El EA-37B Compass Call y el EA-18G Growler destacan como plataformas clave de guerra electrónica, cada una con roles estratégicos únicos en combate.
La evolución de la guerra electrónica en el campo de batalla
Desde la Segunda Guerra Mundial, la guerra electrónica ha avanzado significativamente como parte de las estrategias militares modernas. Este campo experimentó un cambio drástico durante la Guerra de Vietnam, con la introducción de los misiles tierra-aire y las tácticas de supresión de defensas aéreas enemigas (SEAD). Los aviones Wild Weasel de la Fuerza Aérea de los EE. UU. enfrentaron directamente estas amenazas, utilizando señales de radar del enemigo para localizarlas y destruirlas.
Hoy en día, dos aviones se posicionan como líderes en este ámbito: el EA-37B Compass Call, operado por la Fuerza Aérea de los EE. UU., y el EA-18G Growler, perteneciente a la Armada de los EE. UU. Ambos están diseñados para realizar misiones ofensivas, defensivas y de vigilancia, incluyendo inteligencia de señales (SIGINT) e interferencias electrónicas.
El EA-37B utiliza avanzados sistemas de procesamiento de señales que permiten interrumpir comunicaciones y señales de radar enemigas en tiempo real. Por su parte, el EA-18G Growler combina cápsulas de interferencia, armamento cinético y aviónica moderna para neutralizar amenazas y apoyar operaciones conjuntas.
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Datos clave sobre el EA-37B y el EA-18G
- Velocidad y alcance: El EA-37B alcanza 767 mph con un alcance de 4,410 millas náuticas, superando al Growler en misiones de largo alcance.
- Armamento del EA-18G: Incluye misiles AIM-120, AGM-88 HARM y cápsulas ALQ-99 para ataques electrónicos y cinéticos.
- Sistemas de guerra electrónica: Ambos aviones emplean sistemas de contramedidas electrónicas fabricados por L3Harris, adaptados para desorientar al enemigo.
- Tripulación: El EA-37B cuenta con hasta siete miembros en su tripulación de misión, mientras que el Growler opera con dos personas.
Diferencias clave en diseño y capacidades operativas
El EA-37B Compass Call, derivado del Gulfstream G550, está diseñado para misiones prolongadas, incluyendo SIGINT y operaciones de ataque profundo. Gracias a su alcance extendido y flexibilidad de tripulación, puede adaptarse rápidamente a distintos escenarios en el campo de batalla.
El EA-18G Growler, por su parte, destaca por su velocidad y capacidad de ataque directo. Su sistema AN/ALQ-218 y las cápsulas ALQ-99 permiten realizar ataques electrónicos devastadores y crear corredores seguros para escuadrones de cazas aliados. Este diseño lo hace ideal para estrategias de guerra expedicionaria en portaaviones.
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Ambos aviones están equipados con sistemas de contramedidas electrónicas integradas, que degradan las capacidades del enemigo y mejoran la toma de decisiones aliadas en tiempo real. Sin embargo, sus roles operativos son complementarios más que comparativos.
Impacto estratégico en el campo de batalla moderno
El EA-37B ha sido diseñado para desempeñar un papel clave en el control del espectro electromagnético, un factor crítico en los conflictos contemporáneos. Air Force Technology señala que las actualizaciones constantes en sus sistemas electrónicos fortalecerán aún más su capacidad de interferencia y SIGINT frente a tecnologías hostiles avanzadas.
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Mientras tanto, el Growler es un “multiplicador de fuerza” dentro de las operaciones navales, permitiendo a los grupos de ataque de portaaviones proyectar poder desde el mar hacia tierra. Las futuras actualizaciones en aviónica y hardware prometen mantener su efectividad y relevancia en el teatro de operaciones global.
En última instancia, ambos aviones representan un avance significativo en la guerra electrónica. Sus capacidades únicas aseguran que las fuerzas armadas de los Estados Unidos mantendrán una ventaja estratégica en cualquier enfrentamiento futuro.