SANTIAGO, Chile – El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha reactivado el proceso de adquisición de nuevos aviones de combate para reemplazar la envejecida flota Kfir del país.
La decisión de Petro puede resultar sorprendente si se tiene en cuenta su postura de principios de año en la campaña electoral, cuando dijo que la compra de aviones de combate u otro material militar no sería una prioridad durante su mandato, si resultaba elegido.
Fuentes militares de la capital, Bogotá, que hablaron bajo condición de anonimato para proteger sus carreras, dijeron a Defense News que el mérito del giro de Petro corresponde al general Luis Carlos Córdoba, jefe de la Fuerza Aérea Colombiana. Explicaron que Córdoba convenció al ministro de Defensa, Iván Velásquez, de la necesidad urgente de reemplazar al menos una parte de la flota de Kfir, que comenzará a retirarse a finales de este año, y Velásquez, a su vez, convenció al presidente.
Desde 1989, Colombia ha adquirido 24 aviones Kfir, fabricados por Israel Aerospace Industries. Para contrarrestar la adquisición de cazas Sukhoi Su-32 por parte de Venezuela, la flota de Kfir de Colombia se sometió a actualizaciones entre 2009 y 2017 realizadas por la División Lahav de IAI.
La última actualización, al estándar C-60, implicó la instalación de un radar activo de barrido electrónico ELM-2032 de Elta Systems y un enlace de datos, así como la integración del arma Derby de Rafael Advanced Defense Systems, un misil aire-aire de alcance superior al visual. IAI afirma que ese estándar es equivalente al del F-16 Block 52.
Los Kfir modernizados de Colombia son posiblemente los aviones de combate más avanzados con los sistemas más capaces en servicio en Sudamérica. Pero la edad de los fuselajes está pasando factura; entre 2012 y 2014, se perdieron múltiples aviones en accidentes, llegando a dejar en tierra a toda la flota. El amplio apoyo de mantenimiento de IAI devolvió las aeronaves al servicio.
El gobierno colombiano está estudiando ahora cómo puede permitirse comprar nuevos cazas. El presidente ya está presionando para que se invierta en cuestiones sociales, y alrededor del 25% del presupuesto anual del país se destina a pagar las deudas.
El analista independiente de defensa y seguridad con sede en Bogotá, Erich Saumeth, se muestra escéptico.
“El presidente Preto llegó al poder haciendo muchas promesas sobre el gasto en desarrollo social, y tiene un núcleo de partidarios que no son amigos de comprar equipos militares. Por otro lado, el Ejército y la Marina también necesitan modernizarse”, dijo Saumeth a Defense News. “Así que, o no pasará nada, o [habrá] una solución provisional no muy buena, más o menos mediocre”.
Colombia recibió anteriormente ofertas de cazas Eurofigher Typhoon y Dassault Rafale de segunda mano, pero la Fuerza Aérea, que prefiere los aviones monomotores, parece centrada en los F-16 de Lockheed Martin y los Gripen de Saab. El gobierno ya ha recibido ofertas tanto de aviones nuevos de las últimas variantes como de opciones mejoradas de segunda mano.
Una de las fuentes militares dijo a Defense News que “lo más probable es que se adquiera un primer lote de 12 aviones” y que “las ofertas de segunda mano de fuselajes modernos con una gran vida útil restante y un importante potencial de actualización seguramente atraerán más interés que antes”.