El Chengdu J-36, prototipo chino de sexta generación, estrena un diseño sin cola con alas en doble delta, optimizando furtividad y capacidad operativa.
Innovación del Chengdu J-36 en diseño furtivo
El Chengdu J-36, un prototipo de caza de sexta generación desarrollado por la Chengdu Aircraft Corporation (CAC), marcó un hito en la aviación militar china con su primer vuelo público el 26 de diciembre de 2024 en Chengdu, Sichuan. Este avión, identificado por el número de serie 36011, presenta un diseño aerodinámico sin estabilizadores verticales, utilizando una configuración de alas en doble delta que reduce significativamente su sección transversal de radar (RCS). Esta característica, combinada con materiales absorbentes de radar y una estructura optimizada para la furtividad, posiciona al J-36 como un avance en la tecnología de sigilo de banda ancha. El avión, acompañado por un J-20S durante su vuelo inicial, destacó por su diseño tailless, que elimina superficies reflectantes tradicionales, según imágenes y videos compartidos en redes sociales chinas.
La configuración de doble delta del J-36, con un cambio en el ángulo de barrido en el borde de ataque, optimiza el rendimiento en regímenes transónico y supersónico, reduciendo la resistencia aerodinámica. Esta forma, descrita como una “ala diamante estirada”, mejora la eficiencia de combustible y la maniobrabilidad, aunque introduce desafíos en la estabilidad a bajas velocidades. Para contrarrestar esto, el J-36 incorpora un avanzado sistema de control de vuelo fly-by-wire, posiblemente asistido por algoritmos de inteligencia artificial, que gestiona las superficies de control, como los elevones en los bordes traseros de las alas y los rudders de flap dividido en las posiciones exteriores. Estas características aseguran una maniobrabilidad precisa sin comprometer la furtividad.
El diseño sin cola elimina los estabilizadores verticales, una fuente significativa de reflexión de radar, logrando una furtividad omnidireccional. La fusión de la línea de chine con las alas y la ausencia de superficies sobresalientes, como antenas o canards, refuerzan esta capacidad. Además, el J-36 utiliza conductos en S para ocultar las caras de los motores a las ondas de radar, junto con un sistema de escape segmentado que reduce la firma infrarroja. La integración de materiales absorbentes de radar y recubrimientos avanzados mejora la absorción de ondas electromagnéticas en múltiples frecuencias, superando las limitaciones de los cazas de quinta generación como el J-20.
El J-36 cuenta con tres tomas de aire: dos laterales de diseño caret bajo las alas y una dorsal con un inlet supersónico sin diverter (DSI), que aumenta el volumen interno y protege la firma infrarroja desde ángulos inferiores. Esta configuración sugiere un enfoque en misiones de alta altitud y largo alcance, con un peso máximo de despegue estimado entre 50 y 60 toneladas y una envergadura de aproximadamente 19,2 metros. La elección de un diseño trijet, posiblemente con motores WS-10C o los más avanzados WS-15, proporciona un empuje significativo para supercrucero y soporta sistemas electrónicos de alta demanda energética, como radares y armas de energía dirigida.

Características clave del diseño furtivo del J-36
- Configuración sin cola: Elimina estabilizadores verticales para reducir la sección transversal de radar.
- Alas en doble delta: Optimiza el rendimiento supersónico y la eficiencia de combustible.
- Materiales absorbentes: Absorben ondas electromagnéticas en múltiples frecuencias.
- Conductos en S: Ocultan las caras de los motores, minimizando retornos de radar.
- Tomas de aire DSI: Mejoran la furtividad y el volumen interno para combustible y armas.
Capacidades operativas y sistemas avanzados
El J-36 no solo destaca por su diseño furtivo, sino también por su capacidad para integrar sistemas avanzados. El avión cuenta con múltiples bahías internas de armas, incluyendo una bahía central de aproximadamente 7,6 metros de longitud, capaz de albergar misiles aire-aire de largo alcance como el PL-17 o misiles aire-superficie de gran tamaño, como el YJ-12 supersónico. Dos bahías laterales más pequeñas permiten configuraciones flexibles, incluyendo misiles PL-15 o PL-12, manteniendo un perfil de baja observabilidad al evitar armamento externo. Esta versatilidad posiciona al J-36 para roles múltiples, desde superioridad aérea hasta ataques de precisión.
Los sistemas de sensores del J-36 representan un salto tecnológico. Incorpora un radar de barrido electrónico activo (AESA) para detección de largo alcance, complementado por un sistema de puntería electro-óptico (EOTS) ubicado entre el radomo y la cabina, integrado al ras del fuselaje para minimizar la detectabilidad. Posibles arrays de radar de visión lateral (SLAR) y sensores distribuidos alrededor del avión proporcionan conciencia situacional omnidireccional. Estos sistemas permiten al J-36 operar en entornos electromagnéticos disputados, contrarrestando contramedidas electrónicas y manteniendo una ventaja táctica.
Imágenes recientes de pruebas, incluyendo un vuelo a baja altitud sobre una autopista en Chengdu en abril de 2025, revelaron detalles adicionales sobre su diseño, como un tren de aterrizaje de ruedas dobles y un dosel tintado que sugiere una posible configuración de dos pilotos sentados lado a lado. Esta disposición podría optimizar la gestión de datos sensoriales y la coordinación con sistemas no tripulados. Analistas especulan que el J-36 podría actuar como un nodo de mando y control, integrándose con drones loyal wingman o vehículos aéreos de combate no tripulados (UCAV) para operaciones en red, un concepto alineado con los enfoques de sexta generación de Estados Unidos y Europa.

El J-36 también podría incorporar tecnologías emergentes, como armas de energía dirigida o sistemas de sigilo basados en plasma, aunque estas características permanecen especulativas. Su diseño sugiere una velocidad máxima de aproximadamente Mach 2,5 y un radio de combate estimado de 3.000 kilómetros, lo que le permite proyectar poder en la región del Indo-Pacífico. Sin embargo, la falta de estabilizadores verticales y la complejidad de su configuración trijet plantean desafíos, como la necesidad de motores de alto rendimiento y sistemas de control avanzados para mantener la estabilidad en diversas condiciones de vuelo.
Contexto y desarrollo del programa
El desarrollo del J-36 se remonta a 2018, cuando la Chengdu Aircraft Corporation presentó ocho propuestas para un caza de sexta generación, cuatro de las cuales se probaron en túneles de viento de baja altitud. En octubre de 2021, un avión con diseño sin cola fue avistado en las instalaciones de CAC, alineándose con informes de inteligencia que sugerían configuraciones de ala volante o punta de flecha para mejorar la furtividad. En 2019, el diseñador jefe Wang Haifeng anunció que China había iniciado investigaciones preliminares, con un objetivo de operatividad para 2035. Sin embargo, los rápidos avances, evidenciados por múltiples vuelos de prueba en 2024 y 2025, indican que el programa podría alcanzar la capacidad operativa inicial antes de lo previsto.
El debut del J-36 coincidió con el del Shenyang J-50, otro prototipo de sexta generación, lo que subraya el ambicioso esfuerzo de China para liderar la carrera de la aviación militar. El vuelo del 26 de diciembre, en el aniversario del nacimiento de Mao Zedong, fue interpretado como un gesto simbólico, posiblemente autorizado para proyectar poder tecnológico. Analistas como Bill Sweetman han sugerido que el J-36 podría funcionar como una plataforma de lanzamiento de misiles de largo alcance o un centro de mando para operaciones con drones, roles que trascienden el combate aéreo tradicional.

La reacción internacional ha sido notable. El general Kenneth Wilsbach, de la Fuerza Aérea de EE. UU., describió al J-36 como una plataforma de sexta generación diseñada para superioridad aérea, mientras que el secretario de la Fuerza Aérea, Frank Kendall, reconoció que China podría superar a EE. UU. en la operatividad inicial de cazas de sexta generación. Sin embargo, Kendall expresó confianza en que el programa estadounidense NGAD producirá un producto superior. La aparición del J-36 ha reavivado el debate sobre la financiación del NGAD, que enfrenta costos estimados de 250 a 300 millones de dólares por unidad.
El J-36 representa un paso audaz en la modernización militar de China, desafiando la supremacía aérea de EE. UU. y sus aliados en el Indo-Pacífico. Su diseño sin cola y alas en doble delta, combinados con sensores avanzados y bahías internas de armas, lo posicionan como un contendiente formidable. A medida que continúan las pruebas, el J-36 podría redefinir las capacidades de combate aéreo, integrando tecnologías de vanguardia en un sistema de sistemas que amplifica su impacto estratégico.