El desarrollo del Chengdu J-20 ha estado rodeado de acusaciones de espionaje y apropiación indebida de tecnología occidental.
El desarrollo del Chengdu J-20 y sus controversias tecnológicas
La promoción por parte de Pekín del caza furtivo de “quinta generación” Chengdu J-20 “Mighty Dragon”, fabricado en China, ha suscitado un escrutinio intenso. A pesar de los desafíos en el desarrollo de un motor adecuado, el J-20, integrando finalmente dos motores turbofan WS-15, marcó un hito para Chengdu Aircraft Corporation en junio de 2023. Este avance representó no solo un progreso técnico, sino también un emblema de orgullo nacional para China.
Origen del J-20, remontándose a la década de 1990, se enmarca en el programa J-XX de Pekín, enfocado en desarrollar un caza de superioridad aérea con capacidades de ataque de precisión. Este proyecto culminó en el J-20, un caza operativo de “quinta generación”, sucesor de los renombrados Lockheed Martin F-22 Raptor y Lockheed Martin F-35 Lightning II. Su vuelo inaugural en 2011 y la adopción oficial en 2017 por la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación (PLAAF) marcaron hitos relevantes en la historia aeronáutica de China.
El J-20 se distingue por su estética moderna y su configuración canard-delta, un fuselaje diseñado para minimizar la sección transversal de radar y dos colas gemelas prominentes. Este caza está dotado de dos amplias bahías de armas para misiles de largo alcance y aire-aire, además de bahías laterales para misiles de corto alcance. Estas características resaltan un avance significativo en la industria aeroespacial de China, aunque no exento de controversias.
Acusaciones de espionaje y similitudes con tecnologías occidentales
El desarrollo del Chengdu J-20 ha estado rodeado de acusaciones de espionaje y apropiación indebida de tecnología occidental. La rapidez con la que Pekín ha logrado avanzar en su programa militar ha generado sospechas, especialmente entre sus socios más cercanos como Rusia. La frustración rusa es palpable ante la aparente “inspiración” de China en tecnologías extranjeras para su material militar avanzado.
La influencia del Lockheed Martin F-22 Raptor en el diseño del J-20 es difícil de ignorar. Más allá de las similitudes superficiales, hay elementos específicos en el J-20 que evocan un fuerte paralelismo con el Lockheed Martin F-35 Lightning II, especialmente en su sistema de sensores y tecnología de puntería electro-óptica. Estas coincidencias, lejos de ser meras casualidades, apuntan a un posible espionaje tecnológico por parte de Pekín.
Se cree que hackers chinos, presuntamente bajo órdenes del gobierno de China, accedieron a información confidencial relacionada con el F-35, poco antes de que el J-20 fuera presentado al mundo. Estas acusaciones, respaldadas por múltiples indicios y pruebas, plantean interrogantes sobre la autenticidad de la innovación tecnológica del caza chino.
Evaluación crítica del J-20 en el contexto de la guerra moderna
El Chengdu J-20, a pesar de su diseño avanzado y capacidades promocionadas, enfrenta escrutinio en términos de su efectividad y originalidad en el contexto de la guerra moderna. La cuestión de la fiabilidad y rendimiento de sus motores, junto con las acusaciones de espionaje, ponen en duda la verdadera capacidad del J-20 como un competidor viable en el escenario de la aviación militar global.
La integración de tecnologías posiblemente apropiadas ilustra un desafío más amplio para China en su búsqueda por establecerse como una potencia militar líder. Si bien el J-20 es un logro técnico notable para China, su legitimidad como un desarrollo innovador independiente permanece bajo cuestionamiento.
El Chengdu J-20 Mighty Dragon representa un punto de inflexión para la industria aeroespacial china, pero sus raíces tecnológicas y capacidades reales continúan siendo temas de debate. La evaluación de su impacto en el equilibrio militar global y su comparación con cazas occidentales como el F-22 y el F-35 requiere un análisis detallado y crítico, exento de nacionalismo y propaganda.
Revelaciones sobre la dependencia tecnológica del J-20 de China
La posibilidad de que Pekín haya accedido a secretos aeroespaciales rusos subraya una tendencia preocupante en el desarrollo aeronáutico de China. Esta situación reafirma la percepción de que China posee una mayor habilidad para construir aviones que para diseñarlos y desarrollarlos de manera independiente. Funcionarios estadounidenses, como el general Kenneth S. Wilsbach, han expresado dudas sobre las afirmaciones de Pekín respecto a las capacidades del J-20, sugiriendo una falta de originalidad y dominio en su diseño frente a los cazas furtivos F-22 Raptors y F-35 Lightnings de Estados Unidos.
A pesar de la confianza de Pekín en el J-20, su primer caza furtivo de quinta generación, y los esfuerzos por acelerar su producción, las comparaciones con los avances de Estados Unidos en términos de tecnología aérea son inevitables. Según un informe del South China Morning Post, China ha incrementado significativamente la producción del J-20 para contrarrestar el despliegue de los F-22 y F-35 Lightning II en la región.
Un informe del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), con sede en Londres, reveló que el inventario del J-20A podría superar al del F-22 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. John Chipman, director general del IISS, destacó el notable aumento en el número de cazas J-20A y el despliegue de aviones militares avanzados con motores a reacción de producción nacional en China.
Comparación del J-20 con el F-22 y perspectivas futuras
La base de datos Military Balance mostró que el Ejército Popular de Liberación (EPL) posee 150 cazas J-20A en servicio. La expectativa es que, para 2023, el número de J-20A eclipsará al inventario del F-22 estadounidense. Sin embargo, es crucial considerar que la producción del F-22 Raptor se limitó debido a su alto costo, resultando en un total de 195 unidades fabricadas, una cifra inferior a las 750 inicialmente previstas por las Fuerzas Aéreas estadounidenses.
La comparación entre el número de J-20 de China y F-22 de Estados Unidos debe contemplar el retiro progresivo de los Raptors más antiguos y la incorporación de nuevos F-35. Estados Unidos mantendrá una superioridad numérica en cazas de quinta generación por un tiempo considerable. Además, persisten dudas sobre la rapidez con que la flota actual del J-20 recibirá los nuevos motores WS-15, dado que muchos aún operan con el motor WS-10 Taihang, un sustituto provisional de los motores rusos.
La integración del motor WS-15 podría, en teoría, elevar al J-20 a un estatus de avión de guerra verdaderamente capaz, correspondiente a su apodo de “Dragón Poderoso”. Sin embargo, hasta que esto ocurra, el J-20 puede considerarse, en el mejor de los casos, como un proyecto en desarrollo, aún no completamente maduro para desafiar el dominio aéreo establecido por los cazas occidentales.