Pakistán usó cazas J-10C chinos para derribar aviones indios, impulsando acciones de defensa y un espectáculo nacionalista en redes sociales.
J-10C chino destaca en combate real contra aviones indios
El Chengdu J-10C, un caza monomotor de generación 4.5 desarrollado por la Chengdu Aircraft Corporation, marcó un hito en su debut de combate durante un enfrentamiento aéreo entre Pakistán e India el 7 de mayo de 2025. Según afirmaciones de Islamabad, sus J-10C derribaron cinco aviones de la Fuerza Aérea India, incluidos tres cazas Dassault Rafale, un MiG-29 y un Su-30 MKI, en un enfrentamiento que involucró a más de 125 aeronaves a distancias superiores a 160 kilómetros. Estas afirmaciones, aunque no confirmadas oficialmente por Nueva Delhi, fueron respaldadas por fuentes de defensa occidentales, incluido un oficial de inteligencia francés que confirmó la pérdida de al menos un Rafale. El éxito del J-10C no solo validó su capacidad en combate real, sino que también desató un aumento del 40% en las acciones de AVIC Chengdu Aircraft en la bolsa de Shenzhen, reflejando la confianza de los inversores en la tecnología militar china.
El enfrentamiento, descrito como el más intenso entre dos naciones con armas nucleares, tuvo lugar tras la Operación Sindoor, una serie de ataques aéreos indios contra objetivos en Punjab y el Kashmir administrado por Pakistán en respuesta a un ataque terrorista el 22 de abril que mató a 26 civiles. Pakistán, utilizando sus J-10C equipados con misiles aire-aire PL-15E, afirmó haber neutralizado las incursiones indias sin cruzar la frontera. La batalla destacó la capacidad del J-10C para enfrentarse a plataformas occidentales avanzadas, como el Rafale, que cuenta con un radar Thales RBE2 AESA y un sistema de guerra electrónica SPECTRA. La velocidad máxima del J-10C, que alcanza Mach 2.2, superó al Rafale (Mach 1.8), aunque este último tiene un mayor alcance operativo de 3,700 kilómetros frente a los 2,940 del caza chino.
El J-10C, introducido en el arsenal paquistaní en 2022, está equipado con un radar AESA Type 1475, un sistema de búsqueda y seguimiento infrarrojo (IRST), y medidas de soporte electrónico, lo que le otorga una ventaja en la conciencia situacional. Su misil PL-15E, con un alcance estimado de 200 kilómetros en su versión de exportación, demostró su eficacia al derribar objetivos a larga distancia, según restos recuperados en Punjab, India. Este debut en combate marcó la primera vez que el J-10C y el PL-15E se utilizaron en un escenario real, proporcionando a China datos valiosos sobre su rendimiento contra sistemas occidentales. Analistas como Douglas Barrie, del International Institute for Strategic Studies, señalaron que las comunidades de guerra aérea en China, Estados Unidos y Europa analizarán minuciosamente las tácticas y el equipo utilizado.
La victoria de Pakistán también resaltó la dependencia de su arsenal de la tecnología china. Según el Stockholm International Peace Research Institute, China suministró el 81% de las armas importadas por Pakistán entre 2020 y 2024, incluyendo cazas, misiles, radares y sistemas de defensa aérea como el HQ-9P. Esta relación estratégica convirtió la guerra en un campo de pruebas para los sistemas chinos, demostrando su competitividad frente a plataformas occidentales y rusas. La co-desarrollo del caza JF-17 Thunder y el acceso de Pakistán a datos militares del sistema de navegación BeiDou refuerzan esta alianza.

Datos clave del J-10C y su impacto en la guerra
- Capacidad operativa: El J-10C tiene un radar AESA, misiles PL-15E y sistemas de guerra electrónica, competitivo con el F-16 y el Rafale.
- Costo: Con un precio de 40-50 millones de dólares por unidad, es más asequible que el Rafale (100 millones de dólares).
- Exportaciones: Pakistán opera 20 J-10C y ha encargado 36 más; Egipto, Argelia y Arabia Saudita negocian su adquisición.
- Acciones de defensa: Las acciones de AVIC Chengdu Aircraft subieron un 17% el 7 de mayo y un 20% adicional el 8 de mayo.
- Alcance del PL-15E: El misil de largo alcance permitió combates más allá del alcance visual, un cambio en la guerra aérea moderna.
Redes sociales y nacionalismo impulsan la fama del J-10C
El éxito del J-10C desencadenó una ola de fervor nacionalista en las redes sociales chinas. Un video viral de un minuto, que parodiaba una canción india con letras como “Nuestros nuevos aviones fueron derribados, ninguno regresó, nueve mil millones desperdiciados”, se difundió ampliamente, incluso en el extranjero. Este contenido, junto con publicaciones en plataformas como Weibo, celebró la superioridad tecnológica china, mientras que en Pakistán videos similares alimentaron el orgullo nacional. En India, las redes sociales reflejaron frustración, con usuarios criticando la pérdida de aviones avanzados. Analistas como Sajjan Gohel, de la Asia-Pacific Foundation, destacaron que la guerra se convirtió en un espectáculo mediático, donde la propaganda y la desinformación amplificaron las narrativas de ambos lados, similares a las observadas en la guerra de Ucrania.
En China, el furor en línea contrastó con la cautela oficial. El Ministerio de Asuntos Exteriores chino afirmó “no estar familiarizado” con el uso de los J-10C, una postura que analistas atribuyen a consideraciones diplomáticas y a la intención de evitar una escalada en las tensiones con India. Sin embargo, comentaristas nacionalistas, como Hu Xijin, exeditor del Global Times, afirmaron que el incidente demuestra que la industria militar china ha “superado a Rusia y Francia”. Estas declaraciones resonaron en plataformas como X, donde usuarios chinos y paquistaníes elogiaron el J-10C como un símbolo de la ascensión militar de China.
El impacto de la guerra trascendió el ámbito militar, afectando las percepciones globales sobre la tecnología china. Países como Taiwán, que opera cazas Mirage 2000-5 obsoletos, expresaron preocupación por el rendimiento del J-10C, temiendo su superioridad en un posible conflicto en el Estrecho de Taiwán. Analistas taiwaneses, como Shu Hsiao-Huang, sugirieron que las capacidades aéreas de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación podrían estar acercándose o superando a las de Estados Unidos en la región. Este temor se vio amplificado por publicaciones en Weibo, donde blogueros militares chinos afirmaron que el éxito del J-10C debería servir como advertencia a Taiwán.
La batalla también tuvo implicaciones para el mercado mundial de armas. El J-10C, con un costo significativamente menor que el Rafale o el F-35, atrajo el interés de naciones como Egipto, Argelia y Arabia Saudita, que buscan alternativas asequibles a los sistemas occidentales. La demostración de su capacidad en combate, junto con su integración en tácticas de guerra centrada en redes, posiciona a China como un competidor formidable frente a exportadores tradicionales como Estados Unidos, Rusia y Francia. El Dubai Air Show 2024, donde el equipo acrobático chino August 1st exhibió el J-10C, ya había generado interés internacional, y el reciente éxito en combate probablemente acelere estas negociaciones.
Implicaciones estratégicas del éxito del J-10C en la región

la guerra entre India y Pakistán sirvió como un campo de pruebas para la tecnología militar china, destacando su capacidad para competir con sistemas occidentales en un escenario de alta intensidad. La integración de los J-10C con sistemas de defensa aérea como el HQ-9 y radares avanzados permitió a Pakistán ejecutar tácticas de combate descentralizadas, donde los cazas actuaron como nodos en una red de guerra centrada en la información. Este enfoque, descrito por analistas como Bronk en Asia Times, otorga al J-10C una ventaja competitiva al reducir su firma de radar y mejorar su capacidad para enfrentarse a oponentes modernos.
Para India, la pérdida de aviones avanzados, si se confirma, representa un revés significativo. Su arsenal, compuesto por cazas franceses y rusos, fue superado por un sistema chino más económico, lo que plantea preguntas sobre la eficacia de sus adquisiciones militares. La falta de confirmación oficial de Nueva Delhi sobre las pérdidas alimentó especulaciones, pero imágenes de restos de un PL-15E compartidas en redes sociales indias sugirieron que al menos un derribo fue atribuible a este misil. La prensa india también reportó la destrucción de sistemas de defensa aérea paquistaníes HQ-9P y HQ-16, también de origen chino, durante los ataques cerca de Lahore, lo que indica que la guerra no fue una victoria unilateral.
El éxito del J-10C también tuvo un impacto en la percepción de la industria militar china a nivel global. Durante décadas, los sistemas chinos fueron considerados inferiores a sus contrapartes occidentales, pero el desempeño del J-10C desafió estas nociones. Países que ven a China como una amenaza, como Taiwán y los aliados de Estados Unidos en el Indo-Pacífico, ahora enfrentan la realidad de un competidor militar en ascenso. La capacidad de China para exportar sistemas avanzados a bajo costo, combinada con su demostrada eficacia en combate, podría alterar el equilibrio en el mercado de armas, especialmente en regiones como Oriente Medio y África.
En conclusión, el debut del J-10C en la guerra entre India y Pakistán no solo validó su diseño y capacidades, sino que también consolidó la posición de China como una potencia en la industria aeroespacial militar. El aumento en las acciones de AVIC Chengdu Aircraft, el fervor nacionalista en las redes sociales y el interés de compradores internacionales reflejan el impacto de este evento. A medida que los datos de este enfrentamiento se analicen, el J-10C probablemente seguirá siendo un punto de referencia en las discusiones sobre la evolución de la guerra aérea moderna.