Aunque el A-6 Intruder no figura como un avión de combate sigiloso ni como un prodigio de velocidad tipo Mach 3, su legado en la historia aeronáutica es indiscutible.
Este guerrero del cielo se destacó no por sus apariciones en la gran pantalla, sino por su papel histórico, tal como lo resume el dicho: “Los cazas hacen películas, los pilotos de bombarderos hacen historia”.
Curiosamente, conocí este refrán a través de la película “Flight of the Intruder” (1991), con Willem Dafoe, Danny Glover y el fallecido Brad Johnson (que no se debe confundir con el quarterback que guio a los Tampa Bay Buccaneers a su primera Super Bowl en 2002).
Basada en la novela best-seller de Stephen Coonts, un antiguo piloto de esta aeronave, la cinta rinde homenaje al Grumman A-6 Intruder. Profundicemos en la trayectoria del valiente Intruder.
El A-6 Intruder: Innovador avión de ataque todo tiempo
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Realizando su primer vuelo el 19 de abril de 1960 y entrando en servicio en la USN/USMC en 1963, el A-6 marcó un hito como el primer avión de ataque todo tiempo.
Su cabina presentaba una configuración inusual con asientos lado a lado, donde el piloto y el bombardero/navegante compartían la misma línea visual, a diferencia de otras aeronaves como el F-14 Tomcat o el F-15E Strike Eagle, donde el navegante se sitúa detrás del piloto.
Harrison Kass destaca: “(L)a Oficina de Aeronáutica buscaba un avión de ataque apto para cualquier condición meteorológica y con capacidad de despegue y aterrizaje cortos, idóneo tanto para misiones de interceptación de la Armada como para el apoyo aéreo cercano del Cuerpo de Marines”. El A-6 estaba destinado a reemplazar al Douglas A-1 Skyraider, un avión de caza/ataque con motor de pistón de la Segunda Guerra Mundial, que, aunque obsoleto en los años 60, se mantuvo en servicio hasta 1973.
A pesar de su velocidad subsónica, máxima de Mach 0,83 (640 mph/1.029 kph), y de no portar armamento aire-aire, el A-6 no fue considerado un fracaso. Por el contrario, ofreció 34 años de servicio destacado, participando en conflictos desde Vietnam hasta el Líbano, Libia, Irak y Bosnia.
El A-6 Intruder: Un gigante en la guerra con un costo elevado
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Capaz de cargar hasta 18.000 libras (1.600 kilogramos) de bombas, el A-6 fue apodado por los norvietnamitas como un “B-52 en miniatura”. No obstante, el precio fue alto para los pilotos de la Marina y los Marines de EE. UU. que lo volaron en Vietnam.
Al operar a menudo a baja altura, casi rozando la cima de los árboles, los Intruders eran blancos fáciles para los artilleros antiaéreos y los lanzadores SAM del Ejército de Vietnam del Norte (NVA) y del Viet Cong (VC), así como para los cazas MiG.
Durante la guerra, se perdieron 84 Intruders por diversas causas: 10 derribados por SAM, dos por MiG, 16 por contratiempos no relacionados con el combate y 56 por fuego terrestre convencional y AAA.
El A-6 Intruder en conflictos globales: de Líbano a Bosnia
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El A-6 Intruder tomó un papel destacado tras Vietnam, comenzando con su participación en el Líbano en 1983, bajo el amparo de la Fuerza Multinacional.
Un incidente notable fue el derribo de un Intruder por fuerzas sirias, lo que resultó en la trágica muerte del piloto, Teniente Mark Adam Lange, y la captura del bombardero/navegante, Teniente (posteriormente Comandante retirado) Robert O. “Bobby” Goodman, quien permaneció prisionero durante 30 días. En 1986, los A-6 desempeñaron un papel crucial en la Operación Eldorado Canyon contra Libia, ejecutando misiones sin sufrir bajas.
Durante la Operación Tormenta del Desierto en 1991, el A-6 se erigió como una plataforma de ataque fundamental de la Armada, especializada en la entrega de municiones guiadas de precisión (PGM). Con más de 4.700 misiones de combate, los Intruders atacaron las defensas aéreas y objetivos estratégicos iraquíes.
Tres A-6 fueron derribados por la AAA y SAM iraquíes. Entre los aviadores estadounidenses capturados en la Guerra del Golfo, la historia del entonces Teniente Jeffrey Zahn, piloto de Intruder y utilizado como herramienta de propaganda por Irak, marcó profundamente mi memoria cuando tenía 15 años.
El A-6 Intruder culmina su historia bélica en Bosnia
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La última misión bélica del A-6 se llevó a cabo en Bosnia en 1994. El Cuerpo de Marines retiró el modelo A-6E un año antes y la Marina lo hizo el 28 de febrero de 1997. Sin embargo, el legado del Intruder continuó a través de su variante de guerra electrónica, el EA-6B Prowler, que sirvió hasta 2019 sin registrar bajas en combate.
De los 693 Intruders construidos, muchos se conservan en museos de aviación en Estados Unidos. Ejemplares notables se exhiben en el Steven F. Udvar-Hazy Center en Chantilly, Virginia, y en el Flying Leatherneck Aviation Museum, que actualmente se traslada de El Toro a Irvine, en el condado de Orange, California.