Mucho se ha hablado del ambicioso programa chino de portaaviones y de la amenaza que representa para la Armada de Estados Unidos en la región Indo-Pacífica.
Sin embargo, aunque se trata de preocupaciones válidas, se pasa por alto el hecho de que Japón ha visto la necesidad de convertir sus destructores de helicópteros de operaciones polivalentes de la clase Izumo en auténticos portaaviones, capaces de desplegar el Lockheed Martin F-35 Joint Strike Fighter.
A finales del próximo año, la conversión del Izumo estará completa.
No estará solo en la región Indo-Pacífica.
Además de la creciente flota india de portaaviones planos, cuyo primer portaaviones de construcción propia, el INS Vikrant, estará listo para el combate a finales de mayo, Corea del Sur está revisando de nuevo sus ambiciones en materia de portaaviones. Este fin de semana se ha sabido que el programa surcoreano de portaaviones CVX podría sufrir una importante renovación.
Esto es notable, ya que el programa parecía “muerto en el agua” el año pasado tras un largo paréntesis provocado por recortes presupuestarios y disputas políticas internas.
Ahora, el Ministerio de Defensa de Corea del Sur va a empezar a trabajar en una investigación política preliminar sobre la viabilidad de construir un portaaviones de la clase de 50.000 toneladas. De construirse, sería uno de los mayores portaaviones de construcción nacional de la región.
El CVX surcoreano sería significativamente mayor que el Type 001 Liaoning chino e incluso que el nuevo buque insignia indio Vikrant, pero también del mismo tamaño que el Type 002 Shandong de la Armada del Ejército Popular de Liberación (PLAN), aunque menor que el recién estrenado Type 003 Fujian.
Corea del Sur cambia de rumbo con los portaaviones
Aunque el Ministerio de Defensa surcoreano se inclina por un portaaviones de tamaño medio, podría abandonar sus planes de adquirir el F-35B, la variante de despegue y aterrizaje cortos/verticales (SVTOL) del Lightning II, el avión que se utilizará en los portaaviones planos de la Fuerza de Autodefensa Marítima japonesa.
En su lugar, Corea del Sur -que también va camino de convertirse en un gran exportador de armas- podría intentar desarrollar una variante naval de su KF-21 Boramae (“Halcón”), su caza autóctono que se encuentra ahora en su fase crítica de pruebas.
Como informó Naval News, el portaaviones de tamaño medio podría estar equipado con un sistema CATOBAR (despegue asistido por catapulta pero con recuperación detenida) o STOBAR (despegue corto pero con recuperación detenida), ya que el KF-21N no podría despegar ni aterrizar verticalmente.

Esto supondría un gran avance en el diseño de portaaviones para Seúl.
Por supuesto, la cuestión más importante es si Corea del Sur necesita o simplemente quiere un portaaviones.
Un buque de guerra de este tipo en su flota enviaría un mensaje claro a Pekín y Pyongyang de que Corea del Sur es una potencia a tener en cuenta en la región y fuera de ella.
Además, podría demostrar al mundo que Corea del Sur es un serio exportador de armas.
Aunque el CVX aún está en fase de diseño, un apostante podría incluso bromear con que podría estar operativo antes de que el maldito portaaviones ruso Almirante Kuznetsov vuelva al servicio.