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Portada » Zona de guerra » El J-20 Mighty Dragon se esconde con tecnología sigilosa

El J-20 Mighty Dragon se esconde con tecnología sigilosa

por Noticias de Israel
8 de mayo de 2025
en Zona de guerra
China actualizará el J-20 con sistemas de interferencia electrónica y alerta temprana

Imagen de archivo: J-20

El caza J-20 de China usa materiales absorbentes y diseño aerodinámico para reducir su firma radar, rivalizando con cazas occidentales desde 2017.

Tecnología stealth del Chengdu J-20 Mighty Dragon

El Chengdu J-20 Mighty Dragon, desarrollado por Chengdu Aerospace Corporation para la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación (PLAAF), se destaca como el primer caza de quinta generación de China con capacidades de baja observabilidad. Desde su entrada en servicio en marzo de 2017, el J-20 ha integrado un diseño aerodinámico avanzado y materiales absorbentes de radar para minimizar su sección transversal de radar (RCS), permitiéndole evadir sistemas de detección enemigos. Este enfoque lo posiciona como un competidor directo de cazas occidentales como el F-22 Raptor y el F-35 Lightning II, aunque con particularidades propias en su diseño y tecnología.

El diseño de baja observabilidad del J-20 combina una configuración aerodinámica específica con tecnologías de materiales avanzados. Su fuselaje presenta líneas anguladas y una nariz afilada que desvían las ondas de radar, mientras que los alabes en delta con canards están alineados para reducir reflexiones electromagnéticas. Los bordes serrados en las puertas de los compartimentos y las rejillas de ventilación en las colas verticales refuerzan esta capacidad. Además, el J-20 incorpora revestimientos absorbentes de radar (RAM) en su superficie, que absorben las ondas en lugar de reflejarlas, disminuyendo significativamente su detectabilidad.

Un elemento clave de su diseño sigiloso son los conductos de entrada supersónicos sin divisores (DSI), que ocultan las palas del motor de las emisiones de radar mediante conductos en forma de S. Esto reduce la firma radar frontal, un aspecto crítico en combates aéreos de largo alcance. El J-20 también cuenta con un compartimento interno de armas, que alberga misiles como el PL-15 y el PL-10, evitando protrusiones externas que aumentarían su RCS. Estas características, implementadas desde los modelos de producción inicial en 2017, reflejan un enfoque holístico para lograr un rendimiento de sigilo comparable al del F-22, aunque algunos analistas sugieren que su sigilo es menos efectivo desde ángulos laterales o traseros.

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En octubre de 2017, medios estatales chinos confirmaron que el diseño del J-20 estaba finalizado para producción en masa, con mejoras continuas en su perfil sigiloso. Las versiones de producción en serie baja (LRIP) introdujeron superficies dieléctricas que podrían incluir sensores o materiales absorbentes integrados, reemplazando las capas pintadas de los prototipos. En noviembre de 2019, se observó un J-20 con motores WS-10 Taihang equipados con toberas de poscombustión serradas, diseñadas para reducir las emisiones infrarrojas y de radar desde la parte trasera, un área tradicionalmente vulnerable en cazas stealth.

J-20

Datos clave sobre el sigilo del J-20 Mighty Dragon

  • Materiales absorbentes: Revestimientos RAM en el fuselaje reducen la reflexión de ondas de radar.
  • Conductos DSI: Entradas de aire en forma de S ocultan las palas del motor, minimizando la RCS frontal.
  • Armas internas: Compartimentos para misiles PL-15 y PL-10 evitan protrusiones que aumenten la detectabilidad.
  • Bordes serrados: Puertas y paneles con diseño en zigzag desvían ondas de radar.
  • Evolución tecnológica: Desde 2017, mejoras en toberas y superficies dieléctricas han optimizado el sigilo.

Avances en el diseño de baja observabilidad del J-20

El desarrollo del J-20 comenzó en los años 90 bajo el programa J-XX, con el objetivo de crear un caza de superioridad aérea con capacidades furtivas. Su primer vuelo en enero de 2011 marcó un hito, y para 2017, el J-20 entró en servicio operativo, inicialmente con motores rusos AL-31F. Sin embargo, la transición a motores chinos WS-10C y, posteriormente, al WS-15 en pruebas desde 2022, ha mejorado la eficiencia y reducido la firma infrarroja, complementando su diseño sigiloso. Estos motores, con mayor empuje y menor consumo, permiten al J-20 mantener velocidades supersónicas sin poscombustión, un factor que reduce su detectabilidad térmica.

El J-20 emplea una cabina electroconductiva y una cúpula sin marco para minimizar las reflexiones de radar, mientras que las antenas integradas en el fuselaje evitan protrusiones externas. La alineación precisa de los bordes de las superficies de control, como los canards y las alas, asegura que las ondas de radar se desvíen en direcciones específicas, lejos de los sensores enemigos. Aunque algunos críticos han cuestionado la efectividad de los canards en el sigilo, estudios chinos publicados en Acta Aeronautica et Astronautica Sinica han demostrado que, con la alineación adecuada, no comprometen significativamente la RCS.

En ejercicios militares, el J-20 ha demostrado su capacidad para acercarse sin ser detectado o ser detectado a corta distancia, lo que resalta la efectividad de su diseño sigiloso en escenarios simulados. Durante maniobras en el Estrecho de Taiwán en mayo de 2024, el J-20 participó en ejercicios que simularon superioridad aérea, aprovechando su baja observabilidad para operar en entornos disputados. Sin embargo, algunos analistas, como Carlo Kopp en 2011, señalaron que el sigilo del J-20 es más robusto desde el aspecto frontal que desde los laterales o traseros, una limitación que China ha trabajado en mitigar con mejoras iterativas.

La producción del J-20 ha crecido rápidamente, con más de 200 unidades fabricadas para 2023, superando el número de F-22 producidos por Estados Unidos. Esta expansión refleja la confianza de China en las capacidades furtivas del J-20, respaldada por una inversión continua en tecnologías como recubrimientos stealth avanzados y sistemas de sensores integrados. En 2021, el J-20 debutó con motores autóctonos en la exhibición aérea de Zhuhai, mostrando avances en la independencia tecnológica de China, un factor crítico para mantener la producción sin depender de componentes extranjeros.

Comparación con cazas occidentales y perspectivas futuras

El J-20 de China da un salto con los motores WS-15: Pero al vacío
J-20

El J-20 se compara frecuentemente con el F-22 y el F-35, pero su diseño refleja prioridades distintas. Mientras que el F-22 optimiza el sigilo en todos los aspectos y el F-35 prioriza la versatilidad, el J-20 equilibra sigilo frontal con maniobrabilidad y alcance, ideal para misiones en el Mar del Sur de China y el Estrecho de Taiwán. Su RCS es probablemente mayor que la del F-35 desde ángulos traseros, pero su capacidad para operar en entornos con clutter electromagnético, como lo señaló el analista Justin Bronk, le permite explotar su sigilo en escenarios complejos.

A diferencia de los cazas estadounidenses, el J-20 no cuenta con un cañón interno, lo que sugiere un enfoque en combates de largo alcance donde el sigilo es crucial. Sus misiles de largo alcance, como el PL-15, con un alcance estimado de 300 km, aprovechan la baja detectabilidad para atacar objetivos de alto valor, como aviones cisterna o AWACS, antes de ser detectado. La integración de un radar AESA Type 1475 y sensores electroópticos distribuidos mejora su conciencia situacional, permitiendo al J-20 mantener la ventaja en entornos donde la detección temprana es clave.

China continúa refinando el diseño sigiloso del J-20. En 2021, se presentó un prototipo de dos asientos, el J-20S, orientado a misiones de guerra electrónica y control de drones, lo que indica una evolución hacia roles multifuncionales sin sacrificar su perfil stealth. La introducción del motor WS-15, con mayor empuje y toberas optimizadas, promete reducir aún más la firma infrarroja, un aspecto crítico para contrarrestar misiles guiados por calor. Estas mejoras, junto con la experiencia operativa acumulada por la PLAAF, sugieren que el J-20 seguirá siendo un pilar de la estrategia aérea china.

El Chengdu J-20 Mighty Dragon representa un avance significativo en la tecnología stealth de China, con un diseño que combina materiales avanzados, aerodinámica optimizada y sistemas integrados para minimizar su detectabilidad. Desde su entrada en servicio en 2017, ha evolucionado para abordar limitaciones iniciales, como la dependencia de motores extranjeros y la optimización de su RCS trasera. Con una producción en aumento y mejoras continuas, el J-20 refuerza la capacidad de China para proyectar poder aéreo en regiones estratégicas, desafiando la superioridad aérea tradicional de Occidente.

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