Pakistán derribó Cazas Rafale indios, impactando acciones de Dassault y confianza en ventas globales del caza francés.
Derribos de Rafale en Pakistán sacuden a Dassault Aviation
El 7 de mayo de 2025, Pakistán afirmó haber derribado cinco aviones de combate indios, incluyendo tres Dassault Rafale, durante una escalada militar tras los ataques aéreos indios denominados Operación Sindoor. Esta operación, lanzada en represalia por un ataque terrorista en Cachemira el 22 de abril, buscaba destruir infraestructura terrorista en Pakistán y Cachemira administrada por Pakistán. Los derribos, atribuidos a cazas chinos J-10C armados con misiles PL-15, marcaron la primera pérdida en combate del Rafale, un caza de 4.5 generaciones fabricado por la francesa Dassault Aviation. La noticia desencadenó una caída inmediata en las acciones de Dassault, que descendieron de 373.8 a 362.05 euros en dos días, un 3.3% de pérdida en el valor de mercado. Por contraste, las acciones de la china Chengdu Aircraft Corporation (CAC), fabricante del J-10C, subieron un 18% en la Bolsa de Shenzhen, alcanzando 71.08 yuanes.
La confirmación parcial de las pérdidas indias provino de fuentes occidentales. Dos oficiales estadounidenses, citados por Reuters, verificaron que al menos dos aviones indios, uno de ellos un Rafale, fueron derribados por J-10C pakistaníes. Un alto funcionario de inteligencia francés, según CNN, también confirmó la pérdida de al menos un Rafale, mientras investigaban posibles bajas adicionales. Sin embargo, India no reconoció oficialmente la pérdida de sus aviones y afirmó que sus ataques alcanzaron con éxito los objetivos designados. La falta de transparencia india, junto con imágenes de escombros circulando en redes sociales, alimentó especulaciones sobre la magnitud de las pérdidas. Videos autenticados por BBC Verify mostraron restos de un Rafale, aunque discrepancias en las imágenes, como diferencias en el diseño del timón, generaron dudas sobre su autenticidad.
El impacto económico en Dassault Aviation no se limitó a la caída inicial de sus acciones. Analistas de defensa, como Mailk Qasim Mustafa del Instituto de Estudios Estratégicos de Islamabad, advirtieron que los derribos podrían dañar la reputación del Rafale, considerado uno de los cazas más avanzados del mundo. “Es una seria preocupación para Dassault Aviation. Podría impactar futuros acuerdos con otros países”, afirmó Mustafa. Países como Egipto, Qatar, Grecia y Croacia, que operan o han adquirido Rafales, podrían cuestionar su desempeño en combate real. Además, India, que opera 36 Rafales y firmó un contrato el 6 de mayo de 2025 para adquirir 26 más para su armada, podría reconsiderar su dependencia del caza francés, especialmente si se confirman pérdidas adicionales.
La batalla aérea también destacó la creciente influencia de la industria militar china. Los J-10C, entregados a Pakistán en 2022, demostraron su capacidad para enfrentarse a aviones occidentales avanzados. El misil PL-15, con un alcance superior a 200 kilómetros, superó al misil europeo Meteor utilizado por los Rafales, según analistas. Esto impulsó la confianza en los sistemas chinos, con un aumento del 40% en las acciones de AVIC Chengdu Aircraft durante la semana de la guerra. La victoria de Pakistán, apoyada por tecnología china, podría atraer a nuevos compradores en Asia y África, regiones donde China busca expandir su mercado de armas.

Datos clave sobre el impacto económico del Rafale
- Caída de acciones: Dassault Aviation perdió 3.3% de su valor en dos días, de 373.8 a 362.05 euros.
- Subida de CAC: Las acciones de Chengdu Aircraft Corporation subieron 18%, alcanzando 71.08 yuanes.
- Contratos en riesgo: India planea adquirir 26 Rafales adicionales, pero los derribos podrían influir en la decisión.
- Mercado global: Seis países operan Rafales; la percepción de su desempeño podría afectar ventas futuras.
- Ascenso chino: El éxito del J-10C fortalece la posición de China como proveedor de armas en mercados emergentes.
Contexto de la rivalidad aérea India-Pakistán
La escalada militar de mayo de 2025 reflejó la intensa rivalidad entre India y Pakistán, dos potencias nucleares con una larga historia de conflictos por Cachemira. La Operación Sindoor marcó la primera vez que India empleó Rafales en combate, utilizando misiles de crucero SCALP-EG y bombas guiadas HAMMER-250 para atacar objetivos a distancia desde su espacio aéreo. Pakistán, por su parte, respondió con una combinación de cazas J-10C, JF-17 y sistemas de defensa aérea HQ-9B, todos de origen chino. La batalla, descrita por el académico Salman Ali Bettani como “el combate aire-aire más intenso entre naciones con armas nucleares”, involucró a unos 125 aviones y se libró a más de 160 kilómetros de distancia, destacando la importancia de misiles de largo alcance y sistemas de guerra electrónica.
La falta de pruebas concluyentes sobre las pérdidas indias complicó la narrativa. Mientras Pakistán afirmó haber derribado cinco aviones, incluyendo tres Rafales, un MiG-29 y un Su-30, India mantuvo silencio oficial. Imágenes de escombros, como un tanque de combustible externo identificado por Trevor Ball de Armament Research Services como perteneciente a un Rafale o Mirage, no confirmaron si los restos resultaron de fuego enemigo. Analistas sugirieron que la ausencia de reportes en la prensa india, normalmente ávida de noticias militares, podría indicar una censura gubernamental bajo el primer ministro Narendra Modi. Esto contrastó con la rápida difusión de la narrativa pakistaní, respaldada por funcionarios como el ministro de Defensa Khawaja Muhammad Asif, quien destacó el uso de J-10C en los derribos.

El desempeño de los Rafales en combate generó preocupación en los círculos militares occidentales. Richard Aboulafia, director de AeroDynamic Advisory, describió al Rafale como “el arma más capaz en el arsenal indio” y sugirió que su pérdida podría reflejar deficiencias en la preparación táctica de la Fuerza Aérea India (IAF). La IAF, con unos 1,900 aviones, depende en gran medida de equipos rusos como el Su-30MKI y el MiG-29, pero los Rafales representaban su apuesta por tecnología occidental avanzada. La batalla expuso posibles vulnerabilidades, como la falta de activos de guerra electrónica o comunicaciones no encriptadas, que pudieron ser explotadas por Pakistán.
En el ámbito económico, los derribos amenazaron la posición de Dassault en el mercado global de cazas. El Rafale, operativo desde 2001, había mantenido un historial impecable en combate hasta mayo de 2025. Su pérdida ante un adversario equipado con tecnología china podría disuadir a potenciales compradores, especialmente en un contexto donde competidores como el F-35 estadounidense buscan captar mercados como el indio. Informes especularon que medios estadounidenses, al destacar las pérdidas indias, podrían estar promoviendo el F-35 para el contrato de 114 cazas multirol de la IAF. Sin embargo, la falta de evidencia concreta sobre los derribos limitó el impacto inmediato en las decisiones de compra.
Evolución geopolítica y mercado de armas
El conflicto India-Pakistán reflejó cambios geopolíticos significativos en la región. La dependencia histórica de India de equipos rusos, como los Su-30 y MiG-29, contrastó con su reciente acercamiento a Occidente, evidenciado por la compra de 36 Rafales entre 2020 y 2022. Pakistán, por su parte, fortaleció su alianza con China, que suministró el 82% de sus importaciones de armas entre 2019 y 2023. La batalla de mayo de 2025 mostró cómo estas alianzas moldean los arsenales de ambos países, con Pakistán desplegando cazas chinos y misiles avanzados contra los Rafales indios.
El mercado global de cazas, valorado en miles de millones de dólares, observó de cerca el enfrentamiento. La industria de defensa china, liderada por empresas como AVIC, capitalizó la victoria pakistaní para proyectar su tecnología como competitiva frente a Occidente. En contraste, Dassault enfrentó presión para explicar el desempeño del Rafale, especialmente tras las críticas de que el misil Meteor no igualó al PL-15 chino. Países con intereses en cazas de 4.5 generaciones, como Indonesia o Emiratos Árabes Unidos, podrían reconsiderar sus opciones de compra ante estos eventos.

La batalla también resaltó la importancia de la inteligencia y la coordinación en combates modernos. Pakistán utilizó aviones Erieye AWACS de fabricación sueca para dirigir sus cazas, mientras que India pudo haber subestimado las capacidades de la Fuerza Aérea Pakistaní (PAF). La región de Cachemira, con su terreno de gran altitud y bases cercanas, amplificó los riesgos de escalada, ya que ambos países operaron a pocos minutos de vuelo entre sí. La ausencia de iniciativas de desescalada al momento de los eventos mantuvo la tensión en la región.
El impacto a largo plazo en las ventas del Rafale dependerá de las investigaciones posteriores al conflicto. Dassault y la IAF podrían realizar auditorías para identificar fallos tácticos o técnicos, mientras que la comunidad internacional, incluidos Estados Unidos y Europa, analizará los datos de la batalla para ajustar sus propias estrategias de defensa. Por ahora, los derribos de mayo de 2025 han proyectado una sombra sobre el Rafale, desafiando su reputación y planteando preguntas sobre el futuro de las exportaciones de Dassault en un mercado cada vez más competitivo.