Puede que el F-16 surgiera en los años setenta y ochenta, pero este avión probado en combate vuela ahora con fuselajes reforzados, ordenadores de alta velocidad, armas mejoradas y varias tecnologías de nueva generación del F-35.
En los últimos años, por ejemplo, el F-16 no sólo se ha beneficiado de un exitoso Programa de Extensión de la Vida Útil (SLEP) que ha ampliado las horas de vuelo del avión de 8.000 a 12.000 horas, sino que también ha recibido un radar AESA (Matriz Activa de Barrido Electrónico) apto para el F-35. El radar AESA no sólo proporciona una mayor autonomía de vuelo, sino que también ha sido mejorado y modernizado.
El radar AESA no sólo proporciona una detección de mayor alcance, sino que también aporta la capacidad de rastrear hasta 20 objetivos a la vez.
Esto es muy importante, ya que el AESA sustituye al anterior radar mecánico y reduce enormemente la vulnerabilidad, ofrece múltiples opciones de ataque y proporciona una visión de 360 grados. El AESA también es capaz de realizar guerra electrónica (EW), algo que se espera que mejore enormemente gracias a una nueva generación de ordenadores de a bordo.
Prolongación de la vida útil del F-16
El éxito del F-16 actualizado ha inspirado incluso a Lockheed para diseñar una nueva variante del F-16v, aún más avanzada y adaptada al ejército indio. El modelo “v” para la India, denominado F-21, integra una pantalla digital de alta definición en la cabina, sistemas de señalización montados en el casco, nuevos sistemas informáticos y un conjunto de sistemas de defensa antiaérea.
El avión “v” también incorpora un nuevo bus de datos y sensores de alerta de misiles que mejoran la capacidad de supervivencia.
El F-21 también integra una tecnología de búsqueda y seguimiento por infrarrojos (IRST) de alta tecnología y con capacidad EW, que tiene modos de detección activos y pasivos y puede establecer un “seguimiento” del objetivo a distancias mucho mayores. El IRST también está integrado en el F/A-18 de la Armada.
Estos avances sugieren que, aunque en última instancia existen límites a la modernización de cualquier avión heredado, el F-16 y el F-21 son esencialmente aviones completamente nuevos si se comparan con los primeros días de la aeronave. Al mismo tiempo, son muchos los que consideran que, en última instancia, los aviones heredados están bastante limitados en cuanto a su capacidad de mejora. En concreto, no es probable que un F-16 de 4ª generación, poco sigiloso, tenga éxito contra un avión adversario de 5ª generación, moderno y de alta tecnología, o contra defensas aéreas avanzadas.
En cambio, trabajando en estrecha coordinación con medios de 5ª generación, un F-16 podría realizar misiones de ataque críticas con bombas lanzadas desde el aire y armas aire-aire una vez que aviones más sigilosos pudieran establecer un “corredor aéreo” más seguro. Tal escenario táctico permitiría al F-16 operar como un mini-arsenal volante capaz de ampliar masivamente las opciones de ataque armamentístico de las Fuerzas Aéreas.
Tecnología en el F-16
El F-16 dispone de rieles aéreos en las puntas de las alas, así como de capacidad de lanzamiento de armas bajo las alas y pilones bajo el fuselaje para transportar armamento. El avión puede viajar con una carga de armamento de 15.800 libras, que incluye bombas de 1.000 libras.
Lo que estos factores sugieren es que el F-16 puede seguir siendo relevante. Puede hacerlo en la medida en que sea necesario “masificar” el ataque aéreo con armamento en apoyo de la 5ª generación o simplemente operar en entornos menos disputados en los que Estados Unidos tiene la supremacía aérea.
Ciertamente hay posibles áreas que pueden requerir misiones de contrainsurgencia o ataques aire-tierra contra aeronaves y defensas aéreas enemigas menos capaces.
Es posible que el F-16 siga teniendo un papel que desempeñar en una guerra de grandes potencias hasta que llegue un número más significativo de F-35. Sin embargo, tendrá que operar como un avión de combate de gran potencia.
Sin embargo, tendrá que operar como un avión de apoyo del tipo “camión bomba”, dependiendo de la medida en que su fuselaje pueda mantenerse en el nivel requerido de funcionalidad operativa.