El EC-37B, basado en el Gulfstream G550, interfiere comunicaciones y radares enemigos a larga distancia, reemplazando al EC-130H con tecnología avanzada.
EC-37B Compass Call: Revolución en interferencia electrónica
La Fuerza Aérea de Estados Unidos incorpora el EC-37B Compass Call, una aeronave de guerra electrónica diseñada para neutralizar sistemas de comunicación y radares enemigos desde distancias extendidas. Basado en la plataforma del Gulfstream G550, este avión reemplaza al obsoleto EC-130H Compass Call, operativo desde la década de 1980. El EC-37B, entregado por L3Harris Technologies y BAE Systems, comenzó su integración en 2023, con la primera unidad operativa en la Base de la Fuerza Aérea Davis-Monthan, Arizona. Su capacidad de operar a mayor altitud y velocidad permite interferir señales enemigas mientras permanece fuera del alcance de sistemas antiaéreos, marcando un avance significativo en la protección de fuerzas aliadas.
El EC-37B utiliza tecnología de estado sólido para sus sistemas de interferencia, ofreciendo mayor eficiencia energética y precisión en comparación con los sistemas de tubos de vacío del EC-130H. Los equipos electrónicos, alojados en bahías modulares, permiten actualizaciones rápidas para adaptarse a nuevas amenazas. Esta flexibilidad asegura que la aeronave pueda contrarrestar tecnologías emergentes, como radares de baja probabilidad de intercepción y sistemas de comunicación encriptados. En pruebas realizadas en 2024, el EC-37B demostró su capacidad para interrumpir señales a más de 300 kilómetros, superando las capacidades de su predecesor.
La plataforma Gulfstream G550 proporciona ventajas operativas clave. Con una altitud máxima de 51,000 pies y una velocidad de crucero de Mach 0.88, el EC-37B puede posicionarse rápidamente en teatros de operaciones, reduciendo el tiempo de respuesta ante amenazas electrónicas. Su alcance de 6,500 millas náuticas permite misiones de larga duración sin reabastecimiento, un factor crítico en conflictos de alta intensidad. Estas características minimizan la exposición a defensas aéreas enemigas, como los sistemas S-400 rusos o los HQ-9 chinos, que representan riesgos significativos para aeronaves de guerra electrónica más lentas.
El programa Compass Call, iniciado en 1983, ha evolucionado para enfrentar los desafíos de la guerra moderna. El EC-130H participó en conflictos como la Guerra del Golfo y las operaciones en Afganistán, donde su capacidad para bloquear comunicaciones de grupos terroristas fue crucial. Sin embargo, las limitaciones de la plataforma C-130 en velocidad y altitud restringían su efectividad contra adversarios con defensas aéreas avanzadas. El EC-37B resuelve estas deficiencias, integrando sensores y sistemas de interferencia más potentes, capaces de operar en entornos electromagnéticos congestionados.

Datos clave del EC-37B Compass Call para guerra electrónica
- Plataforma base: Gulfstream G550, con altitud máxima de 51,000 pies.
- Alcance de interferencia: Supera los 300 kilómetros en pruebas de 2024.
- Velocidad: Mach 0.88, permite despliegue rápido en teatros de operaciones.
- Alcance: 6,500 millas náuticas, ideal para misiones prolongadas.
- Tecnología: Sistemas modulares de estado sólido, actualizables ante nuevas amenazas.
- Primera unidad operativa: Base Davis-Monthan, Arizona, desde 2023.
Capacidades avanzadas para entornos de alta amenaza
Los sistemas de interferencia del EC-37B están diseñados para operar en espectros electromagnéticos complejos. La aeronave puede identificar y neutralizar señales de radares de vigilancia, sistemas de guía de misiles y redes de comunicación digital. En simulaciones realizadas por L3Harris en 2024, el EC-37B bloqueó con éxito señales de un radar AESA simulado, un tipo de tecnología utilizado por cazas de quinta generación como el J-20 chino. Esta capacidad asegura que las fuerzas aliadas puedan operar con ventaja en entornos donde la superioridad aérea depende del control del espectro electromagnético.
La modularidad del EC-37B permite integrar nuevas tecnologías sin rediseños costosos. BAE Systems ha desarrollado pods electrónicos externos que amplían las capacidades de interferencia, permitiendo a la aeronave adaptarse a amenazas específicas en tiempo real. Por ejemplo, durante ejercicios en el Pacífico en 2024, el EC-37B demostró su capacidad para interrumpir redes de comunicación satelital, un componente crítico en las operaciones navales modernas. Esta versatilidad posiciona al EC-37B como un activo estratégico en regiones como el Indo-Pacífico, donde las tensiones con China requieren capacidades avanzadas de guerra electrónica.
El costo del programa EC-37B, estimado en $1.2 mil millones para 10 aeronaves, refleja la inversión en tecnología de punta. Cada unidad, con un precio aproximado de $120 millones, incluye sistemas electrónicos y soporte logístico. La Fuerza Aérea planea adquirir un total de 14 aeronaves para 2030, con entregas escalonadas para reemplazar gradualmente al EC-130H. La transición, supervisada por el 55th Electronic Combat Group, asegura que las capacidades de guerra electrónica permanezcan operativas durante el proceso.

El EC-37B también se beneficia de lecciones aprendidas en conflictos recientes. En Ucrania, la guerra electrónica ha jugado un papel central, con sistemas rusos como el Krasukha-4 intentando neutralizar drones y misiles guiados. El EC-37B está diseñado para contrarrestar estas amenazas, utilizando algoritmos avanzados para detectar y priorizar señales enemigas. Su capacidad para operar en entornos de alta interferencia lo convierte en un multiplicador de fuerza para operaciones conjuntas, apoyando a cazas como el F-35 y sistemas de defensa como el Aegis.
Impacto estratégico en la guerra moderna
La introducción del EC-37B refuerza la ventaja de Estados Unidos en el dominio del espectro electromagnético. En un contexto donde adversarios como China y Rusia desarrollan sistemas de guerra electrónica avanzados, el EC-37B ofrece una respuesta efectiva. Su capacidad para operar a larga distancia reduce la vulnerabilidad ante misiles antiaéreos de largo alcance, como el S-500 ruso, que puede alcanzar objetivos a 600 kilómetros. Además, la aeronave puede integrarse con sistemas de mando y control, proporcionando datos en tiempo real a comandantes en el campo.
El EC-37B también desempeña un papel en operaciones no cinéticas, como la supresión de propaganda enemiga. Durante pruebas en 2023, la aeronave bloqueó transmisiones de radio en un área simulada, demostrando su utilidad en operaciones psicológicas. Esta capacidad es particularmente relevante en conflictos híbridos, donde el control de la narrativa es tan importante como el dominio militar. La Fuerza Aérea ha destacado que el EC-37B puede operar en múltiples dominios, desde el apoyo a fuerzas terrestres hasta la protección de activos navales.

La producción del EC-37B se realiza en instalaciones de L3Harris en Texas y BAE Systems en New Hampshire, con un enfoque en la sostenibilidad logística. Los sistemas modulares reducen los tiempos de mantenimiento, asegurando una alta disponibilidad operativa. La Fuerza Aérea espera que el EC-37B permanezca en servicio hasta al menos 2040, con actualizaciones periódicas para mantener su relevancia frente a nuevas tecnologías.
El programa Compass Call ha demostrado su valor en más de cuatro décadas de operaciones. Con el EC-37B, la Fuerza Aérea no solo moderniza esta capacidad, sino que redefine las posibilidades de la guerra electrónica. La combinación de alcance, velocidad y tecnología avanzada posiciona al EC-37B como un pilar estratégico en la defensa de los intereses de Estados Unidos y sus aliados en un entorno global cada vez más competitivo.