En un despliegue de poder aéreo, un dron ruso Lancet se convierte en el depredador del cielo, destruyendo implacablemente un tanque T-72 ucraniano, ilustrando cómo la guerra moderna se inclina hacia la tecnología no tripulada.
Cazador silencioso en acción
Como un águila real cazando a su presa desde lo alto, un vídeo compartido en redes sociales esta semana capturó el impactante momento en que una munición Lancet de merodeo impactó contra un carro de combate principal (MBT) T-72M1 ucraniano en el óblast de Zaporizhzhia. El tanque, una vez dominante en el campo de batalla, fue devorado por el depredador del cielo, quedando totalmente destruido tras la detonación de su munición. El destino de la tripulación permanece incierto, envuelto en el humo y el fuego.
Triunfos esquivos y feroces pérdidas
Este episodio ha sido visto casi 250.000 veces desde su publicación en Twitter y se ha compartido también en la plataforma social Telegram. La escena representa una de las pocas victorias del Kremlin en la región, donde las fuerzas rusas han sufrido bajas masivas, como si una manada de lobos se enfrentara a una emboscada letal.
El Lancet: un lobo furtivo del aire

Las fuerzas rusas emplearon un ZALA Lancet, un sistema aéreo no tripulado (UAS) y munición de merodeo, para atacar al MBT ucraniano. Desarrollado por ZALA Aero, filial del consorcio Kalashnikov, el Lancet es un lobo furtivo del aire, sigiloso y mortífero. Presentado por primera vez en el Foro Técnico Internacional Militar Army-2019, el Lancet ha demostrado sus habilidades en el campo de batalla, como un cazador implacable en Siria en noviembre de 2020.
Poderío y autonomía en combate
Equipado con sistemas de guiado similares a los ojos de un halcón, el dron Lancet posee una visión precisa y letal. Altamente autónomo, su sistema de guiado óptico-electrónico le permite localizar y destruir objetivos de forma independiente. Con un canal de comunicación por televisión, el Lancet transmite imágenes de su presa, confirmando el éxito de sus embestidas. Capaz de abatir objetivos en un radio de hasta 40 kilómetros, el Lancet, con sus 12 kilogramos de peso máximo de despegue, es un verdadero depredador del campo de batalla.
El fin de una era para los MBT
Tanto rusos como ucranianos han visto cómo sus MBT, como el T-72M1, caen ante estos aviones no tripulados en la guerra que ya dura un año en Ucrania. El T-72M1, un modelo mejorado del tanque soviético de la Guerra Fría, destaca por su baja silueta, peso relativamente ligero, armamento letal y alta fiabilidad, como un tigre acechando en la jungla. Sin embargo, la supremacía de estos tigres de acero podría estar llegando a su fin ante la implacable caza de los drones, como el Lancet, que se alzan en el cielo como depredadores indomables.