El MiG-15 usó alas en flecha del Focke-Wulf Ta 183 y un motor Klimov VK-1 copiado del Rolls-Royce Nene, superando rivales en Corea.
Innovación del MiG-15 con raíces en diseños alemanes
El Mikoyan-Gurevich MiG-15, un caza a reacción que marcó la Guerra de Corea, sorprendió al mundo al superar a los aviones occidentales con un diseño que integraba tecnología capturada de Alemania tras la Segunda Guerra Mundial. En noviembre de 1950, su aparición en los cielos de Corea del Norte, pilotado por aviadores soviéticos bajo insignias chinas, obligó a Estados Unidos a desplegar urgentemente el North American F-86 Sabre para contrarrestarlo. La clave detrás de su éxito radicaba en su ala en flecha de 35 grados, inspirada en el prototipo alemán Focke-Wulf Ta 183, y en su motor Klimov VK-1, una versión mejorada del Rolls-Royce Nene británico. Esta combinación permitió al MiG-15 alcanzar velocidades cercanas a Mach 0.9 y dominar los combates aéreos en altitudes elevadas.
Tras la derrota de Alemania en 1945, la Unión Soviética capturó numerosos activos de la industria aeronáutica nazi, incluyendo planos y modelos de túnel de viento del Focke-Wulf Ta 183, un proyecto de caza a reacción diseñado por Kurt Tank que nunca llegó a producirse. Este prototipo, parte del programa de emergencia alemán, presentaba un diseño avanzado con alas en flecha y una cola en T, optimizados para velocidades transónicas. Aunque los ingenieros principales de Focke-Wulf, como Hans Multhopp, fueron capturados por las fuerzas occidentales, los documentos y modelos del Ta 183 cayeron en manos soviéticas. El equipo de diseño de Mikoyan-Gurevich, liderado por Artem Mikoyan y Mikhail Gurevich, estudió estas innovaciones y las adaptó al desarrollo del MiG-15, designado como I-310 en su fase de prototipo.
El MiG-15 no fue una copia directa del Ta 183, pero compartía similitudes en la disposición general, como la entrada de aire frontal y la cola elevada. Sin embargo, los soviéticos ajustaron la estructura, proporciones y materiales para cumplir con sus requisitos operativos. El ala en flecha, una novedad para los cazas soviéticos, mejoró el rendimiento a altas velocidades al reducir la resistencia aerodinámica, una ventaja crítica demostrada en combates contra los cazas de alas rectas como el Lockheed F-80 y el Republic F-84. Estas características convirtieron al MiG-15 en el primer caza a reacción soviético capaz de competir con los diseños occidentales de su época.
El primer vuelo del prototipo I-310 ocurrió el 30 de diciembre de 1947, apenas dos meses después del debut del F-86 Sabre. Las pruebas iniciales, realizadas por el piloto Viktor Yuganov, demostraron un rendimiento excepcional, alcanzando 1.042 kilómetros por hora a 3.000 metros de altitud. La producción en masa comenzó en 1948, y para 1949, el MiG-15 entró en servicio con las Fuerzas Aéreas Soviéticas. Su diseño incluía innovaciones como una cabina presurizada y un asiento eyectable, características pioneras en la aviación soviética.

Impacto del motor Klimov VK-1 en el MiG-15
El motor del MiG-15, el Klimov VK-1, derivaba del Rolls-Royce Nene, adquirido en 1946 tras una decisión controvertida del gobierno laborista británico liderado por Clement Attlee. El ministro de Comercio, Sir Stafford Cripps, autorizó la venta de motores y planos a la Unión Soviética, buscando mejorar las relaciones bilaterales tras la guerra. Este acuerdo permitió a los ingenieros soviéticos, encabezados por Vladimir Klimov, analizar y replicar el Nene, produciendo el Klimov RD-45 y, posteriormente, el VK-1 con mejoras en empuje y fiabilidad. Este motor centrífugo proporcionaba al MiG-15 una potencia de 2.700 kilogramos de empuje, suficiente para superar a los cazas de primera generación occidentales.
El acceso al Nene marcó un punto de inflexión para la industria aeronáutica soviética, que hasta entonces dependía de motores alemanes BMW 003 copiados, como los usados en el MiG-9. Este caza anterior sufría de motores poco fiables y alas rectas, limitando su rendimiento. La integración del VK-1 en el MiG-15, combinada con el diseño de ala en flecha, permitió una aceleración rápida y una tasa de ascenso superior, características que sorprendieron a los pilotos aliados en Corea. Durante los combates en la zona conocida como “MiG Alley”, el MiG-15 demostró su capacidad para superar a los B-29 Superfortress, forzando el fin de las misiones diurnas de bombardeo pesado.
La producción del MiG-15 fue masiva, con más de 12.000 unidades construidas en la Unión Soviética y unas 6.000 adicionales en países como China, Checoslovaquia y Polonia. La versión mejorada, el MiG-15bis, introducida en 1950, incorporó el VK-1 con mayor potencia y mejoras en aviónica, consolidando su superioridad. Su armamento, compuesto por un cañón de 37 mm y dos de 23 mm, ofrecía una potencia de fuego letal, aunque su estabilidad como plataforma de tiro era limitada debido a la flexión de las alas a altas velocidades.
Datos clave del MiG-15 y su tecnología
- Prototipo I-310: Primer vuelo el 30 de diciembre de 1947, alcanzando 1.042 km/h a 3.000 metros.
- Ala en flecha: Inspirada en el Focke-Wulf Ta 183, con 35 grados de inclinación y cercas alares para mejorar el flujo de aire.
- Motor Klimov VK-1: Copia mejorada del Rolls-Royce Nene, con 2.700 kg de empuje, clave para su rendimiento transónico.
- Producción: Más de 18.000 unidades construidas, incluyendo licencias en China (J-2), Polonia (Lim-1/2) y Checoslovaquia (S-102/103).
- Impacto en Corea: Dominó los cielos en 1950-1951, forzando el despliegue del F-86 Sabre y el cese de bombardeos diurnos de B-29.
Contexto histórico y transferencia tecnológica

La captura de tecnología alemana tras 1945 fue un fenómeno común entre las potencias aliadas. Mientras Estados Unidos y Reino Unido aprovecharon diseños como el Messerschmitt Me 262 para sus propios cazas, la Unión Soviética se centró en los proyectos avanzados de Focke-Wulf. El Ta 183, aunque nunca construido, representaba un salto conceptual en aerodinámica, y su influencia se reflejó en el MiG-15. Además, el bureau Mikoyan-Gurevich había experimentado con alas en flecha en el MiG-8 Utka, un avión de prueba de 1945, lo que sugiere que los soviéticos combinaron conocimientos propios con los datos alemanes capturados.
La transferencia delpicos de la Guerra de Corea, el MiG-15 demostró ser un adversario formidable, con una relación de derribos disputada, estimada entre 2:1 y 10:1 a favor del F-86, dependiendo de las fuentes. Su diseño robusto y su facilidad de mantenimiento lo hicieron ideal para las fuerzas aéreas de los países del Pacto de Varsovia y otras naciones aliadas. El MiG-15 también sirvió como base para el MiG-17, que mantuvo su competitividad contra cazas supersónicos occidentales en conflictos posteriores, como Vietnam.
El éxito del MiG-15 no solo radicó en su tecnología, sino también en su contexto geopolítico. La Guerra Fría impulsó la carrera armamentística, y la Unión Soviética aprovechó al máximo los recursos capturados y adquiridos para cerrar la brecha tecnológica con Occidente. La exportación del MiG-15 a países como China, Corea del Norte y Egipto extendió su influencia global, y su diseño simple pero efectivo lo mantuvo en servicio en algunas naciones hasta los años 70.
En resumen, el MiG-15 transformó la aviación militar al integrar innovaciones alemanas y británicas en un diseño soviético que desafió la supremacía aérea occidental. Su legado perdura como un hito en la historia de los cazas a reacción, demostrando cómo la transferencia tecnológica puede alterar el equilibrio de poder en un conflicto.