Los misiles antibuque chinos DF-21D, descritos como “asesinos de portaaviones”, han estado en el radar del Pentágono durante bastante tiempo.
Estas armas lanzadas desde tierra tienen un alcance declarado de 1.000 millas, aparentemente capaces de destruir portaaviones con sistemas avanzados de alcance y guiado.
Respuesta estadounidense al DF-21D
La existencia del DF-21D es probablemente uno de los principales motivos por los que los servicios militares estadounidenses han estado acelerando un enfoque estratégico denominado A2/AD, antiacceso/negación de área.
La idea con A2/AD es desarrollar armas, tácticas multidominio y tecnologías suficientes para superar el esfuerzo de un enemigo manteniendo las fuerzas demasiado lejos para atacar.
En el caso de China, por ejemplo, la existencia de misiles balísticos de largo alcance y de armas como el DF-21D representa un esfuerzo por hacer que los territorios oceánicos y terrestres sean demasiado arriesgados o demasiado costosos de abordar. Un Ala Aérea de Portaaviones puede lanzar F/A-18 y F-35C desde la distancia máxima que permite su radio de combate, una distancia de aproximadamente 300 a 500 millas.
Esto significa que, para evitar el riesgo de destrucción total por un DF-21D, un portaaviones de la Marina estadounidense tendría que operar a más de 1.000 millas de la costa.
Se trata de una distancia potencialmente fuera del alcance de los cazas lanzados desde portaaviones, por lo que se deniega el “acceso” de ataque a aguas lo suficientemente cercanas para atacar a China.
Proyección de poder
A pesar de la existencia del DF-21D, que el Ejército Popular de Liberación ha probado repetidamente y sobre el que han informado sus periódicos estatales, los líderes de la Marina estadounidense han dejado claro que operarán portaaviones en cualquier lugar que necesiten para proyectar poder. Probablemente haya muchas razones para ello, entre ellas la aparición de defensas avanzadas en capas para portaaviones y las posibles limitaciones del DF-21D.
Por supuesto, es posible que muchas de las tecnologías específicas entretejidas en el DF-21D y sus sistemas de guía no se conozcan del todo o sigan siendo un misterio hasta cierto punto, pero algunas observaciones interesantes han señalado algunas de las dificultades que podrían tener las armas a la hora de “matar” por completo a los portaaviones.
Varios informes publicados hace años en la revista Air Force Magazine planteaban interesantes cuestiones sobre el DF-21D, sugiriendo que tal vez su sistema de guía no fuera suficiente para alcanzar objetivos en movimiento como los portaaviones. Tal vez sus sensores o sistemas de guía no estén suficientemente integrados para establecer el “seguimiento” necesario de un arma.
¿Qué tan factible es atacar un portaaviones estadounidense?
Un informe de AF Magazine de 2013 sugería que la Fuerza de Cohetes del Ejército Popular de Liberación no disponía de la “interconexión” suficiente para completar la cadena mortal y lograr destruir un objetivo. Según se informa, el DF-21D utiliza radar y navegación por satélite, sin embargo, el informe de la revista AF Magazine sugería que los chinos podrían no tener la red o el radar “sobre el horizonte” necesarios para establecer un “seguimiento” y destruir un objetivo.
El informe también planteaba dudas sobre si su ojiva tendría la energía y la letalidad necesarias para inutilizar realmente un portaaviones e impedir que funcione y lance ataques.
En total, el arma necesitaría sistemas de guiado precisos, una red de datos integrada y segura y la capacidad de alcanzar objetivos en movimiento para lograr “golpear” realmente a un portaaviones.
Por lo tanto, es posible que el DF-21D no pueda hacer todo esto, a pesar de que los medios de comunicación chinos afirmen lo contrario.