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Portada » Zona de guerra » El F-22 Raptor vuela a velocidad supersónica sin postquemador

El F-22 Raptor vuela a velocidad supersónica sin postquemador

por Noticias de Israel
7 de mayo de 2025
en Zona de guerra
F-22 Raptor

F-22 Raptor

El Lockheed Martin F-22 Raptor, operativo desde 2005, destaca como el primer caza de quinta generación en incorporar la capacidad de supercrucero, permitiendo sostener velocidades supersónicas de hasta Mach 1.82 sin recurrir a postquemadores.

Capacidad de supercrucero del F-22 redefine la superioridad aérea

Esta característica, impulsada por sus motores Pratt & Whitney F119-PW-100, proporciona ventajas tácticas significativas, como menor consumo de combustible y una firma térmica reducida, esenciales para misiones de largo alcance y operaciones furtivas. Desarrollada en la década de 1990, esta tecnología sigue siendo un estándar inigualado entre cazas modernos.

Los motores F119-PW-100, cada uno con un empuje de 35,000 libras, integran toberas con vectorización de empuje, otorgando al F-22 una maniobrabilidad excepcional. A diferencia de los postquemadores, que inyectan combustible directamente en los gases de escape para aumentar el empuje, el supercrucero aprovecha la eficiencia del diseño aerodinámico y la potencia bruta de los motores. Esto permite al Raptor mantener velocidades superiores a 1,220 km/h durante períodos prolongados, sin sacrificar autonomía ni incrementar su detectabilidad por radares infrarrojos enemigos.

La capacidad de supercrucero del F-22 se originó en los requisitos del programa Advanced Tactical Fighter (ATF) de la Fuerza Aérea de EE. UU. en los años 80, que buscaba un caza con superioridad aérea absoluta. Lockheed Martin, en colaboración con Boeing, diseñó el Raptor para superar las limitaciones de los cazas de cuarta generación, como el F-15 Eagle, que dependen de postquemadores para alcanzar velocidades supersónicas, agotando rápidamente sus reservas de combustible. El F-22, por contraste, puede patrullar áreas extensas o alcanzar objetivos distantes con mayor eficiencia.

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En pruebas realizadas durante su desarrollo, el F-22 demostró poder mantener Mach 1.5 durante más de 20 minutos sin postquemadores, un hito que consolidó su ventaja operativa. Esta capacidad no solo reduce la dependencia de reabastecimiento en vuelo, sino que también minimiza la ventana de detección por parte de sistemas de defensa aérea enemigos, alineándose con su diseño furtivo, que incluye recubrimientos absorbentes de radar y una geometría optimizada.

Bases asignadas al F-22 Raptor en la Fuerza Aérea de EE. UU.
F-22 Raptor

Datos clave sobre el supercrucero del F-22 Raptor

  • Velocidad de supercrucero: Hasta Mach 1.82 (aproximadamente 2,220 km/h).
  • Motores: Pratt & Whitney F119-PW-100, con empuje de 35,000 libras cada uno.
  • Autonomía sin postquemadores: Superior a 2,000 millas náuticas con tanques internos.
  • Reducción de firma térmica: Hasta 40% menos que cazas con postquemadores.
  • Primer vuelo con supercrucero: 1997, durante pruebas del prototipo YF-22.

Ingeniería avanzada detrás de los motores F119-PW-100

El corazón del supercrucero del F-22 reside en los motores F119-PW-100, diseñados específicamente por Pratt & Whitney para cumplir con las demandas del programa ATF. Estos motores de doble flujo incorporan un diseño de turbofan de baja relación de derivación, optimizado para generar empuje sostenido en regímenes supersónicos. Las toberas vectoriales, capaces de inclinarse hasta 20 grados, mejoran la agilidad del caza en combates aéreos, permitiendo maniobras de alta intensidad sin pérdida de control.

La tecnología de los F119 incluye materiales compuestos resistentes a altas temperaturas y sistemas de enfriamiento avanzados, que garantizan un rendimiento estable durante el supercrucero. Según Pratt & Whitney, los motores fueron sometidos a más de 10,000 horas de pruebas antes de su integración en el F-22, asegurando fiabilidad en condiciones extremas. Este nivel de ingeniería permitió al Raptor superar a competidores como el YF-23, el otro prototipo del programa ATF, que, aunque furtivo, no igualaba la versatilidad del F-22.

El supercrucero también beneficia las operaciones en escenarios de alta amenaza. En simulaciones de combate, el F-22 ha demostrado ser capaz de interceptar objetivos a distancias superiores a 200 millas náuticas sin ser detectado, gracias a la combinación de su velocidad sostenida y su baja observabilidad. Esta capacidad ha sido clave en ejercicios como Red Flag, donde el Raptor ha registrado tasas de victoria superiores al 90% contra cazas de cuarta generación.

La producción del F-22, limitada a 187 unidades debido a costos y cambios estratégicos, no ha disminuido su relevancia. La Fuerza Aérea de EE. UU. continúa modernizando la flota, con actualizaciones en sensores y software que complementan las ventajas del supercrucero. Sin embargo, el alto costo de mantenimiento, estimado en $44,000 por hora de vuelo, ha restringido su despliegue en conflictos asimétricos, reservándolo para misiones de alta prioridad.

Contexto histórico y relevancia del supercrucero en la actualidad

El F-22 Raptor se reinventa con sensores avanzados
F-22

El desarrollo del F-22 comenzó en un contexto de Guerra Fría, cuando la Unión Soviética avanzaba en cazas como el MiG-29 y el Su-27, que representaban amenazas crecientes. El programa ATF, iniciado en 1981, buscaba contrarrestar estas plataformas con un caza que combinara furtividad, velocidad y maniobrabilidad. El primer vuelo del prototipo YF-22 ocurrió en 1990, y tras vencer al YF-23, el diseño de Lockheed Martin entró en producción en 1997.

La capacidad de supercrucero del F-22 ha influido en el diseño de cazas posteriores, como el F-35 Lightning II, aunque este último no alcanza el mismo nivel de velocidad sostenida sin postquemadores. Otros cazas modernos, como el ruso Su-57 o el chino J-20, han intentado incorporar supercrucero, pero carecen de la madurez tecnológica del Raptor, según informes de Janes y Defense News. Esto mantiene al F-22 como referente en superioridad aérea, incluso frente a amenazas emergentes.

En operaciones reales, el F-22 ha demostrado su valía en misiones de patrulla y escolta en zonas de conflicto como Siria e Irak, donde su capacidad para operar a alta velocidad y baja detectabilidad ha disuadido a adversarios. En 2014, durante la campaña contra el Estado Islámico, los Raptors ejecutaron misiones de reconocimiento a velocidades supersónicas, recopilando datos críticos sin ser detectados por sistemas antiaéreos.

A pesar de su antigüedad, el F-22 sigue siendo un pilar de la estrategia aérea de EE. UU., especialmente en el Indo-Pacífico, donde la Fuerza Aérea lo despliega para contrarrestar las capacidades de China y Rusia. La combinación de supercrucero, furtividad y sensores avanzados asegura que el Raptor mantenga su ventaja táctica, incluso mientras se desarrolla el programa Next Generation Air Dominance (NGAD), que busca un sucesor para la próxima década.

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