Un caza chino J-11 de la Armada del Ejército Popular de Liberación (PLAN) se acercó a 3 metros de un avión RC-135 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF) sobre el Mar de China Meridional (SCS) en un incidente que tuvo lugar el 21 de diciembre, obligando al avión estadounidense a realizar “maniobras evasivas” para “evitar una colisión”.
Así lo reveló el jueves el Mando Indo-Pacífico estadounidense (INDOPACOM).
“El piloto del PLAN realizó una maniobra insegura al volar por delante y a menos de 6 metros del morro del RC-135”, señaló el INDOPACOM en un comunicado. Los aviones y buques militares estadounidenses realizan habitualmente operaciones de vigilancia y viajan por la región. Las reclamaciones de China en el SCS se solapan con las zonas económicas exclusivas (ZEE) de Vietnam, Malasia, Brunei, Indonesia y Filipinas.
Los aviones RC-135 de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) son una serie de aeronaves diseñadas para espiar de diversas formas las emisiones de radar, radio y comunicaciones.
El vídeo, presumiblemente grabado desde el interior del RC-135, muestra cómo el caza chino se acerca al avión estadounidense situado a su izquierda antes de pasar brevemente por delante de él y desviarse.
El J-11, mientras tanto, lleva cuatro misiles aire-aire, que incluyen dos misiles aire-aire (AAM) PL-12 más allá del alcance visual (BVR) y dos AAM PL-8 de corto alcance.
Avión superescaner contra Rusia y China
El RC-135 dispone de sofisticadas capacidades de interceptación y análisis electrónico, de comunicaciones y de inteligencia de señales (ELINT, COMINT, SIGINT). En Europa, EE.UU. lo utiliza para geolocalizar y analizar las emisiones de radares, nodos de comunicaciones, sistemas de guerra electrónica y otros transmisores rusos.
Los RC-135V/W han estado aerotransportados rutinariamente alrededor de la frontera ucraniana desde el comienzo de la guerra en febrero de 2022. Se cree que se han utilizado para recopilar información sobre objetivos para el misil estadounidense AGM-88 de alta antirradiación (HARM) suministrado a Ucrania.
Según los datos de seguimiento de vuelo, el RC-135 se ha utilizado dos veces en el Pacífico occidental. La primera fue en agosto, durante la visita a Taiwán de la Presidenta de los Estados Unidos, Nancy Pelosi.
Un RC-135, un E-3 Sentry Airborne Early Warning and Control (AEW&C), un avión P-8A de guerra antisubmarina (ASW) y un E-8 Joint STARS de mando y control aéreo terrestre estuvieron al norte, sur y este de Taiwán guiando su escolta aérea.
La última fue el 28 de diciembre, cuando un RC-135S de la Fuerza Aérea de EE.UU. (matrícula AE01D6) despegó de la base aérea de Kadena, en la isla japonesa de Okinawa, sobrevolando el Mar de China Oriental.
La versión RC-135S está especializada en inteligencia de medidas y señales (MASINT) y dispone de instrumentos electro-ópticos distintos para observar vuelos de misiles balísticos a larga distancia. Aunque esto implica que debe haber estado vigilando pruebas de misiles chinos, no está claro si había tales simulacros por parte de China en ese momento. El comunicado del USINDOPACOM no especificaba si se trataba de la variante “S”.
Europa y el Indo-Pacífico se enfrentan
El último incidente se produce en el contexto de un aumento de las tensiones en el estrecho de Taiwán desde agosto, tras la visita de Pelosi, que desencadenó maniobras con fuego real sin precedentes alrededor de la isla por parte del ejército de Pekín.
Aunque los ejercicios concluyeron a mediados de agosto, los vuelos de China a las Zonas de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) de Taiwán y otras maniobras navales han sido más puntuales. Los observadores militares y los análisis de EurAsian Times han llegado a la conclusión de que Pekín está elaborando minuciosamente casi todos los aspectos de la intervención militar.
En particular, la escala y la exhaustividad de los preparativos aéreos, navales, anfibios, terrestres y de misilería han sorprendido a los analistas occidentales, que los comparan con la lamentable falta de preparación del ejército estadounidense.
Ahora se concluye que una guerra entre las dos superpotencias es aún más probable, ya que la región se asienta sobre un polvorín de tres puntos conflictivos: la península de Corea, el estrecho de Taiwán y el mar de la China Meridional, con China como parte en las tres disputas.
Rusia comparte la misma geografía marítima contigua en el norte del Extremo Oriente asiático y, al igual que China, mantiene disputas con Japón por las islas Kuriles. China y Japón se disputan las islas Senkaku (o “Diaoyu” en chino) en el Mar de China Oriental (MCE).
En medio de la línea dura de Japón hacia Rusia por Ucrania, la misma Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) con la que Rusia está extraoficialmente en guerra ha estado tratando de hacer incursiones en el Pacífico occidental en alianza con Tokio.
La OTAN, por su parte, ha calificado a China de “desafío” en su último documento de seguridad. Lo último han sido los fuertes llamamientos de Japón a respaldar militarmente a Taiwán en caso de un ataque chino, al tiempo que transforma su ejército de pacifista a más asertivo y fuertemente financiado.
Se percibe que Japón está volviendo a su forma imperial anterior a la Segunda Guerra Mundial, lo que hace saltar las alarmas en Seúl, Pyongyang y Pekín. Hay tensiones renovadas entre Corea del Norte y Corea del Sur y entre Corea del Norte y Japón en disputas históricas que se remontan a aquella época.
Esta nueva dimensión europea de un escenario Asia-Pacífico -y viceversa- ha difuminado las líneas divisorias entre ambos teatros, separados por miles de kilómetros. Así, Rusia, China y Corea del Norte creen tener adversarios comunes en EEUU, la OTAN y Japón, intentando contener a los tres simultáneamente.
Los ejercicios navales y aéreos entre los ejércitos ruso y chino transmitieron su solidaridad contra Occidente. Esto desmiente la creencia de que China se opone en secreto a la intervención militar rusa en Ucrania, y la guerra de un año de duración la ha puesto en un aprieto.