Cuatro J-10C con apoyo de KJ-500 AWACS derribaron dos J-20 en un ejercicio reciente del PLA, según informes de CCTV y medios oficiales chinos.
Información sobre el J-20 “derribado” por un J-10C
Detalles del ejercicio aéreo simulado con J-10C y J-20
Durante una maniobra de entrenamiento del Ejército Popular de Liberación, un piloto de J-10C simuló el lanzamiento de un misil contra un caza J-20. Tras perder el contacto por radar luego del disparo, otra unidad identificó nuevamente al objetivo y verificó el derribo en la simulación. El ejercicio consistió en un enfrentamiento entre cuatro J-10C y dos J-20, bajo un escenario centrado en asegurar el espacio aéreo y anular posiciones defensivas fijas.
Los J-10C operaron con enlace de datos en tiempo real proporcionado por el sistema de alerta temprana KJ-500, lo que permitió detectar antes los objetivos y establecer una coordinación táctica eficaz. Un J-16D ejecutó funciones de guerra electrónica como parte del despliegue. El entrenamiento se realizó en condiciones simuladas con características próximas a un entorno operativo real, según reportes de medios estatales chinos.
El editor de Aerospace Knowledge, Wang Ya’nan, explicó que plataformas de cuarta generación como el J-10C pueden enfrentar a cazas furtivos mediante redes de intercambio de datos. En el ejercicio, la aeronave accedió a inteligencia táctica instantánea que compensó la escasa visibilidad del radar frente al J-20. Voceros oficiales destacaron la arquitectura de defensa antiaérea basada en integración de plataformas de diferentes capacidades.
El KJ-500 desempeñó un papel decisivo al transmitir información entre las unidades. Los J-10C utilizaron misiles PL-15 para efectuar disparos fuera del alcance visual. Aunque el diseño furtivo del J-20 complicó su localización inicial, la asistencia del sistema permitió confirmar el impacto simulado. Expertos militares indicaron que el resultado subrayó la necesidad de cooperación entre sistemas para mantener ventajas tácticas.
Los pilotos del J-10C reportaron dificultades al intentar identificar al J-20 por medios convencionales. La detección se reestableció gracias al uso compartido de sensores. Especialistas señalaron que este tipo de simulaciones aporta información útil para revisar tácticas operativas. Publicaciones como Military Watch Magazine y la cadena CCTV informaron sobre el incidente. Las condiciones del ejercicio permitieron evaluar el desempeño del J-10C dentro de un entorno aéreo con múltiples plataformas conectadas.
Aspectos clave del ejercicio simulado en combate aéreo
- Cuatro J-10C enfrentaron a dos J-20 con apoyo del KJ-500 y del J-16D.
- Un piloto disparó un misil PL-15 y confirmó el derribo tras volver a localizar el objetivo.
- La integración de sistemas permitió superar las capacidades furtivas del J-20 en la simulación.
- El ejercicio reprodujo la toma del espacio aéreo y la neutralización de defensas fijas.
Características técnicas del J-10C en el contexto simulado
El caza J-10C incorpora un radar AESA de desarrollo nacional con capacidad para rastrear múltiples objetivos, además de un motor WS-10B que alcanza 89.17 kN en seco y 144 kN con postquemador. Está equipado con misiles PL-15 de largo alcance y dispone de once puntos duros para una carga útil de hasta 5600 kg. Su diseño incluye una entrada de aire supersónica sin divisor. Durante el ejercicio, el radar facilitó la detección temprana y el PL-15 permitió atacar fuera del rango visual. La formación táctica reforzó su efectividad operativa.
El desarrollo del J-10C partió de la versión J-10B, con mejoras sustanciales en el radar y el sistema de propulsión. El Instituto 14 de CETC participó en la creación del radar AESA. Actualmente, la aeronave está en servicio en la Fuerza Aérea del EPL y en la Aviación Naval. La versión J-10CE fue exportada a Pakistán. En simulaciones realizadas entre 2019 y 2021, superó a modelos como el Su-35 y el J-16. La reciente operación contra el J-20 mantuvo esa línea de resultados. Medios especializados han documentado una continuidad en los desempeños obtenidos durante entrenamientos.
El J-10C mide 16.9 metros de largo, tiene una envergadura de 9.75 metros y un peso en vacío de 9750 kg. Puede alcanzar una velocidad máxima de Mach 1.8, operar hasta 18000 metros de altitud y posee un radio de combate de 550 kilómetros. Su armamento incluye un cañón de 23 mm, misiles PL-10 para corto alcance y municiones guiadas de precisión. En el ejercicio reciente, estas capacidades contribuyeron al derribo simulado. Fuentes como Jane’s respaldan estas especificaciones. El modelo participa en licitaciones internacionales, donde destaca por su rendimiento en entornos simulados.
El programa J-10 comenzó en 1986 con un presupuesto inicial de CN¥500 millones. La Chengdu Aircraft Corporation se encarga de su producción, con más de 600 unidades construidas hasta 2024. El J-10C representa una evolución de generación 4.5, diseñada para funciones multirrol en combate aire-aire y ataque a objetivos terrestres. Su integración con plataformas como el KJ-500 ha elevado sus capacidades operativas. En ejercicios recientes, ha demostrado eficacia táctica consistente. La validación de estas características en fuentes técnicas permite confirmar su evolución y desempeño.
Antecedentes del J-20 y ejercicios previos con J-10C
El caza J-20, clasificado como plataforma de quinta generación, está equipado con motores WS-10C que generan entre 142 y 147 kN de empuje. Su diseño incorpora entradas de aire en forma de serpentina para reducir la sección radar. Dispone de compartimentos internos para el armamento. En 2018, participó en ejercicios con el J-10C, durante los cuales se practicaron enfrentamientos más allá del alcance visual en entornos simulados. Estos entrenamientos incluyeron maniobras mixtas con desarrollo táctico. El ministerio de Defensa chino informó sobre misiones nocturnas y operaciones sobre el océano desde mayo de ese año. A partir de 2022, el J-20 realiza patrullas marítimas de forma regular, según fuentes técnicas.
En 2023, el J-20 se utilizó como simulación del F-35 en ataques de superficie, integrando funciones de mando y cadena de ataque. Estas prácticas incluyeron combates contra aeronaves de cuarta generación como el J-10C. El entrenamiento se centró en adquirir familiaridad operativa con capacidades furtivas. Informes militares destacaron el realismo de las maniobras. La aeronave mide 20.4 metros de longitud, tiene una envergadura de 13 metros, velocidad máxima de Mach 2 y techo operativo de 20000 metros. En la simulación reciente, su perfil stealth dificultó la detección, pero la red táctica empleada por el adversario neutralizó parcialmente esa ventaja, según medios oficiales.
El programa de desarrollo del J-20 comenzó en la década de 1990 bajo el proyecto J-XX. El primer vuelo se realizó en 2011 y el ingreso en servicio ocurrió en 2017. La evolución del diseño incluyó la incorporación de los motores WS-15, que generan 180 kN y permiten velocidad supersónica sostenida. También se añadieron características como el canopy electroconductivo. En enero de 2018, enfrentó nuevamente al J-10C en ejercicios donde se ensayaron tácticas específicas contra aeronaves de quinta generación. Actualmente, el EPL emplea al J-20 en misiones de superioridad aérea, y ha integrado capacidades de ataque de precisión. Fuentes verificadas respaldan los detalles técnicos y operativos del modelo.
El J-20 cuenta con compartimentos internos para misiles de largo alcance y un radar AESA avanzado. En los ejercicios más recientes, llevó a cabo maniobras conjuntas con el J-10C y el J-16. Las prácticas sobre espacios oceánicos ampliaron el ámbito operativo del caza, con despliegues en el mar de China Oriental y Meridional. En estos entrenamientos, simuló funciones del F-35 para evaluar defensas antiaéreas. En el ejercicio integrado más reciente, se enfrentó nuevamente al J-10C. Los resultados pusieron en evidencia el valor de la cooperación entre plataformas. Analistas especializados destacan que estos entrenamientos aportan elementos concretos para la revisión doctrinal del EPL. Publicaciones técnicas sitúan al J-20 como un componente relevante en la modernización tecnológica de la aviación china.
El desempeño del J-10C en el ejercicio respondió principalmente a su integración en una red centrada en datos, no a su aviónica aislada. El enlace con el KJ-500 y otras plataformas proporcionó una conciencia situacional superior, lo que permitió aprovechar sus capacidades más allá de lo que permite su radar embarcado.
Sí, su baja firma radar se ve contrarrestada cuando el enemigo emplea redes de sensores múltiples con fusión de datos en tiempo real. En ese entorno, el sigilo pasivo pierde ventaja ante radares externos, sensores distribuidos y plataformas de guerra electrónica que triangulan su posición sin depender del radar frontal.
No, el J-10C tiene un radio de combate limitado, incluso con tanques externos. Su diseño prioriza misiones de intercepción y ataque dentro de un teatro regional, por lo que requiere apoyo logístico o repostaje aéreo para mantener presencia sostenida en zonas alejadas de sus bases.
El PL-15 se distingue por incorporar un motor ramjet de larga duración y un radar activo de última generación. Esto le permite mantener guiado autónomo y maniobrabilidad a gran distancia, superando en algunos aspectos a misiles como el AIM-120D, aunque su rendimiento real en combate no ha sido verificado de forma independiente.
No necesariamente. El ejercicio evaluó escenarios tácticos específicos, no comparaciones técnicas absolutas. La derrota simulada refleja limitaciones operativas bajo ciertas condiciones, como combate en red o saturación electrónica, no un fallo inherente en sus sistemas o diseño.