Interferir los sistemas de guiado de las armas, “cegar” los sensores de puntería del enemigo, inutilizar los sistemas de comunicaciones e interferir en los sistemas de radar son misiones críticas de la guerra del futuro que pueden llevar a cabo los sistemas de guerra electrónica.
La guerra del futuro
Dominar el espectro electromagnético se está convirtiendo rápidamente en un área prioritaria de la guerra del futuro, dado el creciente grado en que las redes y los sistemas de armas dependen de la electrónica. Un arma guiada de precisión, por ejemplo, no puede alcanzar su objetivo si su guiado por radiofrecuencia se ve interferido o bloqueado por un EW.
Los documentos presupuestarios de la Armada para 2024 revelan este énfasis al asignar grandes cantidades de dinero al dominio “espectral” en relación con el caza furtivo de sexta generación F/A-XX. Los documentos presupuestarios de la Armada y el Ejército del Aire explican que los láseres, las armas EW y las contramedidas de RF son tecnologías que se espera que ocupen un lugar destacado en la NGAD.
En un artículo de “The Drive” se indica que la solicitud presupuestaria del Ejército del Aire para el año fiscal 2024 pide “estudios…… para desarrollar arquitecturas operativas/de sistemas que incluyan una familia [sic] de sistemas y plataformas de dominio espectral”.
Interferir las armas y las comunicaciones
Las aplicaciones de EW son cada vez más numerosas debido a los rápidos avances tecnológicos. Los sistemas de software basados en inteligencia artificial, por ejemplo, pueden ayudar a desconfigurar el espectro diferenciando las frecuencias amigas de las enemigas e identificando qué señales interferir.
La información sobre el espectro puede obtenerse a partir de una base de datos para determinar rápidamente qué señales interferir. Además, los sensores y los sistemas de comunicaciones pueden adaptarse para emitir una señal electromagnética más “estrecha” o de tipo “lápiz”.
Esto es muy importante, ya que una firma electrónica más grande o más amplia puede revelar la ubicación del enemigo, mientras que un haz más dirigido puede producir un efecto sin emitir una gran firma. En lo que respecta a los sistemas de guiado de armas, los desarrolladores están trabajando en una tecnología denominada “salto de frecuencia” para “contrarrestar” esencialmente un intento de interferencia electromagnética.
En caso de que una frecuencia sea “bloqueada” o interferida, los sistemas de guiado de armas pueden ajustarse para “saltar” de una frecuencia a otra con el fin de mantener su seguimiento o guiado hacia un objetivo. El refuerzo de las redes, los enlaces de datos o los sistemas de comunicación para operar en un entorno de interferencia es fundamental para mantener la funcionalidad en un entorno de EW disputado.
Cazas de sexta generación
En el caso de las aeronaves de 6ª generación, la EW puede resultar crítica en el ámbito de los equipos tripulados-no tripulados, ya que tanto la Armada como el Ejército del Aire planean operar una “familia de sistemas” en la que los aviones de combate tripulados controlen los drones cercanos desde la cabina. Esto puede permitir a los drones que operan en vanguardia “interferir” en las defensas aéreas enemigas, saturar las comunicaciones y compartir información crítica sobre objetivos entre formaciones.
La EW pasiva puede esencialmente “escuchar” para identificar una “línea de marcación” en una comunicación electrónica enemiga para localizar señales que controlar o interferir, mientras que la EW activa puede emitir una firma para bloquear, interferir o interferir una comunicación. Las plataformas también utilizan cada vez más antenas omnidireccionales para adaptar una señal electrónica en una dirección específica y evitar emitir una gran firma de 360 grados que sería más fácil de detectar para un enemigo.
Cazas y drones operarán juntos
Por ejemplo, las aeronaves de 6ª generación y los drones con los que se conectan en red pueden utilizar enlaces de datos reforzados o activos SIGINT para emitir señales EW de uso ofensivo y también “endurecer” los enlaces de datos para un intercambio de información más seguro en un entorno disputado.
Este tipo de aplicaciones son fundamentales para los planes de la Armada y las Fuerzas Aéreas de crear equipos tripulados y no tripulados de 6ª generación, denominados Combat Collaborative Aircraft (CCA). El concepto consiste en conectar en red una “familia” de sistemas entre sí en tiempo real utilizando drones en estrecha coordinación con plataformas de combate tripuladas para llevar a cabo una vigilancia avanzada, comprobar las defensas del enemigo, garantizar un guiado de precisión, reforzar los sensores de puntería o incluso lanzar armas.