Aparte del desarrollo de armas hipersónicas, la Royal Navy se prepara para una significativa actualización en sus capacidades de combate con la introducción de un avanzado sistema láser para 2027.
Este innovador rayo láser, descrito como “líder en el mundo”, es capaz de operar a la velocidad de la luz. El Ministerio de Defensa del Reino Unido (MoD) ha confirmado los planes de equipar con el sistema DragonFire a sus unidades navales de superficie, siguiendo una demostración impresionante a comienzos de este año.
Transformación tecnológica en la Royal Navy
El sistema de armas láser de energía dirigida (LDEW) seguirá enfrentándose a pruebas de fuego real tras una demostración inicial exitosa en el campo de tiro de las Hébridas del MoD, situado en la costa noroeste de Escocia en enero. Este evento marcó el punto culminante de varios años de desarrollo intensivo, desde que el programa DragonFire fue revelado en 2017.
En el contexto global, los recientes conflictos en Ucrania y Gaza han demostrado que la demanda de municiones tradicionales ha superado con creces la oferta. Además, se ha evidenciado que la estrategia de utilizar costosos misiles de defensa aérea para neutralizar drones y pequeños misiles antibuque es cada vez menos coste-efectiva.
A pesar de que el Ministerio de Defensa invirtió más de 100 millones de libras esterlinas (aproximadamente 125 millones de dólares) en el desarrollo de DragonFire, los costos operativos del láser son notablemente bajos, con un costo menor a 10 libras esterlinas por disparo. Además, este sistema destaca por su asombrosa precisión, capaz de acertar una moneda de £1 desde una distancia de un kilómetro.
La efectividad de DragonFire no se limita solo a su precisión. Este sistema puede alcanzar objetivos a la velocidad de la luz, generando un haz intenso que puede causar fallos estructurales severos o incluso desactivar la ojiva de un misil entrante mediante la penetración directa y precisa del haz.
La creación de DragonFire fue resultado de una colaboración trilateral entre gigantes de la industria de defensa del Reino Unido, incluyendo a MBDA UK, Leonardo UK y QinetiQ. Este desarrollo representa un paso significativo hacia adelante en la modernización de las capacidades defensivas de la Royal Navy, marcando un avance estratégico en la guerra naval moderna.
Despliegue del sistema láser DragonFire en la Royal Navy
DragonFire, más que un mero nombre evocativo, incorpora una tecnología láser revolucionaria, empleando treinta y siete rayos láser de 1,5 kW cada uno. Estos rayos están organizados en una matriz hexagonal y se fusionan mediante espejos en un proceso de interferencia constructiva, lo que amplifica su potencia de manera significativa.
Contrario a las representaciones populares de la ciencia ficción, el haz producido por el DragonFire es tanto invisible como silencioso, con una longitud de onda cercana al micrón, ubicándose en el espectro infrarrojo y por ende fuera del alcance visual humano. A pesar de utilizar componentes láser estándar, el sistema es capaz de quemar metal en cuestión de segundos y ha demostrado su eficacia en la destrucción de drones y la detonación de misiles en vuelo.
El propósito fundamental de este sistema es ofrecer una alternativa económica a los costosos misiles interceptores, invirtiendo la dinámica económica de la defensa contra drones y misiles antibuque. Este cambio estratégico propone una solución donde el coste de neutralizar estas amenazas sea menor que el de las plataformas atacantes.
Desarrollo y planificación futura de DragonFire
El Laboratorio de Defensa Porton Down (DSTL) del Reino Unido, en colaboración con líderes industriales, está avanzando en la transformación de DragonFire de un prototipo experimental a una plataforma defensiva realista. Con una fecha objetivo de implementación fijada para 2027, el DSTL está trabajando diligentemente para evitar retrasos que podrían incrementar los costos del proyecto.
Durante una reciente visita a DSTL, el Secretario de Defensa del Reino Unido, Grant Shapps, expresó al periódico The Telegraph su determinación de acelerar el desarrollo de DragonFire. Shapps destacó la necesidad de reducir los típicos ciclos de desarrollo de diez años a un plazo mucho más breve. Además, mencionó la posibilidad de desplegar prototipos del sistema en Ucrania como una muestra anticipada de su capacidad, incluso antes de que el modelo final esté completamente pulido.
“Estoy absolutamente seguro de que lo que estamos sucediendo aquí es muy especial, y un nivel que es poco probable que otros países repliquen porque es muy vanguardista”, afirmó Shapps. Esta declaración refuerza el compromiso del Reino Unido con el liderazgo en la innovación militar, proyectando a DragonFire como un recurso defensivo que podría adelantarse años luz frente a desarrollos similares a nivel mundial.