El M-500 Barracuda, diseñado por Anduril Industries, combina alcance extendido, modularidad y bajo costo para escenarios de combate actuales y futuros.
Un misil versátil para conflictos modernos
Con la preparación del ejército estadounidense para enfrentamientos de alto nivel contra adversarios como China y Rusia, surge la necesidad de municiones que combinen asequibilidad, escalabilidad y capacidades avanzadas. En este contexto, Anduril Industries ha desarrollado el M-500 Barracuda, un misil de crucero con prestaciones optimizadas para ataques de precisión.
Este misil, inspirado en el AGM-114 Hellfire, destaca por un alcance de hasta 500 millas náuticas y una mayor capacidad de carga útil, siendo descrito como un “Hellfire potenciado”. Además, incorpora tecnología autónoma avanzada y modularidad que le permite adaptarse a diversos requisitos operativos.
El M-500 es compatible con una amplia gama de plataformas, incluyendo cazas furtivos, bombarderos, drones y sistemas de lanzamiento paletizados. Esto lo posiciona como una solución versátil y eficiente para los conflictos modernos, donde la sostenibilidad y el costo-efectividad son esenciales.

Propulsado por un motor turborreactor, el misil logra un alcance de 500 millas náuticas y puede transportar 100 libras de carga útil. Su arquitectura modular permite rápidas adaptaciones a distintas misiones, reduciendo costos de producción y aumentando la resiliencia manufacturera.
Datos clave del M-500 Barracuda
- Alcance: Hasta 500 millas náuticas con configuraciones de lanzamiento aéreo.
- Carga útil: 100 libras, con opciones para explosivos de alto poder o sistemas de guerra electrónica.
- Compatibilidad: Cazas furtivos F-35, drones MQ-9 Reaper, sistemas terrestres como HIMARS y MLRS.
- Software: Lattice Mission Autonomy para ataques coordinados y alta precisión.
- Modularidad: Componentes de origen comercial que abaratan costos de producción.
Capacidades avanzadas para misiones dinámicas
Una de las características distintivas del M-500 Barracuda es su integración con el software de autonomía Lattice Mission Autonomy, que permite actualizaciones en tiempo real, operaciones coordinadas y precisión contra objetivos móviles y estáticos. Este sistema ofrece una duración de vuelo superior a dos horas, proporcionando flexibilidad en situaciones cambiantes.
La producción modular y el uso de componentes comerciales hacen del M-500 una solución eficiente en términos de costo, con capacidad para aumentar rápidamente la fabricación durante picos de demanda. Además, su arquitectura definida por software posibilita actualizaciones continuas sin requerir modificaciones significativas en el hardware.

Diseñado para abordar deficiencias en la disponibilidad de municiones identificadas en evaluaciones estratégicas, el M-500 es una alternativa asequible para despliegues a gran escala. Es compatible con diversas plataformas, como bombarderos, drones, buques de superficie y sistemas terrestres, facilitando operaciones en múltiples escenarios.
El misil también puede transportar una variedad de cargas útiles, desde ojivas de alto poder explosivo hasta sistemas de guerra electrónica, adaptándose a necesidades operativas específicas como ataques de largo alcance o directos.
El M-500 en el contexto del Indo-Pacífico
En el Indo-Pacífico, las condiciones operativas exigen armas con alcance extendido, precisión y capacidad de respuesta rápida. El M-500 ofrece ventajas tácticas significativas frente a la compleja red de defensas enemigas y las vastas distancias de la región.
Con capacidad para lanzamientos desde cazas furtivos o drones, este misil puede atacar infraestructura militar de alto valor, como lanzadores de misiles, instalaciones de comando y control o activos navales en áreas disputadas. Su diseño compacto permite a plataformas furtivas mantener su baja detectabilidad mientras portan múltiples misiles internamente.
El M-500 también destaca en misiones como la supresión de defensas aéreas enemigas (SEAD), gracias a su capacidad de merodeo y autonomía avanzada. En configuraciones de enjambre, varios misiles pueden coordinarse autónomamente para saturar sistemas de defensa en capas como el S-400 y HQ-9.

En roles antibuque, su despliegue desde plataformas aéreas o marítimas facilita ataques de saturación contra grupos navales, complicando la defensa de las flotas adversarias. Esto es crucial para contrarrestar la expansión naval china, incluyendo sus portaaviones y fuerzas de asalto anfibio.
Un diseño adaptable para conflictos prolongados
El sistema Rapid Dragon amplía las capacidades del M-500 al permitir lanzamientos desde aviones de transporte, evitando redes de detección enemigas y atacando objetivos estratégicos en cadenas de islas disputadas.
Su interoperabilidad con aliados como Japón y Australia fortalece la cooperación regional, mientras que su bajo costo y escalabilidad abordan la preocupación del desgaste de municiones en conflictos prolongados. Este enfoque responde a la creciente necesidad de sistemas distribuidos y autónomos.

La integración del M-500 en estrategias como letalidad distribuida y guerra en mosaico permite operaciones eficaces con activos dispersos, dificultando la respuesta de adversarios. Su autonomía minimiza la dependencia del control humano, manteniendo su operatividad incluso en entornos con comunicaciones degradadas.
Con su diseño avanzado, el M-500 Barracuda cumple las exigencias de la guerra moderna, posicionándose como un activo crucial para operaciones de precisión en el Indo-Pacífico y otros escenarios estratégicos.