El programa NGAD busca revolucionar el combate aéreo con un caza de sexta generación, pero su elevado costo genera dudas sobre su viabilidad y necesidad.
El NGAD promete avances, pero su precio preocupa
El programa Next-Generation Air Dominance (NGAD) de la Fuerza Aérea de EE. UU. apunta a ser la cúspide de la tecnología de cazas furtivos de sexta generación. Sin embargo, su precio estimado de 300 millones de dólares por unidad genera preocupaciones sobre su viabilidad económica.
El Pentágono considera opciones como la modernización de los actuales F-35 y F-22, así como el desarrollo de plataformas no tripuladas. En este contexto, el NGAD debe justificar su costo frente a alternativas más asequibles.
A pesar de las dudas, Lockheed Martin, Northrop Grumman y Boeing han presentado conceptos con un diseño radical que promete mejoras en sigilo y rendimiento. No obstante, para que esta visión se haga realidad, se requiere una reducción significativa en el costo.
El caza NGAD integrará inteligencia artificial (IA), sensores de largo alcance y control avanzado de drones. Sin embargo, su precio casi triplica el del F-35A, que en 2024 cuesta aproximadamente 82,5 millones de dólares, lo que ha generado cuestionamientos dentro del Pentágono y la comunidad de defensa.
El precio del NGAD supera al del F-35 y genera dudas

El costo del NGAD recuerda al del F-35, que durante su desarrollo sufrió sobrecostos significativos. Este antecedente refuerza las dudas sobre si el NGAD logrará evitar problemas financieros similares.
Para reducir costos, el Pentágono evalúa la producción en masa y en bloques, estrategia que ayudó a disminuir el precio del F-35 con el tiempo. Sin embargo, esta táctica requiere un compromiso de compra a largo plazo, algo incierto debido a las dudas sobre la necesidad de un caza de sexta generación.
Factores clave que influyen en el costo del NGAD
- El F-35A cuesta 82,5 millones de dólares, menos de un tercio del precio proyectado del NGAD.
- El Pentágono considera aviones no tripulados como alternativa más económica.
- El F-35 y F-22 pueden seguir mejorando con actualizaciones tecnológicas.
- La producción en bloques podría reducir el precio del NGAD a menos de 200 millones de dólares por unidad.
El F-35 Block 4 incorporará mejoras en guerra electrónica y armamento, mientras que el F-22 sigue siendo el referente en combate aire-aire. Estas actualizaciones plantean la duda de si es necesario desarrollar un caza completamente nuevo.
El diseño del NGAD redefine la furtividad aérea

Las imágenes conceptuales del NGAD muestran un diseño innovador, sin aletas ni colas verticales, lo que mejora el sigilo al reducir la firma de radar. Este diseño es similar al del B-2 Spirit y el B-21 Raider, pero adaptado para combate aéreo.
El fuselaje sin colas permite la integración de motores avanzados y tecnología de empuje dirigido, lo que mejora la maniobrabilidad sin comprometer la furtividad. Aunque las especificaciones técnicas son clasificadas, el NGAD parece diseñado para escenarios donde el sigilo y la precisión son prioritarios.
El uso de materiales absorbentes de radar y revestimientos avanzados refuerza su capacidad furtiva. Además, su diseño aerodinámico optimizado sugiere mejoras en alcance y eficiencia.
Reducir costos, clave para la viabilidad del NGAD
Para que el NGAD sea viable, su precio debe disminuir. La producción en bloques redujo el costo del F-35 de más de 100 millones a 82,5 millones de dólares. Aplicar esta estrategia al NGAD podría reducir su precio a menos de 200 millones por unidad.

Otra forma de abaratar costos es el uso de drones “loyal wingman”, que asumirían misiones de alto riesgo. Estos vehículos no tripulados permitirían que el NGAD opere a distancia segura, reduciendo la necesidad de cazas tripulados adicionales.
El debate sobre el NGAD refleja un dilema en la estrategia militar de EE. UU.: priorizar la innovación o mantener un enfoque pragmático. Mientras el F-35 y el F-22 siguen siendo relevantes, el NGAD podría garantizar la superioridad aérea ante rivales como China y Rusia.
Un caza NGAD de 300 millones de dólares sería una maravilla tecnológica, pero su precio lo pone en una posición difícil. Para que esta visión se concrete, el costo debe reducirse mediante estrategias como la producción en bloques y la integración de drones. Solo así el NGAD podrá ser más que un concepto innovador y convertirse en una inversión necesaria para el futuro del combate aéreo.