La designación “caza de quinta generación” fue introducida en gran medida como una táctica de marketing por Lockheed Martin para promocionar las capacidades de su F-35 Lightning II. Otra práctica habitual es que los países den bombo a sus aviones más antiguos añadiendo un signo más. El epíteto “generación 4++” es muy utilizado por Rusia para sugerir que sus cazas de la época posterior a la Guerra Fría son algo más.
Un ejemplo clave es el Sukhoi Su-35, una variante mejorada del Su-27 (nombre de informe de la OTAN “Flanker”). Rusia también promociona otro caza por sus capacidades avanzadas: el Mikoyan MiG-35 (nombre informativo de la OTAN “Fulcrum-F”), una variante mejorada del MiG-29K/KUB y del MiG-29M/M2. Este avión de combate para todo tipo de clima fue desarrollado por la oficina de diseño Mikoyan, una filial de la empresa estatal United Aircraft Corporation. Su propósito es destruir objetivos enemigos de día o de noche, y atacar objetivos terrestres y de superficie tanto si están fijos como en movimiento.
¿Marketing del MiG-35?
Sin el contexto adecuado, se podría suponer que el Su-35 y el MiG-35 comparten capacidades similares, y que cualquiera de ellos está a la altura del F-35 estadounidense.
Piénselo de nuevo.
La denominación “MiG-35” no es más que otra estratagema de marketing, y ese avión de peso medio sigue siendo en el fondo poco más que un caza polivalente de cuarta generación. Sus fabricantes han justificado la designación de “4ª++ generación” señalando sus capacidades, entre las que se incluyen su aviónica ampliamente mejorada y sus avanzados sistemas de armamento, así como el nuevo radar activo Phazatron Zhuk de matriz en fase.
El sistema puede rastrear hasta 30 objetivos y atacar seis de ellos simultáneamente, y el sistema delantero puede detectar amenazas entrantes desde al menos 50 km de distancia. El sistema de radar también es resistente a las contramedidas electrónicas y tiene un mayor alcance de detección que las anteriores plataformas de radar de fabricación rusa.
Además, el avión está equipado con dos motores turbofan Klimov RD-33MK de postcombustión, que pueden llevar al avión a una velocidad máxima de Mach-2,25, y tiene un alcance de combate de unos 620 kilómetros. Con nueve puntos duros, el MiG-35 puede llevar una selección de misiles, cohetes y bombas, incluyendo misiles antibuque Kh-31A con buscadores de radar activos, misiles antirradiación Kh-31P, misiles Kh-29TE y bombas guiadas por TV KAB-500Kr. El avión también está armado con un cañón de 30 mm, pero sólo lleva 150 cartuchos.
Mantener el escepticismo
Todo esto es impresionante sobre el papel, pero el MiG-35 sigue construyéndose en torno a un fuselaje de cuarta generación que se desarrolló a finales de la década de 1980. Además, Moscú ha seguido luchando por alcanzar la producción en serie del avión. Desde que se anunció por primera vez en 2007, el desarrollo del MiG-35 ha sido lento. Hasta 2013, la Fuerza Aérea Rusa no anunció que planeaba encargar solo 37 aviones.
Resulta apropiado que el MiG-29K, el avión en el que se basa el MiG-35, voló por primera vez en 1988. Ese fue el mismo año en que los raperos Public Enemy lanzaron “Don’t Believe the Hype”, una canción que podría ser el tema de este y tantos otros aviones rusos.