El B-52J, la versión más reciente del icónico bombardero B-52 Stratofortress de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, iniciará sus vuelos de prueba en 2028 y se espera que esté plenamente operativo para el año 2033.
Esta nueva variante del B-52 Stratofortress, aunque aún tardará varios años en unirse oficialmente a la rotación de la Fuerza Aérea, llevará una impresionante variedad de armas en grandes cantidades cuando finalmente entre en servicio.
Desde su introducción en la década de 1950, el B-52 ha sido un pilar fundamental de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. A pesar del paso del tiempo, este bombardero sigue siendo relevante, y las mejoras continuas permitirán que su vida útil se extienda durante muchas décadas más.
De hecho, se estima que el B-52 podría alcanzar los 100 años de servicio activo, un hito extraordinario considerando que, cuando voló por primera vez, la aviación tenía apenas medio siglo de existencia. Hoy, el B-52 ha estado en servicio durante más de la mitad del tiempo que los seres humanos han estado volando.
A lo largo de su historia, el B-52 ha recibido múltiples actualizaciones en diferentes áreas como aviónica, motores, y armamento, lo que ha permitido que su estructura, originaria de los años 50, siga siendo útil en la Fuerza Aérea moderna.
La variante B-52J es la última evolución de este bombardero, y contará con un nuevo motor Rolls Royce F-130, diseñado para mejorar la eficiencia en el consumo de combustible y aumentar su capacidad furtiva. Además, integrará un sistema de radar avanzado proveniente del F/A-18 Super Hornet, junto con un arsenal mejorado.
El propósito de un bombardero es claro: llevar armas al objetivo, y en este aspecto, el B-52 ha demostrado estar siempre a la altura. El Stratofortress es capaz de transportar hasta 31.500 kilogramos de munición mixta, incluyendo bombas, minas y misiles en diversas configuraciones, lo que representa una carga útil considerable.
Para ponerlo en perspectiva, los bombarderos B-24 Liberator de la Segunda Guerra Mundial tenían una carga útil máxima de 3.600 kilos en vuelos de corto alcance.
Además de su capacidad de transportar munición convencional, el B-52 también está preparado para llevar armas nucleares; las variantes G y H, por ejemplo, pueden cargar hasta veinte misiles nucleares AGM-69 SRAM.
La variante J promete superar incluso estas capacidades, ofreciendo una plataforma versátil capaz de transportar desde bombas de gravedad hasta misiles de crucero y armas hipersónicas.
Esta flexibilidad permitirá al B-52J atacar al enemigo con municiones guiadas con precisión, desde “masas asequibles” hasta armas altamente especializadas.
Aunque el B-52 pueda parecer anacrónico en una Fuerza Aérea que actualmente depende en gran medida de la tecnología furtiva, sigue siendo una pieza clave gracias a su capacidad para transportar una gran cantidad de armamento.
A pesar de no estar diseñado para operar en espacios aéreos disputados, la Fuerza Aérea apuesta a que su capacidad para llevar una carga útil sustancial compensará esta deficiencia.
Así, un bombardero de la vieja escuela, pero equipado con un armamento moderno y mejorado, sigue siendo relevante y preparado para los combates actuales.