Los pilotos y la tripulación de dos escuadrones del 1er Ala de Caza con sede en la Base Conjunta Langley-Eustis, en Virginia, decidieron averiguar cuántos misiles aire-aire podía disparar el F-22 Raptor en un entrenamiento. Durante un ejercicio, un piloto y la tripulación de tierra se apresuraron a cargar y disparar 28 misiles aire-aire desde un solo F-22 durante una prueba de armamento en septiembre.
F-22: superando el récord anterior
Veintiocho misiles es más que el récord de 22 establecido en 2014 con un F-22 que voló desde la Base Conjunta Elmendorf-Richardson en Anchorage, Alaska. El piloto y el equipo de armas que participaron en la acción de batir el récord de 28 misiles procedían de dos unidades: el 94º Escuadrón de Cazas y el 94º Escuadrón de Generación de Cazas. Estos escuadrones formaban parte de un ejercicio llamado Programa de Evaluación del Sistema de Armas en la Base Aérea de Tyndall, Florida.
Esta cantidad de misiles es inaudita
El sargento de personal Edgar Baez-Lopez, artesano de sistemas de armamento de aeronaves del 94º Escuadrón de Generación de Cazas, dijo que esto demuestra que su equipo está preparado para la batalla y que la competición es una actividad saludable para que los pilotos y los técnicos de armamento y munición simulen situaciones de combate al máximo de su capacidad. Pero Báez-López admitió que 28 misiles es algo “inaudito”.

Fuego real multimillonario
Convertir el F-22 en un camión de misiles aire-aire requirió cierta creatividad por parte del equipo. Tuvieron que utilizar las bahías de armas internas y varios puntos duros para equipar el F-22 con 28 misiles de la variedad Sidewinder y AMRAAM. Estas municiones costaron 14 millones de dólares. El F-22 en modo bestia también demostró su excelencia con su cañón de 20 mm de seis cañones tipo Gatling y el M61A2 Vulcan.

Excelente trabajo en equipo
El sargento mayor Jared Robinson dijo que su tripulación trabajó duro para mantener altos niveles de trabajo en equipo y flexibilidad. Fueron capaces de proporcionar altos niveles de comunicación entre la parte de operaciones y la parte de mantenimiento del escuadrón.
Listos para la guerra del “tercer día”
Uno de los problemas que tendría el F-22 con esta configuración máxima de misiles es que los misiles en los puntos duros de las alas aumentarían la sección transversal del radar y quizás disminuirían el nivel de sigilo. En este modo de armamento máximo, el F-22 podría derribar muchos aviones enemigos después de haber conseguido el dominio aéreo. Este es el llamado “Día Tres” de la guerra, después de que se eliminen los sistemas antiaéreos del enemigo, incluidos los radares, los misiles de defensa aérea, los sistemas de armas y los aviones enemigos. En este escenario no se necesitaría el máximo sigilo, el F-22 podría patrullar los cielos y escoltar a los bombarderos o buscar cazas enemigos para destruirlos sin problemas. El F-22 podría confiar en su superioridad en los combates aéreos con muchos misiles aire-aire.
¿Tienen lo que hay que tener?
Los escuadrones del F-22 se entrenan con municiones de forma regular, pero no participan realmente en ejercicios de fuego real con poco aviso previo. El Programa de Evaluación del Sistema de Armas es la oportunidad para que la tripulación y los pilotos demuestren lo que pueden hacer en una simulación de combate real. El personal también practica los procedimientos de seguridad que serían necesarios en un escenario real. Este tipo de ejercicios y la superación de récords mejoran la moral de la unidad y le dan confianza en caso de que el F-22 requiera una fuerza adicional durante las situaciones de combate. Podemos estar seguros de que el F-22 está preparado para la batalla cuando el piloto y la tripulación de tierra son llevados más allá de sus límites en este tipo de ejercicios de combate que baten récords. A ver si el personal del Ejército del Aire está interesado en eclipsar este récord con otros cazas.