Los recientes ataques con misiles rusos en Ucrania revelan un cambio en la estrategia militar y un posible agotamiento del arsenal de misiles en el ejército ruso.
Ejército ruso y su cambio de mando
Tras la exitosa contraofensiva ucraniana en septiembre, el presidente ruso Vladimir Putin asignó al general Sergei Surovikin como comandante de la “operación militar especial” en Ucrania. Surovikin abogó por una campaña de disparos de largo alcance para presionar a Ucrania en las negociaciones.
Desde octubre, Rusia ha lanzado más de 1.300 misiles balísticos y de crucero contra infraestructuras y centros urbanos ucranianos, pero sin lograr sus objetivos.
Los recientes ataques en abril y mayo evidencian una disminución en la cantidad de misiles utilizados, sugiriendo un agotamiento en sus reservas de municiones.
Misiles y escasez en Rusia
La Inteligencia Militar ucraniana ha evaluado que Rusia tiene solo unos cientos de misiles balísticos y de crucero restantes. En algunos casos, se ha gastado más del 85 % de las existencias previas a la invasión.
El agotamiento ha llevado al ejército ruso a utilizar municiones diseñadas para otros fines, como la defensa antiaérea S-300 o los misiles antibuque AS-4 Kitchen, reduciendo su eficacia en ataques terrestres.
Apoyo iraní y arsenal de drones
Irán ha proporcionado a Rusia más de 2.000 aviones no tripulados suicidas Shahed-136 y ha enviado especialistas para entrenar a las fuerzas rusas. Sin embargo, la mayoría de estos drones ya han sido utilizados.
Las sanciones occidentales dificultan la reposición de las reservas de misiles rusas, lo que ha llevado a Rusia a buscar ayuda de sus aliados.
Ucrania y la nueva estrategia rusa
Ahora, el ejército ruso se centra en atacar funciones militares clave en Ucrania, como nodos logísticos y centros de despliegue, en lugar de infraestructuras críticas. Sin embargo, su arsenal agotado limita significativamente sus capacidades.
La situación actual indica que el ejército ruso debe replantear su estrategia en Ucrania, ya que el agotamiento de sus misiles y la persistente resistencia ucraniana dificultan el logro de sus objetivos.