En 1963, el Ministerio de Defensa canceló la entrega de la XB-70 Valkyrie, un milagroso bombardero tecnológico que intentaba encontrar su misión en la era de los misiles. La Unión Soviética, consciente del desarrollo de Valkiria, respondió con al menos dos programas. Uno era el Foxbat de Mig-25, un interceptor de alta velocidad capaz de atrapar a un asesino de Valquiria. El otro era el T-4 «Dry», que tenía un terrible parecido con Valkiria. Y, al igual que Valkiria, el avión T-4 creó un avión inusualmente innovador, que ahora solo se encuentra en el museo.
Origen
El avión T-4 demostró interés en un avión de gran altitud y alta velocidad capaz de penetrar en el espacio aéreo estadounidense con fines de reconocimiento y de ataque estratégico. La primera solicitud de propuesta se hizo en 1963, cuando la Unión Soviética comenzó a comprar un bombardero supersónico Tu-22, que podía alcanzar Mach 1,42 en un techo de 4.000 pies y un alcance de 3.000 millas. Sin embargo, los ciegos eran considerados problemáticos en términos de mantenimiento e insuficientes para las necesidades soviéticas. Por lo tanto, tanto Sukhoi como Tupolev comenzaron a explorar las posibilidades de acción futura.
A pesar de que el XB-70 se canceló antes de la licitación oficial para el avión T-4, la Unión Soviética todavía veía cierto valor en él. Si el programa avanzaba, podría producir un avión con un rendimiento excelente. La T-4 fue diseñada para alcanzar Mach 3, con un techo de trabajo de casi 80,000 pies y un alcance de 4,300 millas. Con estas características, la T-4 podría haber superado a los interceptores americanos más avanzados de su tiempo.
Sin embargo, el T-4 no era un clon XB-70. Aunque algunos de los parámetros operativos eran similares, el XB-70 era mucho más grande y pesado. La doctrina de los bombarderos soviéticos se centraba en la entrega de misiles de crucero con armas nucleares, en lugar de bombas de gravedad, que eran las preferidas por la Fuerza Aérea estadounidense. Esto hizo que la T-4 fuera un poco más fácil que la Valkiria, que habría sido severamente dañada por la defensa aérea soviética en su papel de atacante. Se suponía que el T-4 estaría equipado con dos misiles gigantes X-45 «Lightning», cada uno de los cuales podría volar alrededor de 5 Mach y lanzar una ojiva nuclear o altamente explosiva. Con ojivas convencionales T-4, armadas con el X-45, pueden representar una seria amenaza para los grupos de transporte de aviones estadounidenses.
Programa del curso
El T-4 era un avión extremadamente difícil para la aviación soviética. Aunque Sukhoi tenía una amplia experiencia trabajando con cazas y aviones de ataque, aún no se ha especializado en bombarderos. El T-4 requería innovación en materiales, motores, electrónica y tecnología de pruebas de configuración. Aunque los Estados Unidos dominaban la tecnología necesaria para construir una Valkiria en las décadas de 1950 y 1960, no lograron producir un avión económicamente viable. Dado que las autoridades soviéticas trabajaban sobre una base industrial menos compleja, se enfrentaban a una tarea aún más compleja. Sukhoi informó que durante su ciclo de desarrollo, el T-4 dio lugar a casi seiscientas invenciones patentadas.
Sin embargo, Sukhoi pudo fabricar un avión. El primer vuelo de la T-4 tuvo lugar en 1972. Durante las pruebas, el avión alcanzó la marca Mach 1.2 a una altitud de más de 36,000 pies sobre el nivel del mar. A pesar de que se parecía a Valkiria en muchos aspectos, tenía una nariz extraña y aburrida que obviamente daba a los pilotos una mejor comprensión de la situación durante el aterrizaje y el despegue. Tres aviones más estaban en construcción durante el período de prueba, que duró hasta 1974.
Para entonces, sin embargo, la URSS ya había llegado a las mismas conclusiones sobre los bombarderos de alta velocidad y de gran altitud que Estados Unidos. Modificaciones de la tecnología – en particular, un aumento de la letalidad de los misiles tierra-aire a gran altitud y la presencia de interceptores de alta velocidad con misiles de largo alcance en las letras «destino» tanto para la BR-70 como para la T-4. La velocidad y la altitud sobre el nivel del mar siguen siendo útiles, pero no proporcionan costes y beneficios suficientes para compensar las enormes inversiones necesarias. En 1974, el proyecto se había completado. En una similitud sobrenatural con el XB-70, la Unión Soviética completó la construcción de dos aviones antes de cancelar el programa. Al igual que el XB-70, uno de estos aviones se conservó como exposición en un museo cerca de Moscú.
Grandes lecciones
Las lecciones aprendidas de la experiencia de la T-4 constituyeron la base de varios proyectos posteriores. Sukhoi propuso un par de opciones para la T-4, incluyendo alas de geometría variable, pero el gobierno soviético no mordió. El Tu-22M Backfire resolvió muchos de los problemas asociados con la ceguera y llenó parte del hueco al que fue asignado el Tu-22M.
Más tarde, la experiencia de la T-4 habría ayudado a obtener información sobre lo que eventualmente se convertiría en el Tu-160, un bombardero supersónico mucho más grande. El Tu-160 sobrevivió al final de la Guerra Fría, aunque los planes de compra habían caído dramáticamente. Hoy, Rusia modernizará el resto del Tu-160 para realizar nuevas tareas. Sin embargo, siguiendo el camino trazado por Estados Unidos, Rusia también está explorando la posibilidad del secreto.