China restringió minerales esenciales para la defensa de EE. UU., lo que pone en riesgo programas como el NGAD y evidencia su dependencia crítica.
Washington reacciona ante restricciones chinas sobre tierras raras
La decisión de China de limitar las exportaciones de tierras raras generó preocupación inmediata en el sector de defensa estadounidense, al afectar el programa de Dominio Aéreo de Próxima Generación (NGAD). Esta iniciativa busca consolidar la superioridad aérea del país con tecnologías de sexta generación que requieren minerales estratégicos.
Elementos como disprosio, neodimio, itrio y gadolinio son esenciales en la fabricación de sistemas de aviónica, radares y motores avanzados. Al ser restringidos por Beijing en abril de 2025, estos materiales pasaron a ser el foco de atención dentro de las cadenas de suministro militares.
El impacto directo en el desarrollo del NGAD refleja la dependencia crítica de Estados Unidos de proveedores extranjeros, particularmente de China, que domina cerca del 90% del procesamiento global de estos elementos. Las restricciones surgieron en represalia a los aranceles impuestos por Washington.
Además de afectar al NGAD, la medida compromete la producción de otros sistemas como misiles y satélites, lo que agrava la urgencia de establecer una cadena de suministro nacional e independiente en territorio estadounidense.
China domina el procesamiento mundial de minerales estratégicos
Aunque las tierras raras no son escasas en la corteza terrestre, su refinamiento implica procesos costosos y contaminantes. China controla el 60% de la producción y el 90% del procesamiento, lo que le otorga ventaja en sectores como defensa, tecnología y electrónica de consumo.
Entre 2019 y 2022, el 95% del consumo estadounidense de tierras raras dependió de importaciones, con China como principal proveedor. Esta concentración ha dejado en evidencia la vulnerabilidad estructural de Estados Unidos ante restricciones geopolíticas.
El anuncio de limitar la exportación de siete elementos específicos —incluidos el samario, lutecio y escandio— impacta de forma inmediata en la fabricación de componentes electrónicos avanzados de los cazas NGAD.
Por ejemplo, los imanes de neodimio y disprosio se utilizan en motores eléctricos y actuadores; el gadolinio mejora la detección de radares; y el itrio es fundamental en sistemas láser para comunicaciones y puntería.
Datos clave sobre la cadena de suministro y la producción
Minerales críticos y su rol en el programa NGAD y otros sistemas
- China anunció en abril de 2025 restricciones sobre siete tierras raras clave.
- El F-35 utiliza hasta 420 kg de tierras raras; el NGAD podría requerir más.
- La mina de Mountain Pass es la única fuente activa en EE. UU.
- China ya había vetado exportaciones tecnológicas para procesamiento en 2023.
- Japón aspira a reducir su dependencia china a menos del 50% para 2025.
Industria militar enfrenta desafíos técnicos y logísticos
El ecosistema del NGAD no se limita a un solo caza, sino que incluye drones, sensores integrados y plataformas conectadas. Todos estos sistemas requieren componentes fabricados con minerales sujetos a las restricciones chinas.
Los recubrimientos furtivos, las aleaciones resistentes al calor y los motores adaptativos que caracterizan a este programa también dependen de tierras raras como el terbio y el gadolinio, lo que eleva aún más la demanda de estos materiales.
La interrupción en el suministro afecta no solo al desarrollo tecnológico, sino también al presupuesto, dado que los costos de producción aumentan al recurrir a alternativas más costosas o menos eficientes.
Además, el programa NGAD enfrenta retrasos debido a la complejidad de su diseño, por lo que cualquier interrupción adicional en el suministro de materiales amenaza con extender aún más los plazos.
EE. UU. busca alternativas para reducir su dependencia de China
El gobierno estadounidense adoptó medidas como la invocación de la Ley de Producción de Defensa en marzo de 2025, para acelerar el desarrollo de una cadena de suministro doméstica de minerales críticos.
El Pentágono financió proyectos con empresas como Lynas Corporation para establecer plantas de procesamiento en Texas y garantizar así acceso local a estos materiales. Sin embargo, el progreso ha sido limitado por los desafíos ambientales y técnicos del refinamiento.
Empresas como Ucore Rare Metals y NioCorp Developments desarrollan tecnologías de separación más sostenibles, pero estas iniciativas aún no alcanzan la escala necesaria para satisfacer la demanda del sector militar.
En paralelo, Estados Unidos ha buscado alianzas estratégicas con países como Canadá, Australia y Japón, que poseen reservas y experiencia en el procesamiento de tierras raras, con el objetivo de diversificar las fuentes de abastecimiento.
Escenario global impulsa competencia por recursos estratégicos
Las restricciones chinas han incrementado la presión sobre mercados internacionales de tierras raras. Myanmar, con operaciones mineras externas a China, enfrenta dificultades por la influencia de Beijing en su cadena de suministro.
Australia, mediante empresas como Lynas, se posiciona como proveedor alternativo, pero su capacidad aún está lejos de igualar la escala de producción china, lo que limita su impacto en el corto plazo.
Estados Unidos considera replicar modelos como el japonés, donde las importaciones chinas representan menos de la mitad del suministro. Sin embargo, alcanzar este objetivo exige inversiones sostenidas y coordinación internacional.
La creciente competencia por estos minerales muestra cómo la tecnología, la defensa y la geopolítica están cada vez más interrelacionadas. La estabilidad del programa NGAD depende ahora de superar esta vulnerabilidad crítica.