Puede que el F-22 Raptor esté considerado como la plataforma de superioridad aérea más preeminente que el mundo haya visto jamás, pero el Raptor de alto perfil estuvo a punto de convertirse en una nueva plataforma de bombardero.
¿Bombardero F-22 Raptor?
En los difíciles tiempos del apogeo de la Guerra Fría en la década de 1980, no faltaba la necesidad de sigilo y ataque aéreo integrado dada la amenaza que suponía la Unión Soviética. No sólo era necesario eludir las avanzadas defensas aéreas diseñadas por los soviéticos, sino también lograr rápidamente un efecto catastrófico para paralizar al enemigo.
En aquella época, el B-52 había agotado su ciclo de vida a lo largo de varias décadas y aún no había sido modernizado en la medida en que lo es hoy. El B-2 Spirit se había quedado corto.
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Déficit de bombarderos
Tal vez esto signifique que el Pentágono pretendía hacer frente al déficit de bombarderos creado por la decisión de truncar la producción de B-2 y reducir masivamente el tamaño previsto de la flota. La Guerra Fría se acercaba y en aquel momento pudo parecer que había menos necesidad de un bombardero furtivo de alta gama como el B-2.
El recrudecimiento de las tensiones entre Estados Unidos y Rusia en la década de 1990, tras el colapso de la Unión Soviética, puede haber resucitado la creencia en la necesidad de una flota de ataque con bombas furtivas más grande, circunstancia que puede haber inspirado la idea de adaptar el F-22 de la época de los 90 como nuevo bombardero.
Las tensiones con Rusia y China promovieron el proyecto
Al mismo tiempo, sin embargo, existía la imperiosa necesidad de esforzarse por mantenerse por delante del Su-27 ruso y del J-10 chino. Las consideraciones sobre una plataforma de bombarderos para el F-22 apuntan a un déficit de flota de bombarderos que el Ejército del Aire intenta corregir en la actualidad.

El servicio lleva muchos años trabajando en una estrategia de flota de bombarderos vectoriales, ya que los bombarderos B1-B se acercan a su jubilación, el muy eficaz y venerado B-52 es, por supuesto, poco sigiloso y la flota de B-2 había quedado masivamente truncada al final de la Guerra Fría.
Los altos mandos del Ejército del Aire afirman que sigue existiendo la necesidad de solucionar el déficit de bombarderos en todo el servicio, una de las razones por las que se discute tanto la posibilidad de acelerar el desarrollo del B-21 Raider y de ampliar el tamaño de la flota de B-21 prevista.
Modernizar la flota de bombarderos
Esto también explica por qué el servicio continúa realizando esfuerzos tan intensos para mantener y modernizar su flota de bombarderos B-52, B1-B y B-2 mediante actualizaciones y movimientos destinados a garantizar que la fuerza de bombarderos del Ejército del Aire siga representando una amenaza significativa para los adversarios hasta que llegue un número suficiente de B-21.
En aquel momento, también existía claramente la necesidad de un nuevo caza de supremacía aérea, dada la ecuación de la amenaza. Sin embargo, de forma similar a la repentina e inesperada reducción del tamaño de la flota de bombarderos B-2, el servicio también redujo la producción del F-22 por debajo de su objetivo original.
Conclusión
El final de la Guerra Fría redujo la necesidad de una gran plataforma de ataque para las grandes potencias, y las decisiones se tomaron en la década de 1990, un periodo al que a menudo se hace referencia como vacaciones en materia de adquisiciones.
Con la reaparición de las amenazas de las grandes potencias, es probable que algunos desarrolladores de armamento miren hacia atrás con decepción ante la decisión de reducir la flota de bombarderos y cazas, dado que el entorno de amenazas cambió rápidamente hacia la competición entre grandes potencias.