El MiG-29, con más de 1.600 unidades fabricadas y operando en más de 40 países, sigue en producción constante, destacándose como un avión de combate confiable y probado en diversas situaciones.
MiG-29 sigue en producción mientras el MiG-35 no logra despegar en interés
Sin embargo, el MiG-35, su versión avanzada, no ha alcanzado el mismo nivel de popularidad ni éxito comercial. Hasta ahora, se han fabricado menos de 10 unidades del MiG-35, con un interés mínimo, incluso por parte del propio Kremlin, lo que plantea dudas sobre su futuro.
En contraste, Estados Unidos adopta una estrategia diferente al promocionar y mejorar cada nueva versión de sus aviones de combate, como el F-16, asegurando su adopción global. Esta diferencia en el enfoque resalta la pregunta de por qué los operadores actuales del MiG-29 prefieren seguir con esta plataforma en lugar de adoptar el MiG-35. La respuesta radica en las realidades económicas, ya que el MiG-29 es más rentable de producir y mantener que el nuevo modelo.
La producción y adopción del MiG-35 requeriría una inversión significativa en infraestructura de producción, así como en entrenamiento y mantenimiento. Dado el presupuesto de defensa de Rusia y sus prioridades actuales, resulta más práctico seguir utilizando el MiG-29 en la medida de lo posible. Este enfoque permite a Rusia equilibrar los costos y mantener su capacidad operativa.
El papel crucial del MiG-29 en la defensa aérea rusa y operaciones tácticas
A pesar de ser un modelo más antiguo, el MiG-29 todavía cumple funciones vitales en la defensa aérea y en operaciones tácticas. En escenarios donde no se necesitan las capacidades avanzadas del MiG-35, el MiG-29 sigue demostrando su eficacia. La infraestructura bien establecida de Rusia para la logística y mantenimiento del MiG-29 también juega un papel importante en la reducción de costos operativos.
La eliminación completa de la flota de MiG-29 no será rápida ni sencilla, y el avión seguirá siendo una parte esencial del poder aéreo ruso hasta que los MiG-35 se integren de manera más amplia. Este enfoque de transición gradual permite a Rusia aprovechar las capacidades del MiG-29 mientras introduce lentamente las mejoras tecnológicas del MiG-35.
En resumen, el uso simultáneo del MiG-29 y del MiG-35 es una decisión estratégica que busca equilibrar los costos, la capacidad de combate y los desafíos logísticos, asegurando que la Fuerza Aérea de Rusia se mantenga efectiva en el campo de batalla.
MiG-29SMT y su radar avanzado superan a las capacidades del MiG-35
El MiG-29 sigue en servicio gracias a mejoras técnicas importantes, como es el caso de los modelos MiG-29SMT, que son versiones modernizadas de los MiG-29S. Estos aviones han sido actualizados desde finales de la década de 1990 hasta principios de los 2000, incorporando el radar Zhuk AESA N010M. Este radar avanzado, disponible en la variante izdeliye 9-19 del MiG-29SMT, ha sido elogiado por su capacidad de seguimiento y ataque superior en comparación con los sistemas anteriores.
El radar Zhuk N010M permite al MiG-29SMT rastrear hasta 10 objetivos a la vez y atacar simultáneamente a cuatro de ellos usando misiles R-77. Además, su capacidad de operar en modos aire-superficie, como el radar de apertura sintética (SAR), facilita misiones de mapeo terrestre cruciales para los cazas modernos. Estas características hacen del MiG-29SMT un recurso potente y eficiente dentro del arsenal ruso.
Inicialmente, se esperaba que el MiG-35 incorporara un radar AESA más avanzado, el Zhuk-AME, pero los problemas de desarrollo y producción impidieron su implementación generalizada. Como resultado, muchos MiG-35 terminaron con sistemas de radar menos avanzados, limitando su rendimiento comparado con el MiG-29SMT.
Pruebas prolongadas y desafíos técnicos retrasan el despliegue del MiG-35
Los problemas financieros y técnicos han contribuido a que el MiG-35 no avance al mismo ritmo que otros programas de defensa. El desarrollo de aviónica avanzada y la integración del radar Zhuk-AE AESA requirieron pruebas exhaustivas para garantizar fiabilidad, lo que extendió considerablemente los plazos de desarrollo. Los expertos indican que estos retos técnicos fueron exacerbados por limitaciones financieras, lo que ralentizó aún más el progreso del MiG-35.
Los cambios en los requisitos del ejército ruso también influenciaron en la prolongación de la fase de pruebas del MiG-35. La necesidad de actualizar continuamente los sistemas del caza y de integrar nuevas armas y tecnologías de guerra electrónica implicó múltiples rondas de pruebas adicionales. Esta constante actualización es necesaria para mantener al MiG-35 competitivo frente a otras aeronaves de combate modernas.
Las complicaciones logísticas y el requerimiento de una arquitectura abierta que permita futuras integraciones de armamento y sistemas de defensa han añadido más capas de complejidad al desarrollo del MiG-35. Estos factores, junto con la prioridad de otros proyectos de defensa, explican por qué el MiG-29 sigue siendo una opción preferida dentro de la Fuerza Aérea rusa.
El MiG-29 se mantiene como piedra angular mientras el MiG-35 encuentra su lugar
Aunque el MiG-35 representa un paso adelante en términos de tecnología y capacidad, su lenta adopción sugiere que el MiG-29 continuará desempeñando un papel crucial en la defensa aérea rusa por el futuro previsible. Este enfoque no solo es económico, sino también pragmático, ya que permite a Rusia mantener una fuerza aérea efectiva mientras trabaja en superar los desafíos asociados con el nuevo modelo.
La decisión de seguir utilizando el MiG-29 se basa en su eficacia probada y en la infraestructura de soporte ya existente. Al mismo tiempo, la introducción gradual del MiG-35 permite a los operadores familiarizarse con las nuevas tecnologías sin comprometer la capacidad operativa general de la Fuerza Aérea. Este enfoque de transición asegura que Rusia pueda mantener una postura de defensa fuerte y preparada.
La combinación de ambos modelos en la flota aérea no solo permite aprovechar las fortalezas de cada avión, sino que también proporciona una solución flexible a los desafíos económicos y técnicos que enfrenta Rusia. El MiG-29 y el MiG-35, juntos, representan la dualidad de lo probado y lo nuevo, lo cual es esencial para la seguridad y efectividad del poder aéreo ruso en los próximos años.