China y Pakistán negocian la entrega del avión de vigilancia KJ-500, capaz de monitorear el espacio aéreo indio, para fortalecer la defensa antiaérea regional.
China y Pakistán avanzan en acuerdo para avión KJ-500
El 6 de junio de 2025, el Gobierno de Pakistán anunció en su cuenta oficial de X que China inició negociaciones formales para suministrar el avión de alerta temprana y control aerotransportado (AEW&C) Shaanxi KJ-500. Este sistema, basado en el avión de transporte turbohélice Y-9, está equipado con un radar de barrido electrónico activo (AESA) que proporciona cobertura de 360 grados. El KJ-500 puede detectar y rastrear amenazas aéreas y marítimas a gran distancia, coordinar operaciones de combate y servir como nodo de mando en el campo de batalla. La posible entrega representa un avance significativo en las capacidades de vigilancia aérea de la Fuerza Aérea de Pakistán, lo que fortalece su red de comando y control.
El KJ-500 cuenta con un radomo dorsal fijo que alberga el sistema AESA, capaz de monitorear simultáneamente múltiples objetivos en un amplio rango. Su diseño permite una resistencia prolongada en el aire, enlaces de datos seguros y operaciones en entornos de guerra centrada en la red. Este avión ya está en servicio con la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación de China, donde ha demostrado su capacidad para gestionar batallas aéreas complejas. La transferencia a Pakistán mejoraría la capacidad de Islamabad para detectar aviones, misiles de crucero y drones, y proporciona una ventaja crítica en la alerta temprana.
Además del KJ-500, las negociaciones incluyen la posible entrega de 40 cazas furtivos de quinta generación J-35A y sistemas de defensa antiaérea de largo alcance HQ-19. El J-35A, con tecnología de evasión de radar y fusión de sensores avanzada, está diseñado para operaciones polivalentes, mientras que el HQ-19 ofrece capacidades de intercepción exoatmosférica contra misiles balísticos. Este paquete de sistemas, si se concreta, transformaría el arsenal de defensa de Pakistán, y elevaría su capacidad para enfrentar amenazas aéreas y proyectar poder ofensivo.
La incorporación del KJ-500 permitiría a Pakistán monitorear el espacio aéreo de India desde su propio territorio para detectar amenazas antes de que crucen la frontera. Esto reduce el tiempo de respuesta de los interceptores pakistaníes y mejora la protección de sus activos aéreos. En combinación con el J-35A, el KJ-500 podría facilitar operaciones aéreas sofisticadas, así como ataques furtivos y maniobras coordinadas para mantener un control total del escenario operativo.
Datos clave sobre el Shaanxi KJ-500 y su impacto
- El KJ-500 utiliza un radar AESA con cobertura de 360 grados, capaz de rastrear múltiples objetivos aéreos y marítimos simultáneamente.
- Basado en el avión Y-9, ofrece hasta 10 horas de resistencia en el aire, ideal para operaciones prolongadas.
- El sistema coordina cazas, defensas terrestres y activos de guerra electrónica, para fortalecer la guerra centrada en la red.
- La posible entrega de 40 cazas J-35A y sistemas HQ-19 complementaría al KJ-500 para crear una defensa antiaérea integrada.
- El KJ-500 podría neutralizar ventajas de los sistemas AEW&C de India, como el Netra y el Phalcon.
Impacto estratégico del KJ-500 en el sur de Asia
La Fuerza Aérea de la India opera sistemas AEW&C como el Netra, basado en el Embraer ERJ-145, y los sistemas Phalcon montados en aviones IL-76 importados de Israel. Estos sistemas proporcionan a India capacidades avanzadas de vigilancia, pero la introducción del KJ-500 en Pakistán podría desafiar su superioridad numérica y tecnológica. El radar AESA del KJ-500, combinado con su capacidad para operar a gran altitud, ofrece a Pakistán una ventaja en la detección temprana de movimientos aéreos indios, así como de cazas y misiles de crucero.
En un escenario de conflicto, India necesitaría intensificar sus esfuerzos en guerra electrónica y misiones de supresión de defensas antiaéreas enemigas (SEAD) para contrarrestar la ventaja del KJ-500. La capacidad del avión para coordinar operaciones aéreas complejas, junto con cazas furtivos como el J-35A, podría complicar las operaciones ofensivas de India. Además, el HQ-19 reforzaría la defensa de Pakistán contra misiles balísticos, un área donde India ha invertido significativamente con sistemas como el Agni y el Prithvi.
La cooperación entre China y Pakistán en este acuerdo refleja una alineación estratégica más profunda. China ha suministrado previamente a Pakistán aviones de combate como el JF-17 Thunder, coproducido por ambas naciones, y sistemas de defensa como el HQ-9. La transferencia del KJ-500, junto con el J-35A y el HQ-19, indica un cambio hacia una mayor interoperabilidad operativa, con sistemas diseñados para integrarse en una red de defensa unificada. Esta colaboración fortalece la postura de Pakistán frente a India y amplifica la influencia de China en la región.
El fortalecimiento de las capacidades de vigilancia y defensa de Pakistán probablemente incitará una respuesta de modernización por parte de India. Nueva Delhi ha invertido en sistemas como el Rafale francés y el Tejas autóctono, además de misiles balísticos y de crucero avanzados. La llegada del KJ-500 podría acelerar los planes de India para adquirir más plataformas AEW&C o mejorar sus capacidades de guerra electrónica para mantener el equilibrio estratégico.
Evolución de la defensa antiaérea en el sur de Asia
La posible transferencia del KJ-500 y otros sistemas avanzados señala una transición hacia una guerra en red en el sur de Asia. La capacidad del KJ-500 para actuar como un nodo de comando y control en tiempo real mejora la coordinación entre las fuerzas aéreas, terrestres y navales de Pakistán. Esto es especialmente relevante en un contexto donde India ha priorizado la modernización de su fuerza aérea y la integración de sistemas de defensa avanzados.
China ha desplegado el KJ-500 en su propio ejército desde 2015, utilizándolo en ejercicios militares en el mar de China Meridional y en la frontera con India. Su tecnología ha sido probada en entornos operativos complejos, lo que garantiza su fiabilidad para Pakistán. La integración de este sistema con el J-35A y el HQ-19 crearía una arquitectura de defensa antiaérea robusta, capaz de contrarrestar amenazas convencionales y no convencionales.
La región del sur de Asia, marcada por tensiones históricas entre India y Pakistán, enfrenta un cambio en la dinámica de poder aéreo. La introducción del KJ-500 mejora las capacidades de Pakistán y también refuerza la cooperación estratégica con China. Esta alianza podría llevar a una mayor transferencia de tecnología y a ejercicios militares conjuntos.
India, por su parte, ha incrementado sus esfuerzos para contrarrestar las capacidades crecientes de Pakistán. Además de los sistemas AEW&C existentes, India está desarrollando radares avanzados y drones de vigilancia. La competencia tecnológica entre ambos países probablemente impulsará una carrera armamentista en la región, con un enfoque en sistemas de guerra centrada en la red y capacidades furtivas.