El Chengdu J-10C, conocido como Vigorous Dragon, genera controversia en círculos especializados debido a las acusaciones de que su diseño deriva del Lockheed Martin F-16 Fighting Falcon, un caza estadounidense de cuarta generación.
Origen del J-10C: ¿Copia del F-16 o evolución propia?
China rechaza estas afirmaciones y sostiene que el J-10 es un desarrollo autóctono, aunque expertos señalan posibles influencias extranjeras, incluido el cancelado programa IAI Lavi de Israel. La discusión se centra en las similitudes aerodinámicas, tecnológicas y en el contexto histórico del desarrollo del J-10.
El J-10C, introducido en 2018 por la Chengdu Aircraft Corporation (CAC), es un caza polivalente de generación 4.5 con un diseño de ala delta y canards, optimizado para combate aire-aire y misiones de ataque terrestre. En comparación, el F-16, operativo desde 1978, es un caza monomotor con ala delta recortada y una configuración más convencional. Aunque ambos comparten roles similares, las diferencias en diseño y tecnología sugieren que la relación entre ambos no es tan directa como algunos afirman.
Las acusaciones de copia surgieron en la década de 2000, cuando analistas occidentales notaron similitudes visuales y funcionales entre el J-10 y el F-16. En 2006, ingenieros rusos de SibNIA afirmaron que el J-10 era “más o menos una versión” del IAI Lavi, un proyecto israelí basado en el F-16, pero con influencias propias. Según Janes, fuentes rusas indicaron que China tuvo acceso a información técnica del Lavi, lo que habría facilitado el desarrollo del J-10. Sin embargo, en 1988, el ministro de defensa israelí negó cualquier colaboración con China en este sentido.
China, por su parte, insiste en que el J-10 deriva del J-9, un proyecto propio de los años 60 cancelado por limitaciones tecnológicas. El J-9 ya incorporaba canards y un diseño delta, elementos presentes en el J-10. Esto apoya la narrativa china de un desarrollo independiente, aunque la falta de transparencia en los archivos del programa dificulta verificar esta afirmación.
Comparación técnica: J-10C frente al F-16
El J-10C destaca por su radar AESA (Active Electronically Scanned Array), que permite detectar y seguir múltiples objetivos con mayor precisión que los radares mecánicos de los primeros F-16. También está equipado con misiles PL-15, con un alcance estimado de 200-300 km, superando al AIM-120D AMRAAM (160 km) usado por los F-16 más modernos. Su motor WS-10B, de fabricación china, genera 89.17 kN de empuje seco y hasta 144 kN con postcombustión, comparable al F100-PW-229 del F-16, que produce 129 kN con postcombustión.

El F-16V, la variante más avanzada, incorpora un radar AESA APG-83 y sistemas de guerra electrónica mejorados, lo que lo equipara tecnológicamente al J-10C en muchos aspectos. Sin embargo, el J-10C tiene una configuración aerodinámica distinta, con canards que mejoran la maniobrabilidad a bajas velocidades, aunque generan una mayor sección radar (RCS estimada de 1-3 m² frente a 1-5 m² del F-16). Esto reduce su sigilo frente a radares enemigos, un aspecto donde el F-16, con sistemas de contramedidas avanzados, puede tener ventaja.
En términos de armamento, el J-10C cuenta con 11 puntos de anclaje externos, capaces de llevar 5,600 kg de carga, incluyendo misiles antibuque y bombas guiadas por láser. El F-16, con 9 puntos de anclaje, soporta hasta 7,700 kg, lo que le da una ligera ventaja en capacidad de carga. Ambos cazas tienen un peso vacío similar (alrededor de 9,000 kg) y un techo operacional de 18,000 m, pero el J-10C alcanza Mach 2.2, ligeramente superior al Mach 2.0 del F-16V.
Claves técnicas del J-10C y su impacto global
- Radar AESA: Detecta hasta 10 objetivos simultáneamente, con un rango de 100-150 km.
- Misiles PL-15: Alcance superior al Meteor europeo y al AIM-120D estadounidense.
- Exportaciones: Pakistán adquirió 25 J-10CE en 2021 por $1,525 millones, incluyendo 240 misiles PL-15E.
- Producción: China opera entre 200-300 J-10C; se estima que produce 50 unidades al año.
- Coste: $40-50 millones por unidad, frente a $60-70 millones del F-16V.
El papel del IAI Lavi en la controversia
El IAI Lavi, desarrollado por Israel en los años 80 con asistencia estadounidense, es un punto clave en la controversia. Este caza, cancelado en 1987 por razones económicas y políticas, compartía similitudes con el F-16, como su diseño monomotor y ala delta. Sin embargo, incorporaba canards de corto alcance, similares a los del J-10. Algunos analistas sugieren que China pudo haber accedido a datos del Lavi a través de canales no oficiales, aunque no hay pruebas concluyentes.
En 2008, Janes reportó que ingenieros chinos habrían confirmado a colegas rusos el uso de tecnología israelí en el J-10. Sin embargo, el diseño del Lavi era más avanzado que el F-16 en aspectos como la aviónica y el control de vuelo fly-by-wire, lo que podría explicar las diferencias entre el J-10 y el F-16. Por ejemplo, el J-10 utiliza un sistema fly-by-wire cuádruple redundante, mientras que los primeros F-16 dependían de sistemas analógicos menos sofisticados.

La negación de Israel y la falta de documentos desclasificados mantienen la especulación viva. Analistas como Andreas Rupprecht sostienen que, aunque el J-10 pudo beneficiarse de tecnología extranjera, su diseño refleja una integración única de conceptos chinos, rusos e israelíes, adaptados a las necesidades de la PLAAF (Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación).
Contexto histórico y evolución del J-10
El desarrollo del J-10 comenzó en 1981, cuando el comandante de la PLAAF, Zhang Tingfa, propuso un caza de tercera generación para competir con los diseños occidentales. Aprobado por Deng Xiaoping, el proyecto recibió un presupuesto inicial de CN¥ 500 millones. A diferencia del F-16, diseñado en los años 70 para la USAF, el J-10 enfrentó limitaciones tecnológicas en sus primeras fases, dependiendo de motores rusos AL-31FN hasta la introducción del WS-10B en 2021.
El J-10A, primera variante operativa en 2004, tenía un radar de pulso Doppler y capacidades limitadas. El J-10B, introducido en 2016, incorporó un radar AESA y mejoras en la aviónica. El J-10C, la versión más avanzada, añadió sistemas de guerra electrónica, comunicaciones por satélite y un diseño de entrada de aire supersónica sin divisores, reduciendo su firma radar. Estas evoluciones reflejan un esfuerzo chino por cerrar la brecha tecnológica con Occidente, aunque el J-10C sigue sin alcanzar el nivel de los cazas de quinta generación como el F-35.
En ejercicios militares, el J-10C demostró superioridad frente al Su-35 y el J-16 chinos entre 2019 y 2021, gracias a su radar AESA y misiles de largo alcance. En 2025, Pakistán afirmó haber utilizado J-10CE para derribar cinco cazas indios, incluidos tres Dassault Rafale, en un conflicto en Cachemira. Aunque India no confirmó las pérdidas, un oficial estadounidense citado por Reuters verificó que al menos dos aviones indios fueron abatidos por J-10CE, destacando el uso del misil PL-15.
Impacto en el mercado global de cazas

La controversia sobre el origen del J-10C no ha impedido su éxito en el mercado internacional. Pakistán, el principal cliente de exportación, integró 20 J-10CE en 2022, complementando su flota de F-16 y JF-17 Thunder. Egipto ordenó un número no especificado de J-10C en 2024 para reemplazar sus F-16, motivado por restricciones estadounidenses en repuestos y armamento. Países como Argelia y Arabia Saudita también han mostrado interés, según Military Watch Magazine.
El J-10C se promociona como una alternativa económica al F-16, con un modelo de venta que incluye sistemas de mando y control integrados, misiles y soporte técnico. A diferencia de los contratos estadounidenses, que suelen imponer restricciones políticas, China ofrece flexibilidad y autonomía operativa, lo que atrae a naciones de ingresos medios. La Chengdu Aircraft Corporation experimentó un aumento del 40% en su valor bursátil en mayo de 2025, tras los reportes de éxito del J-10C en combate.
En conclusión, aunque las similitudes entre el J-10C y el F-16 alimentan las acusaciones de copia, la evidencia apunta más hacia una influencia del IAI Lavi y desarrollos chinos previos como el J-9. Las capacidades avanzadas del J-10C, demostradas en ejercicios y combates recientes, lo posicionan como un competidor viable en el mercado global, desafiando la hegemonía de los cazas occidentales.