El moderno avión de combate F-35B, perteneciente a la Real Fuerza Aérea (RAF), enfrentó una situación crítica al encontrarse peligrosamente cerca de un dron no autorizado sobre el espacio aéreo de Norfolk, Inglaterra. Este incidente alarmante se reportó cuando el F-35B volaba a 290 mph, aproximándose a menos de 300 pies del artefacto no tripulado.
Este enfrentamiento cercano pone de manifiesto la preocupante presencia de drones en altitudes prohibidas, representando un riesgo considerable para la aviación. Según detalló el Daily Mail, el dron operaba a 14,460 pies, una elevación 36 veces mayor que el límite legal de 400 pies estipulado para vuelos de drones en la región.
Análisis post-incidente reveló la identidad probable del dron
El incidente, que tuvo lugar el pasado 14 de febrero a las 13:00 horas, involucró a un dron que logró evadir la detección radar y se situó críticamente cerca del morro izquierdo del F-35B. Análisis del material grabado por cámaras en el casco indicaron que el dron tenía una configuración similar a la de un Phantom cuadricóptero, usualmente fabricado por DJI, una compañía china. De haberse introducido en el motor del jet, el dron podría haber ocasionado daños catastróficos.
Mientras tanto, el uso estratégico de drones en conflictos militares continúa evolucionando. Un testimonio del analista de defensa Michael Kofman destaca cómo, durante la Batalla por Kiev, un colectivo de entusiastas ucranianos utilizó un grupo de Whatsapp para monitorizar y comunicar las posiciones de las fuerzas rusas, proporcionando información vital que ayudó a repeler inicialmente el avance enemigo.
Este grupo improvisado resultó ser un recurso invaluable en las tumultuosas primeras semanas de la guerra. Actualmente, Ucrania busca expandir su capacidad en este ámbito, con planes para entrenar a 20,000 operadores de drones, reflejando la creciente relevancia de estas herramientas en la guerra moderna.
Capacidades y retos operativos de la flota F-35B en la RAF y la Royal Navy
La Real Fuerza Aérea (RAF) de Gran Bretaña y la Royal Navy operan de manera conjunta una flota de aviones F-35B, conocidos por su capacidad de despegue corto y aterrizaje vertical (STOVL). A diferencia de las variantes F-35A, que son exclusivamente terrestres, los F-35B ofrecen una versatilidad operativa tanto en bases terrestres como desde los portaaviones clase Queen Elizabeth de la Royal Navy.
Esta colaboración entre la RAF y la Royal Navy subraya la integración estratégica y operacional de ambas fuerzas. Hasta la fecha, se han entregado aproximadamente 35 unidades del F-35B, y según estimaciones del UK Defense Journal, se proyecta la adquisición de un total de 138 de estos avanzados cazas para futuras operaciones.
No obstante, el manejo de estos sofisticados aviones no está exento de desafíos. En noviembre de 2021, se registró un incidente significativo cuando un F-35B se perdió durante el despegue desde el HMS Queen Elizabeth. La causa del accidente fue una cubierta olvidada en una de las tomas de aire del avión, provocando una pérdida súbita de potencia que obligó al piloto a eyectarse. Afortunadamente, el piloto logró eyectarse con seguridad, aunque la aeronave se precipitó al mar.
Este incidente desató preocupaciones de seguridad, especialmente en cuanto a la protección de la tecnología embarcada en estos cazas. La BBC informó que la aeronave fue recuperada posteriormente, una medida esencial para asegurar que su avanzada tecnología no cayese en manos enemigas. Este episodio resalta la importancia de los protocolos de seguridad y mantenimiento en el manejo de equipos militares de alta tecnología.