el MiG-29.
Innovaciones y cambios en los escuadrones agresores tras la Guerra Fría
Con el fin de la Guerra Fría, la misión de estos escuadrones se amplió para incluir amenazas de distintas regiones. El empleo de aeronaves como los T-38 Talons permitió una mayor versatilidad en la simulación de tácticas adversarias tanto de Oriente como de Occidente.
En 2019, la Fuerza Aérea de EE. UU. decidió crear el 65º Escuadrón Agresor, equipado con F-35A Lightning II. Estos aviones se utilizan para entrenar contra amenazas modernas, incluidas tecnologías furtivas como el J-20 chino y el Su-57.

Los esquemas de pintura continúan desempeñando un papel crucial en el entrenamiento psicológico. Los patrones se han vuelto más detallados, reflejando las capacidades avanzadas de los posibles adversarios.
Preparación constante frente a nuevas amenazas
Los escuadrones agresores no solo proporcionan entrenamiento intensivo, sino que también recopilan inteligencia sobre amenazas emergentes. Esta práctica es esencial para garantizar que los pilotos puedan enfrentar cualquier tipo de adversario en combate.
Hoy en día, estos escuadrones continúan adaptándose a los cambios geopolíticos y tecnológicos. Su historia refleja el compromiso de la Fuerza Aérea por mantenerse preparada frente a cualquier desafío en los cielos.