El sistema de misiles Land Sword II de Taiwán logra avances, pero su alcance y cantidad limitan su eficacia contra una posible invasión china.
Éxito de Land Sword II en pruebas recientes
El 15 de abril de 2024, Taiwán llevó a cabo con éxito la primera prueba de fuego real del sistema de misiles tierra-aire Land Sword II en la base militar de Jiupeng, condado de Pingtung. Desarrollado por el Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Chung-Shan (NCSIST), el sistema derribó drones objetivo en las tres lanzamientos realizados, demostrando precisión y madurez operativa. La prueba, parte del ejercicio Shen Gong (Arco Divino), involucró a los comandos de artillería 43 y 21 del ejército taiwanés. El Land Sword II, basado en el misil aire-aire Sky Sword II, tiene un alcance efectivo de 15 kilómetros y puede interceptar aviones de ala fija, helicópteros, vehículos aéreos no tripulados y misiles de crucero. Este sistema reemplaza al obsoleto Chaparral de fabricación estadounidense, integrándose con misiles Stinger y Avenger para una defensa aérea en capas.
Land Sword II makes its live fire debut. This SAM system is capable of countering diverse aerial threats and significantly enhances force protection for #ROCArmy.#LandSwordII #SAM #ROCArmedForces pic.twitter.com/lH8rS9XJg1
— 國防部 Ministry of National Defense, ROC(Taiwan) 🇹🇼 (@MoNDefense) May 13, 2025
El Ministerio de Defensa Nacional de Taiwán confirmó el éxito de la prueba el 13 de mayo de 2025 a través de su cuenta oficial en X, destacando el compromiso del país con la autarquía tecnológica y la disuasión frente a las crecientes amenazas de la República Popular China. La prueba se realizó en un contexto de alta actividad militar china, con 29 aviones y 9 buques del Ejército Popular de Liberación (EPL) detectados cerca de la isla el mismo día, de los cuales 18 aviones cruzaron la línea media del estrecho de Taiwán, ingresando a la zona de identificación de defensa aérea (ADIZ) de la isla.
El Land Sword II consta de un vehículo de control de combate, un radar Bee Eye desarrollado por NCSIST, un vehículo lanzador y un transportador de municiones. Su diseño permite una vigilancia de 360 grados y una rápida capacidad de despliegue, ideal para contrarrestar amenazas de baja altitud en áreas costeras y avanzadas. Según el analista Raymond Kuo de RAND Corporation, este sistema podría crear una “burbuja de defensa aérea” que proteja a las fuerzas taiwanesas y facilite la llegada de refuerzos externos en caso de conflicto. Sin embargo, la cantidad limitada de sistemas operativos plantea dudas sobre su capacidad para enfrentar un ataque sostenido.
En 2019, Taiwán ordenó seis baterías del Land Sword II, que incluyen un total de 30 lanzadores móviles y 246 misiles Sky Sword II. Cada batería cuenta con un centro de gestión de batalla CS/MYS-951, un radar CS/MPQ-951 y entre cuatro y cinco unidades de disparo de misiles. Estas baterías, que comenzaron a entrar en servicio recientemente, representan un avance en la modernización militar de la isla, pero su número es insuficiente para cubrir todo el territorio frente a un adversario con la capacidad aérea y de misiles de China.
Datos clave del Land Sword II y su impacto en la defensa de Taiwán
- Alcance efectivo: 15 km, ideal para amenazas de baja altitud como drones y misiles de crucero.
- Componentes: Radar Bee Eye, vehículo de control, lanzador móvil y transportador de municiones.
- Cantidad: Seis baterías con 30 lanzadores y 246 misiles, ordenadas en 2019.
- Propósito: Reemplazo del sistema Chaparral y complemento de los sistemas Sky Bow III y Patriot PAC-3.
- Pruebas: Éxito en la interceptación de drones en abril de 2024, validando su precisión.
Limitaciones del Land Sword II frente a la amenaza china
A pesar de los avances, el Land Sword II enfrenta críticas por su limitada capacidad para contrarrestar una invasión a gran escala del EPL. Brandon J. Weichert, editor de seguridad nacional en The National Interest, argumenta que las seis baterías del sistema no constituyen ni siquiera una solución temporal. En un escenario de invasión, estas unidades serían objetivos prioritarios y podrían ser neutralizadas rápidamente debido a su escaso número. Además, la superioridad numérica de China en aviones de combate, misiles balísticos y drones supera ampliamente las capacidades defensivas de Taiwán. Por ejemplo, el EPL despliega al menos 1,500 misiles balísticos apuntando a la isla, junto con cientos de misiles de crucero basados en tierra y buques.
El Land Sword II forma parte de una red de defensa aérea más amplia que incluye sistemas de mayor alcance como el Sky Bow III y el Patriot PAC-3 de fabricación estadounidense. Sin embargo, incluso esta combinación no puede garantizar la protección contra un ataque coordinado que incluya misiles hipersónicos como el DF-17, drones en enjambre y operaciones multidominio. La red de defensa aérea de China, que puede atacar objetivos a 556 kilómetros desde el continente, también limita las operaciones aéreas de Taiwán y sus aliados, complicando cualquier respuesta defensiva.
La producción de misiles en Taiwán ha mostrado avances significativos. En 2021, el gobierno aprobó un presupuesto militar especial para impulsar la industria de defensa, logrando metas de producción dos años antes de lo previsto. En 2024, el NCSIST produjo más de 1,000 misiles de varios tipos, incluyendo 96 misiles Sky Sword II, a un costo de menos de 1,500 millones de dólares, comparado con los 4,430 millones de dólares gastados en compras de misiles estadounidenses en 2020. Esta autarquía reduce la dependencia de Estados Unidos, pero la capacidad de producción sigue siendo insuficiente para igualar el arsenal chino.
El Land Sword II es eficaz contra amenazas específicas, como drones y misiles de crucero, un punto destacado por la guerra en Ucrania y los conflictos recientes entre India y Pakistán, que demostraron la importancia de contrarrestar tecnología militar china. Sin embargo, su rango de 15 kilómetros y la falta de un refuerzo naval lo hacen menos versátil que otras variantes del Sky Sword II, como la versión naval TC-2N, que alcanza 30 kilómetros. Esto limita su capacidad para proteger áreas extensas o enfrentar ataques de saturación.
Contexto estratégico y desafíos regionales
Las tensiones en el estrecho de Taiwán han aumentado desde 2020, con China intensificando sus provocaciones militares. Desde 2022, el EPL realiza ejercicios de bloqueo naval a gran escala alrededor de la isla cada año, mientras que las incursiones aéreas son casi diarias. El 4 de agosto de 2023, China envió 29 aviones a la ADIZ de Taiwán, el mayor número en un solo día, incluyendo cazas, bombarderos y aviones de alerta temprana. Además, el EPL ha modernizado su armada, que ahora cuenta con más de 370 buques, la mayor del mundo por número de casco, incluyendo nuevos buques de desembarco anfibio diseñados para una posible invasión.
El Land Sword II se integra en una estrategia de defensa asimétrica que incluye submarinos, corbetas armadas con misiles antinavío Hsiung Feng III y capacidades avanzadas de vigilancia marítima. Taiwán opera radares en tierra, aire y mar que monitorean los puertos chinos y detectan actividades navales hostiles, complementados por aviones de guerra antisubmarina y sistemas de inteligencia de señales. No obstante, el desequilibrio de poder en el estrecho de Taiwán sigue creciendo, y el ministro de defensa, Yen Ming, afirmó que las fuerzas taiwanesas podrían resistir solo un mes sin apoyo externo.
El apoyo de Estados Unidos, bajo la Ley de Relaciones con Taiwán de 1979, sigue siendo crucial. En 2020, Taiwán adquirió 400 misiles Harpoon Block II y 100 sistemas de defensa costera Harpoon por 2,370 millones de dólares, diseñados para neutralizar objetivos navales chinos. Sin embargo, las entregas de armas estadounidenses son lentas debido a restricciones de producción y regulaciones de exportación, lo que refuerza la necesidad de sistemas autóctonos como el Land Sword II.
Simulaciones de guerra realizadas por RAND y el Proyecto de Estudios Competitivos Especiales sugieren que, aunque Taiwán ha mejorado sus capacidades, no puede contrarrestar con confianza una invasión china para 2027, fecha en la que el presidente Xi Jinping ha ordenado al EPL estar listo para una operación militar exitosa. La dependencia de aliados como Estados Unidos y Japón es un factor crítico, pero la disposición de estas naciones a intervenir directamente en un conflicto sigue siendo incierta.