El 28 de octubre, Rusia neutralizó una serie de ataques, interceptando múltiples misiles y destruyendo 36 drones de Ucrania, según reportó TASS.
El Ministerio de Defensa ruso anunció el 28 de octubre que había contrarrestado con éxito una agresión armada, interceptando varios misiles y eliminando 36 drones de las Fuerzas Armadas ucranianas. Esta información se compartió a través de un comunicado oficial transmitido por la agencia de noticias estatal TASS.
Según el informe detallado del ministerio: “Logramos atacar e interceptar exitosamente cuatro ATACMS, dos bombas JDAM, tres misiles HARM y ocho proyectiles HIMARS de fabricación estadounidense”. Estas acciones defensivas subrayan la intensa situación en la región.
Además, se suprimió la actividad de los drones ucranianos en áreas que incluyen los poblados de Proletarka y Sagi en Kherson, Valerianovka, Veseloe, Spornoye en la República Popular de Donetsk, Verkhnekamenka en la República Popular de Luhansk, y Tokmak en Zaporizhzhia, mediante la destrucción de 36 aeronaves no tripuladas.
En el contexto militar, el misil AGM-88 HARM (High-speed Anti-Radiation Missile) tiene una importancia vital en operaciones combinadas con los misiles ATACMS (Army Tactical Missile System) o HIMARS (High Mobility Artillery Rocket System).
El propósito primordial del AGM-88 HARM es neutralizar o eliminar los sistemas de defensa antiaérea que utilizan señales de radar. Estos, como los lanzadores de misiles tierra-aire o la artillería antiaérea con guía radar, representan una seria amenaza para las aeronaves aliadas.
El AGM-88 HARM ayuda a proporcionar un espacio de operaciones más seguro, desactivando estos sistemas de radar, lo que facilita que los ATACMS o HIMARS funcionen de manera efectiva y logren sus objetivos asignados.
Durante una operación coordinada, el AGM-88 HARM se despliega desde una aeronave para atacar y destruir radares enemigos. Tras su lanzamiento, utiliza sensores internos para localizar las emisiones de radar de los sistemas antiaéreos enemigos.
Posteriormente, ataca la fuente de las emisiones y emplea una carga explosiva potente para neutralizar la amenaza. Al desactivar los sistemas de radar hostiles, el AGM-88 HARM limita la habilidad del adversario para identificar y atacar aeronaves o misiles aliados, permitiendo que los ATACMS o HIMARS funcionen con un riesgo reducido de intercepción.
En sinergia con los ATACMS o HIMARS, el AGM-88 HARM ofrece una capacidad crucial para debilitar o eliminar defensas aéreas enemigas, potenciando la efectividad y supervivencia de las operaciones conjuntas.
El ATACMS es un misil superficie-superficie capaz de golpear blancos distantes, incluyendo defensas aéreas adversarias. Con el apoyo del AGM-88 HARM, puede operar con menos probabilidad de ser descubierto o interceptado, mejorando las oportunidades de impactar los objetivos designados.
Asimismo, el HIMARS es una plataforma de lanzamiento de cohetes extremadamente móvil que puede disparar una variedad de misiles, especialmente aquellos destinados a ataques precisos. El uso coordinado con el AGM-88 HARM le brinda una protección adicional frente a las defensas aéreas enemigas.
El AGM-88 HARM se destaca por su capacidad para inhibir o aniquilar radares enemigos, una funcionalidad crucial para proteger los misiles HIMARS de posibles ataques o intercepciones. Este escenario plantea un desafío significativo para Rusia en Ucrania, donde la principal preocupación no son los misiles ATACMS, sino precisamente los AGM-88 HARM. La rápida desactivación de estos últimos simplificaría la detección de los más lentos ATACMS, según estrategas militares rusos, que subrayan la importancia de neutralizar los vectores de los HARM.
Ilustrando la gravedad de esta estrategia, el 20 de octubre, el Ministerio de Defensa de Rusia comunicó la deshabilitación de siete MiG-29 ucranianos, resultado de una operación coordinada entre tropas de combate y defensas antiaéreas. Además, en la semana precedente, doce aeronaves hostiles, contando diez MiG-29, dos Su-25 y dos helicópteros Mi-8, fueron neutralizadas.
Alexei Leonkov, experto militar, atribuye estos logros a una eficiente gestión del control aéreo y a operaciones conjuntas de reconocimiento. “Nuestros cazas enfrentaron constantes provocaciones y ataques con misiles AGM-88 y tácticas de distracción para ocultar las maniobras de Storm Shadow”, enfatiza Leonkov, resaltando la necesidad de incapacitar estas aeronaves.
El medio Izvestia recoge análisis de tácticos rusos que interpretan el apuro de Occidente por enviar F-16, Eurofighter y Gripen suecos a Ucrania como respuesta a la mermada aviación ucraniana. Leonkov comenta: “Los aviones que emplea la Fuerza Aérea se adquirieron a nivel internacional, bajo la supervisión directa de Estados Unidos y sus aliados”.
El 21 de febrero de 2022, Rusia denunció un ataque devastador a una instalación fronteriza del FSB, presuntamente perpetrado por Ucrania, que resultó en la pérdida de cinco combatientes ucranianos. Ucrania negó rotundamente estas acusaciones, describiéndolas como desinformación o “falsas banderas”.
Paralelamente, Rusia reconocía oficialmente a las regiones autoproclamadas de la RPD y la RPL, un gesto que, según Putin, abarca todos los oblastos ucranianos, no solo los territorios controlados de facto. Posteriormente, ordenó el despliegue de fuerzas militares rusas, incluyendo tanques, en esas áreas.