Durante la Operación Nanook-Nunalivut en Canadá, un LC-130H Hércules de la 109ª Ala de Transporte Aéreo aterrizó en un lago congelado, marcando un hito en operaciones árticas.
El LC-130H aterriza en un lago congelado por primera vez
El 5 de marzo de 2025, un LC-130H Hércules de la 109ª Ala de Transporte Aéreo aterrizó con éxito sobre un lago congelado en Inuvik, Canadá, como parte de la Operación Nanook-Nunalivut. Este evento marcó la primera vez en la historia de la unidad que su variante especializada del Hércules tocó suelo en hielo de agua dulce.
A diferencia del hielo marino, que se forma con agua salada, el hielo de agua dulce proviene de la congelación de ríos, lagos, estanques y glaciares cuando las temperaturas descienden por debajo del punto de congelación. Este tipo de superficie supone un desafío adicional para las operaciones aéreas debido a su diferente composición y resistencia.
El LC-130H es una variante especializada del C-130 Hércules diseñada con esquís en su tren de aterrizaje para operar en pistas nevadas. Solo 10 unidades están en servicio con la Fuerza Aérea de EE. UU., todas bajo el mando de la 109ª Ala de Transporte Aéreo, que ha operado estos aviones desde 1984. Es el único avión con esquís del ejército estadounidense capaz de realizar transporte aéreo a gran escala en Antártida, el Ártico y otras zonas de frío extremo.
Ventajas estratégicas del aterrizaje en hielo de agua dulce
El uso de lagos congelados como pistas de aterrizaje proporciona una ventaja táctica significativa, ya que permite acceder a lugares donde las aeronaves convencionales no pueden operar. Esto incrementa la flexibilidad de las fuerzas militares en regiones árticas y áreas remotas.

El mayor Joseph Shanahan, oficial de control de aterrizaje de esquí, explicó que su equipo exploró más de 25,000 millas de hielo a lo largo de la costa de los Territorios del Noroeste, sin encontrar un área que cumpliera con los requisitos de aterrizaje del LC-130. En respuesta, ampliaron su búsqueda hacia el interior y encontraron el lago Parsons, que resultó ser adecuado para la operación.
Datos clave sobre la operación en el lago Parsons
- La misión se llevó a cabo en el marco de la Operación Nanook-Nunalivut.
- El equipo exploró más de 25,000 millas de hielo antes de encontrar una superficie adecuada.
- Se estableció una pista de aterrizaje en un solo día gracias a la cooperación entre distintas unidades.
- El mantenimiento de la zona de aterrizaje requirió preparación constante desde el amanecer hasta el anochecer.
- Se realizaron 17 vuelos para transportar 23,000 libras de carga y personal al campamento.
El Equipo de Esquí del Campamento Polar (PCST), conformado por aviadores de las 109ª, 123ª y 133ª Alas de Transporte Aéreo, se encargó de instalar y acondicionar la zona de aterrizaje. “Con el apoyo del 123º y 133º Equipo de Respuesta a Contingencias, logramos establecer la pista en un solo día”, afirmó el sargento mayor Nick Cross, miembro del PCST.
Apoyo logístico de la Real Fuerza Aérea Canadiense
Para mantener la operatividad de la pista, el equipo dedicó jornadas completas al mantenimiento de la superficie. “Trabajamos desde el amanecer hasta el anochecer para asegurarnos de que la pista estuviera lista”, explicó el sargento mayor Casey Preyer-Blakney.

La operación contó con la asistencia de varias aeronaves de la Real Fuerza Aérea Canadiense (RCAF), incluyendo:
- CC-138 Twin Otter del 440º Escuadrón de Transporte.
- CH-147F Chinook del 450º Escuadrón de Helicópteros Tácticos.
- CH-146 Griffon del 430º y 417º Escuadrón de Helicópteros Tácticos.
Estos medios aéreos fueron fundamentales para el transporte de suministros y personal hasta el campamento ártico. En total, se realizaron 17 vuelos para trasladar 23,000 libras de carga y personal, asegurando que la pista estuviera operativa cuando llegó el momento del aterrizaje del LC-130.
Éxito de la misión y cooperación entre EE. UU. y Canadá
La 109ª Ala de Transporte Aéreo llevó a cabo un total de ocho misiones durante la operación, incluyendo transporte de suministros esenciales y repuestos para el CC-138 Twin Otter entre Yellowknife e Inuvik.

El teniente coronel Matthew Sala, comandante del despliegue del 109º, destacó el esfuerzo del personal: “Nuestros miembros operan en condiciones extremas, adaptándose rápidamente a cambios y desafíos. Ninguna misión queda incompleta”.
El éxito de esta operación también resalta la cooperación entre EE. UU. y Canadá. “Nos unimos para compartir habilidades y fortalecer nuestras capacidades”, comentó el teniente coronel Steve Thompson, comandante de la Fuerza de Tarea Aérea de la Operación Nanook-Nunalivut. “La interoperabilidad entre el Twin Otter y el LC-130 Hércules ha demostrado ser una combinación efectiva, y esperamos seguir colaborando en el futuro”.
A pesar de las recientes tensiones políticas entre Estados Unidos y Canadá tras los comentarios del presidente Donald Trump sobre anexión y disputas comerciales, la exitosa cooperación entre la Guardia Nacional Aérea de EE. UU. y la RCAF demuestra la solidez de sus lazos militares. Aún queda por ver si este tipo de ejercicios conjuntos se repetirán en el futuro.