El USX-1 Defiant, un buque no tripulado desarrollado por DARPA, representa un cambio en la estrategia naval de EE. UU. y podría ser clave en un conflicto con China.
El USX-1 Defiant y su papel en la estrategia naval
El almirante Samuel Paparo, líder del Comando Indo-Pacífico de EE. UU. (INDOPACOM), visualiza un futuro con enjambres de buques no tripulados que contrarresten una posible invasión o bloqueo de Taiwán por parte de China. Con este propósito, el Pentágono está desarrollando el USX-1 Defiant, un sistema autónomo diseñado para cambiar la guerra naval.
La Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) ha dado un paso innovador en el desarrollo de drones oceánicos. A través del programa No Manning Required Ship (NOMARS), se ha construido el USX-1 Defiant, un buque de 180 pies de eslora y 240 toneladas métricas, completamente autónomo. Este avance desafía las estrategias tradicionales de la Marina de EE. UU. al eliminar la necesidad de tripulación a bordo.
El Defiant ha alcanzado hitos importantes en su desarrollo y se prepara para nuevas pruebas. La empresa Serco, Inc. lideró su construcción, que tomó cinco años en completarse en el estado de Washington. El costo del prototipo, sin incluir sistemas de misión, fue de 25 millones de dólares, lo que representa una fracción del costo de los buques tripulados.
Capacidades avanzadas y diseño del USX-1 Defiant
Clasificado como un USV mediano, el Defiant actúa como un puente entre los pequeños buques autónomos y los Grandes Buques de Superficie No Tripulados (LUSV). Su capacidad para operar hasta un año sin intervención humana lo convierte en una plataforma eficiente y resistente.
Entre sus características destacan su generación de energía distribuida, el uso de propulsores en cápsulas y baterías de alta capacidad, optimizando la eficiencia hidrodinámica. Además, el diseño sin tripulación permite reducir el peso, aumentar el espacio interno y mejorar la carga útil del buque.
Características clave del USX-1 Defiant
- Autonomía extendida: Puede operar hasta un año sin intervención humana.
- Eficiencia energética: Cuenta con propulsores en cápsulas y baterías de alta capacidad.
- Capacidad de ataque: Se prevé que versiones futuras incluyan 16 celdas de misiles Mk 41.
- Sensores avanzados: Su casco incorpora una amplia red de radares y antenas.
Este USV no solo es un vehículo autónomo de vigilancia, sino también una potencial plataforma de ataque de bajo costo. En futuras versiones, podría incluir celdas de misiles Mk 41, incrementando su letalidad en combate.
Riesgos y desafíos para la operatividad del Defiant
A pesar de sus avances, el USX-1 Defiant enfrenta desafíos técnicos y operativos. Uno de los principales inconvenientes es la necesidad de asistencia humana en caso de fallas mecánicas. Si el sistema de propulsión o control sufre daños, las reparaciones requerirían el traslado de ingenieros hasta la nave, complicando su mantenimiento.
Otra preocupación es la guerra electrónica (EW). China ha desarrollado sofisticadas capacidades de interferencia que podrían afectar los sistemas de comunicación y navegación del Defiant. La resistencia del buque ante estos ataques será un factor clave para su éxito en el campo de batalla.
Este año, el Defiant participará en una prueba de resistencia y autonomía. Si demuestra su eficacia, podría llevar a la Marina de EE. UU. a reconsiderar la necesidad de plataformas tripuladas más costosas.
El programa Flota Fantasma y el futuro de la guerra marítima
El Defiant forma parte del programa Ghost Fleet Overlord, creado por la Oficina Ejecutiva para Combatientes No Tripulados y Pequeños (PEO USC) en 2020. Su objetivo es integrar buques autónomos en la flota de EE. UU., mejorando el poder de combate y reduciendo riesgos y costos.
En su primera fase, el programa reveló dos buques experimentales, el Ranger y el Nomad, construidos por Gulf Craft por 27 millones de dólares cada uno. En 2022, se incorporaron el Mariner y el Vanguard, fabricados por Austal USA con mejoras en sistemas de combate.
Actualmente, la Fase II del programa busca perfeccionar la autonomía y coordinar estos USV con unidades tripuladas. Su presupuesto anual es de 400 millones de dólares, según datos del año fiscal 2023.
La Marina de EE. UU. planea contar con una flota híbrida para la década de 2030, compuesta por 150 buques autónomos junto a 350 barcos tripulados. Hasta ahora, los drones han sido clave en operaciones aéreas y de vigilancia, pero su incorporación al dominio marítimo marca un punto de inflexión en la guerra naval.
El USX-1 Defiant no es solo un prototipo, sino una prueba de que EE. UU. busca mantener su superioridad naval. La viabilidad de los USV determinará si la Marina de EE. UU. puede contrarrestar el crecimiento militar de China, cuyo ritmo de producción naval es 232 veces mayor que el de EE. UU.
Si proyectos como el Defiant no cumplen con las expectativas, la supremacía marítima estadounidense podría verse seriamente amenazada.