El 17 de julio de 2025, la empresa Epirus, con sede en Los Ángeles, firmó un contrato por $43,5 millones con el Ejército de Estados Unidos para desarrollar sistemas de microondas destinados a desactivar enjambres de drones. Esta inversión responde al uso creciente de estos dispositivos en operaciones militares. El acuerdo forma parte de una iniciativa que prioriza soluciones tecnológicas para contrarrestar amenazas aéreas emergentes.
El sistema Leonidas, desarrollado por Epirus, se basa en tecnología de microondas de alta potencia y tiene como objetivo neutralizar diversos dispositivos electrónicos, incluidos drones individuales y en formación. Este equipo se construyó con componentes de nitruro de galio y opera mediante pulsos electromagnéticos de alta energía. La arquitectura, definida íntegramente por software, permite actualizaciones sin modificaciones de hardware, lo que facilita ajustes operativos en tiempo real.
Durante un ejercicio en Filipinas, el 30 de abril de 2025, Leonidas desactivó múltiples drones de forma simultánea en un entorno tropical. Según el capitán Bray McCollum, citado por el Ejército de EE. UU., “el ejercicio confirma la eficacia del sistema en condiciones climáticas adversas”. La validación operativa refuerza su inclusión en la iniciativa IFPC-HPM, orientada al desarrollo de defensas de energía dirigida contra amenazas de fuego indirecto.
Leonidas se ofrece en versiones fija, móvil y modular para plataformas terrestres o aéreas. Su diseño optimizado reduce tamaño, peso y consumo energético. La compatibilidad con redes existentes como FAAD C2 y el bajo coste por intervención aumentan su utilidad en despliegues tácticos. Además, sus módulos reemplazables permiten mantenimiento ágil y adaptación a nuevas configuraciones sin requerir rediseño completo del sistema.
El contrato con Epirus implica una mejora significativa del sistema, que duplicará su alcance y potencia. Esta modificación busca enfrentar la proliferación acelerada de drones de bajo coste, cuya capacidad para operar en enjambres puede saturar defensas convencionales. Andy Lowery, director ejecutivo de Epirus, afirmó que “las incursiones con drones ya no se limitan a zonas de conflicto”, aludiendo a incidentes cerca de instalaciones militares en suelo estadounidense.
Actualmente, las fuerzas armadas de EE. UU. utilizan municiones guiadas y técnicas de guerra electrónica para enfrentar amenazas con drones. No obstante, estos métodos resultan costosos en enfrentamientos a gran escala. Las armas de microondas, al afectar directamente la electrónica interna de múltiples drones, permiten cubrir zonas amplias sin necesidad de apuntar dispositivo por dispositivo, lo que reduce los costos y aumenta la eficiencia.
A pesar de estas ventajas, analistas señalan limitaciones. Neil Hart, del Instituto Australiano de Política Estratégica, indicó en un informe que “ninguna capacidad por sí sola puede abordar por completo una amenaza en evolución constante”. Recomendó integrar las armas de microondas en sistemas estratificados que incluyan interceptores cinéticos y técnicas de guerra electrónica, advirtiendo sobre la posibilidad de que los adversarios desarrollen drones con protección reforzada contra estos pulsos.
La iniciativa del Ejército se inscribe en un plan más amplio de modernización de defensas antiaéreas. Sin embargo, especialistas coinciden en que su efectividad dependerá de una integración coherente con otras tecnologías defensivas y de su capacidad para adaptarse ante la evolución técnica y táctica de actores hostiles.