El F-35B Lightning II, según la RAF, es un caza sigiloso multifuncional para operaciones aire-tierra, electrónica e inteligencia.
El ámbito de los cazas de combate representa un escenario de una complejidad y diversidad técnica sin parangón. En este dominio, se desarrolla una vasta gama de modelos y variantes para cumplir un amplio espectro de misiones, tanto ofensivas como de soporte vital. Lo que distingue a estas máquinas de guerra de otras aeronaves, como los aviones comerciales, son sus características únicas adaptadas al teatro de operaciones militar.
Una de las capacidades más admiradas por aficionados y expertos es la capacidad de algunos cazas para ejecutar despegues y aterrizajes verticales, testimonio de una ingeniería avanzada destinada a operar en condiciones adversas o en terrenos restringidos. Esta capacidad permite a estos aviones operar en zonas donde las pistas tradicionales son inviables o inexistentes.
Por ejemplo, el Lockheed Martin F-35B Lightning II es un avión que ejemplifica esta capacidad, ofreciendo una solución versátil para despegues cortos y aterrizajes verticales.
Capacidades y despliegue del F-35B Lightning II
El F-35B Lightning II se distingue por ser un vector aéreo sigiloso polivalente, capaz de realizar simultáneamente operaciones aire-tierra, guerra electrónica, recopilación de inteligencia y combates aire-aire, según las instrucciones de la Real Fuerza Aérea.
Esta plataforma integra sensores y sistemas de misión avanzados con tecnologías de evasión por radar, lo que le permite operar de forma indetectable en teatros de operaciones hostiles. Gracias a su avanzado conjunto de sensores y a la capacidad de fusionar información, así como a sus enlaces de datos seguros, el F-35B puede compartir inteligencia crítica con otras unidades y utilizar eficazmente su arsenal.
Un informe de Naval Technology destaca que el F-35B es pionero en combinar la tecnología furtiva con capacidades de despegue corto y aterrizaje vertical (STOVL) junto con velocidades supersónicas, marcando un hito en la aviación militar.
Evolución y pruebas del Lockheed Martin F-35B
El desarrollo del F-35B comenzó en noviembre de 2003, alcanzando un hito crucial con la finalización del primer modelo en diciembre de 2007 y su primer vuelo en junio de 2008.
Este proyecto progresó rápidamente con la producción de seis aviones y la realización del primer vuelo del segundo prototipo en febrero de 2009. Un logro notable fue la demostración de la capacidad de planeo del F-35B en 2010, seguida de su primer vuelo a velocidad supersónica.
Las pruebas iniciales en el portaaviones USS Wasp culminaron con éxito en octubre de 2011 y culminaron con la entrega de los dos primeros F-35B al Cuerpo de Marines de Estados Unidos en enero de 2012, marcando un antes y un después en la capacidad operativa del ejército estadounidense.
Innovación en propulsión: Clave en el despegue y aterrizaje del F-35B
Es innegable que la singularidad del Lockheed Martin F-35B Lightning II radica en su capacidad de aterrizaje y despegue vertical en pistas reducidas, una proeza lograda gracias al avanzado sistema de propulsión que incorpora este caza furtivo. En el corazón de esta capacidad STOVL se encuentra el motor turbofan Pratt & Whitney F135, un coloso de la ingeniería aeroespacial que genera más de 41.000 libras de empuje vertical, propulsando el avión desde una posición estática hasta velocidades supersónicas de Mach 1,6.
Este avance tecnológico supuso un importante rediseño en comparación con la variante A del F-35, optimizando el espacio de combustible para acomodar el complejo sistema de propulsión. La arquitectura del motor del F135 se compone de tres elementos cruciales que trabajan en sinergia para permitir las capacidades STOVL:
- Entrada supersónica: actúa como la primera barrera de compresión, desacelerando el flujo de aire de velocidades supersónicas a subsónicas.
- Motor turbofan de postcombustión: Con una longitud de 135 pulgadas y un diámetro de 46 pulgadas, este componente puede alcanzar un empuje de hasta 182 kN con el postquemador activado, demostrando la potencia bruta de la maquinaria.
- Tobera giratoria: Este elemento, capaz de girar hasta 95 grados y ajustarse lateralmente, es vital para la maniobrabilidad durante las fases de despegue y aterrizaje vertical.
Entre estos componentes destaca el sistema de ventilador elevador diseñado por Rolls-Royce, situado detrás de la cabina, que genera 89 kN adicionales de empuje cuando se activa, permitiendo el vuelo vertical mediante la apertura de una aleta de paso de aire específica.
Mecánica de la capacidad STOVL: Un despliegue de ingeniería avanzada
La esencia de la capacidad STOVL del F-35B reside en la transmisión de potencia del motor principal al sistema de sustentación, que carece de una fuente de energía independiente.
En este proceso, el empuje conjunto del motor principal y del sistema de sustentación, complementado con aire adicional procedente de una entrada auxiliar, permite al caza alcanzar y mantener el vuelo estacionario. La configuración de la tobera, ajustable a 90 grados para el vuelo vertical o a 45 grados para despegues cortos, junto con los polos de balanceo para la estabilidad lateral, demuestra el ingenio que hay detrás de su diseño.
Este avión, en servicio activo con el Cuerpo de Marines de EE. UU., la Real Fuerza Aérea del Reino Unido, así como las fuerzas aéreas y navales italianas, ejemplifica la vanguardia en tecnología de combate aéreo, destacando el papel vital del motor en sus operaciones STOVL.